Eran unos setenta los purpurados presentes en San Pedro esta mañana. Desde Mahony hasta Pell, pasando por Wuerl y Marx
REDACCIÓNROMA
El cardenal Roger Mahony, polémico arzobispo emérito de Los Ángeles por haber encubierto casos de abusos de sacerdotes pederastas, parece seráfico. Es uno de los primeros que apareció entre la multitud de fieles que llenaba la Plaza San Pedro debido a la última audiencia de Benedicto XVI. Los periodistas lo reconocen y tratan de arrancarle alguna declaración. «God bless you!», responde sonriente y se va.
De los 208 cardenales, había unos 70 en el sagrario de San Pedro. Muchos curiales, algunos papables, pero también había ausencias notables. La sede vacante comenzará el primero de marzo y muchos de los 115 electores todavía deben llegar a Roma. Durante el Cónclave se alojarán en Santa Marta, dentro del Vaticano, pero antes estarán esparcidos por Roma.
George Pell, imponente arzobispo australiano, responde velozmente a algunos periodistas. ¿El Cónclave será largo? «Quién sabe; lo dudo, pero no sabría decirlo». ¿Va a empezar antes del 15 de marzo? «Tal vez un poco antes, tal vez». El colegio cardenalicio, «obviamente» no está dividido. ¿Será italiano el próximo Papa? «¡Será el mejor cardenal!». ¿Usted? «¡No! Claro que un italiano sería posible…».
Jean-Pierre Ricard, en cambio, es más cauto. ¿Cónclave anticipado? «Empezaremos las congregaciones generales el próximo lunes, pero no sé cómo será el calendario después, no tengo información particular». ¿El colegio está dividido? «Acabo de llegar, no tengo mucha información al respecto...».
Ecuánime, Donald Wuerl de Washington: «Es hermoso ver a tantas personas de todo el mundo demostrando su afecto por el Papa». ¿El Cónclave será antes del 15 de marzo? «No lo sé, tendremos que esperar». Un periodista italiano le pregunta si el próximo Papa será italiano. Y Wuerl, en italiano, le responde: «quién sabe, todo esto que da en manos del Señor». ¿Sudamericano? «No hay que limitar a la divina Providencia...».
Reinhard Marx cruza la plaza a zancadas. Y ataja las preguntas de los periodistas con un cordialísimo: «¡Buen día!».
También pasa entre la multitud Julián Herranz, cardenal del Opus que guió la comisión de investigación sobre el caso de los “vatileaks”. Los periodistas lo persiguen. ¿Si los cardenales le preguntan algo sobre el dossier? «No tengo nada que decir, no tengo nada que decir». El Papa ha hablado del Evangelio que purifica, ¿será la línea de este Pontificado? ¿Es una indicación para el futuro? «Es la línea de cada cristiano, cada día debemos tratar de ser mejores, todos, todos los bautizados».
Vatican Insider
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