En su homilía del Te Deum en la catedral de Rancagua, el pastor afirmó que su llamado a todos los sectores de la sociedad a buscar un “salario ético” se inserta en una corriente de promoción de la dignidad humana que anima al designio de comunión entre Dios y los hombres.
El Obispo de Rancagua, Mons. Alejandro Goic, afirmó en su homilía del Te Deum de Fiestas Patrias en la catedral diocesana, que de poco nos serviría una democracia que no es capaz de generar más justicia social, y de poco nos serviría un mayor crecimiento del que sólo algunos se benefician y engendran nuevas y mayores injusticias.
Recordó Monseñor Goic que, sirviendo la misión de Pastor que el Señor le confió, le correspondió ayudar a abrir la conciencia de muchos en nuestro país al desafío de la equidad y de mayor comunión, al señalar la necesidad de un “salario ético” como un imperativo de justicia para nuestro país y una urgencia para la necesaria paz social.
El Presidente de la Conferencia Episcopal agradeció la acogida que ha recibido este planteamiento. "Lo hago valorando todo lo que muy sinceramente se hace desde los diversos actores implicados -los trabajadores, los empresarios, los diversos centros de estudios, las autoridades- por enfrentar este urgente asunto con sentido de justicia y responsabilidad social".
Y agregó que, en ese espíritu, la reciente creación de una Comisión Especial por la Equidad es un hecho social de relevancia. Más adelante sostuvo: "Hemos intervenido en este asunto porque nos interpela el Evangelio y nuestra conciencia de ciudadanos. No lo hacemos como técnicos en la materia, pues no lo somos. Lo hacemos, tal como lo señalamos los Obispos en nuestra última declaración, 'porque a la conciencia cristiana de Chile no le puede resultar indiferente el sufrimiento de tantos hombres y mujeres -trabajadores, jubilados, pensionados y montepiados-, que no logran vivir con dignidad si no acceden a un ingreso que permita a una familia satisfacer sus necesidades básicas acordes con la naturaleza de quienes son hijos de Dios'".
La responsabilidad social de los católicosEvocando citas de la Sagrada Escritura, a los Padres de la Iglesia, las encíclicas, la Doctrina Social y el testimonio de los santos, el pastor diocesano de Rancagua subrayó la "responsabilidad social de todos los católicos y el deber de los Pastores de proponerla a todos y de colaborar para que el conjunto de la sociedad dé pasos de mayor justicia y fraternidad".
Asimismo, enfatizó que su llamado a todos los sectores de la sociedad a buscar un “salario ético” se inserta en esta corriente de promoción de la dignidad humana que anima al designio de comunión entre Dios y los hombres. "De esta manera, queremos volver a llamar a todos los actores sociales involucrados a trabajar buscando las formas y los medios para una mejor distribución de los bienes y asegurar que todos los trabajadores de nuestro país puedan recibir un salario del que nadie se avergüence, tanto de pagar, como de recibir.
En realidad, y sin eufemismos, ¡lo mínimo para que un salario sea mínimo es que sea ético, si no es así significa que estamos viviendo en una sociedad inmoral!" Mons. Alejandro Goic reiteró la posición de la CECh en el sentido de que las decisiones económicas y las políticas públicas deben estar siempre motivadas por el bien de las personas, considerando de un modo privilegiado a los más vulnerables, a los más pobres.
Del mismo modo, estimó necesario situar la cuestión urgente del “salario ético” en su contexto más amplio, el cual sí nos permitirá avanzar como un país que es patria para todos. "Se trata de que abordemos como un real desafío social -en nuestro camino al Bicentenario- la tarea de repensar desde la responsabilidad ética qué nos corresponde a cada uno, qué país queremos, qué tipo de sociedad queremos vivir, qué tipo de desarrollo buscamos, qué tipo de crecimiento deseamos, qué tipo de empresas queremos desarrollar, qué tipo de conocimientos queremos promover, qué tipo de vida política y de políticos deseamos, qué modo de relacionarnos queremos cultivar; en una palabra, qué Chile queremos vivir nosotros y qué futuro queremos entregar a las próximas generaciones…"
Agregó que los católicos estamos llamados a colaborar en este diálogo ético, en la necesaria y compleja búsqueda de consensos, y en el testimonio de vida de los valores fundamentales del respeto a la persona humana, del valor de la vida, de la infatigable búsqueda de la justicia social, del diálogo como forma de resolución de los conflictos, de la solidaridad entrañable con los dolores de los pobres y sufrientes.
"A todos nosotros nos toca poner nuestros cinco panes y dos peces para la mesa común: esa es nuestra responsabilidad y es, por lo mismo, nuestra oportunidad de construir nuestra historia colaborando en el designio de Dios que quiere y busca la comunión entre todos sus hijos", concluyó señalando el Obispo de Rancagua.
Ver texto de homilía de Mons. Goic
Fuente: Prensa CECh
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