«Diálogo ecuménico está estancado»

Cuenta Sergio Rubin en Clarin que el Papa Juan Pablo II marcó hitos históricos en varios frentes durante su pontificado. Sin embargo, no logró avances sustanciales en el camino a la unidad de las iglesias cristianas, pese a que tanto lo anhelaba. Apenas algunos acuerdos parciales, por ejemplo con los luteranos. El panorama actual no es halagüeño. "El diálogo ecuménico está estancado", reconoció el número uno para estos temas del Vaticano, el cardenal Walter Kasper.
Lo dijo al hablar en el auditorio de la UCA, en Puerto Madero, ante representantes de diversos cultos y numeroso público, en el marco de una exposición organizada por la Comisión de Ecumenismo del Episcopado. Luego, Kasper -quien es presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos- analizó el tema con Clarín.

¿Por qué se estancó el diálogo ecuménico?

Debemos colocar las cosas en perspectiva. Inicialmente se pensó que el proceso iba a ser más rápido, pero ahora se coincide en que será más lento. Hay menos euforia. El crecimiento de las iglesias pentecostales y ciertas diferencias con algunas de ellas, por ejemplo en cuestiones de bioética como aborto y eutanasia, dificultaron más las cosas.

¿No influyó negativamente la reciente ratificación de la Santa Sede en el sentido de que la Iglesia católica es la "única verdadera Iglesia de Cristo"?

Hay que leer completo ese pronunciamiento. Allí se afirma que las iglesias pentecostales tienen una cierta eclesialidad. El Papa Benedicto XVI dice que fuera de la Iglesia católica no existe un vacío eclesial. Con los ortodoxos el principal problema es el primado del Papa y con los protestantes la cuestión del ministerio y la sucesión apostólica.

Usted dijo en uno de sus viajes al país que la reunificación estaba más cerca con los ortodoxos

Es que hay mucho en común entre católicos y ortodoxos. Benedicto XVI señaló que la unidad con ellos es casi plena. Pero, insisto, el principal problema es el primado. Con la Iglesia Ortodoxa Rusa el diálogo sigue su curso, más allá de que no se da entre el patriarca Alexis II y el Papa y de las acusaciones de que la Iglesia católica hace proselitismo en Rusia.

¿Por dónde puede estar la salida de este laberinto?

Para volver a poner en marcha el diálogo necesitamos algo más que diálogos académicos. Necesitamos más fuerza en lo espiritual. Unirnos en la oración. Porque si nos quedamos en lo académico, el diálogo se traba. Si entramos en oración, el proceso es más fructífero. Debemos hacer más ecumenismo espiritual. En ese sentido, creo que estamos entrando en un nuevo sistema.

Fuente: El Periodista Digital