Un día Jesús se había apartado un poco para orar, pero sus discípulos estaban con él. Entonces les preguntó: «Según el parecer de la gente ¿quién soy yo?» Ellos contestaron: «Unos dicen que eres Juan Bautista, otros que Elías, y otros que eres alguno de los profetas antiguos que ha resucitado». Entonces les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Pedro respondió: «Tú eres el Cristo de Dios». Jesús les hizo esta advertencia: «No se lo digan a nadie».
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Jesús les hace una importante pregunta, antes de dirigirse a Jerusalén y a su Pasión. Trata de asegurarse si alguno de sus discípulos tiene alguna idea de quién es Él. Su corazón debe haber dado un salto al escuchar la respuesta de Pedro. Pero los discípulos aún tenían que descubrir que la misión del Mesías no sería a la cabeza de un ejército victorioso, sino que sería clavado en una cruz.
De Espacio sagrado
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