Fray Domingo está hoy en el medio de una sensible controveria con la Iglesia chilena y el Vaticano y no da su brazo a torcer. Está amenazado...
Fray Domingo Faúndez [53 años y oriundo del Valle Simpson en la Región de Aisén] ha estado en el ojo del huracán hace mucho tiempo en medio de un escenario que ningún sacerdote quisiera vivir: enfrentado a la jerarquía de la Iglesia Católica hoy está en el punto más crítico debido a que pesa sobre él un decreto papal que le prohíbe tajantemente ejercer las funciones más relevantes del ministerio: celebrar misa, bautizar, confesar, consagrar matrimonios.
Pero señala que no cumplirá tal decreto porque nadie, ni el Papa, tiene la potestad para expulsarlo de la comunidad sacerdotal y “porque el sacerdocio es un sacramento tan indeleble como el bautismo”.
Agrega que seguirá siendo sacerdote hasta el fin de sus días y la señal más concreta que dará será este domingo cuando a las 11 horas celebre misa en la capilla de su casa llamada “Ermo Monte Verde”, en la localidad de Piedra Azul, a unos 12 kilómetros de Puerto Montt por la Carretera Austral.
Tranquilo y firmemente convencido de estar obrando bien el religioso ha recibido este sábado a EL GONG donde ha revelado sus convicciones y se ha referido también a las acusaciones que lo llevaron a esta situación. El las define como fruto puro de la “chismografía” que –según asegura- ha levantado una suerte de grupo fáctico al interior de la comunidad católica local que le dieron una encerrona letal.
Ver noticia completa, del diario El gong, aquí
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