Pese a los inconvenientes, la CEE muestra su disposición a colaborar tras los requerimientos de Garzón.
(Vida Nueva) “El ánimo de colaboración de la Iglesia y de la Conferencia Episcopal con la Justicia es absoluto”. Así de rotundo se mostró el portavoz de la CEE, Juan Antonio Martínez Camino, ante la pregunta que los medios le realizaron -durante la rueda de prensa de clausura de la última reunión de la Comisión Permanente de la CEE- sobre el requerimiento (en teoría, ya el segundo) del juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, para permitir el acceso a los archivos parroquiales con la finalidad de elaborar una lista de desaparecidos durante la Guerra Civil y la posguerra. Esta predisposición ha sido corroborada, en declaraciones a Vida Nueva, por Agustín Hevia, Archivero Diocesano de Oviedo y Presidente de la Asociación de Archiveros de España, quien ha asegurado también que “el problema es que las listas requeridas no existen, sencillamente. La Iglesia no hizo listas de fusilados”.
Es por eso que se muestra “escéptico” ante los resultados finales pretendidos por el magistrado. Hevia afirma que la Iglesia “simplemente registró el acta individual de cada fallecido que entonces recibió sepultura eclesiástica. Pero es que, además, muchas veces no se detallaban las causas de la muerte, por lo que es imposible documentar con exactitud el total de fusilados”.
Pese a todos los inconvenientes, Hevia reafirmó “su compromiso” con lo reclamado por la Justicia, ofreciendo las listas de las que sí disponen, aunque no sean completas: “Por ejemplo -añadió el archivero asturiano-, en la catedral aparece una losa con los nombres de 210 sacerdotes fusilados. Ésa es una lista, al fin y al cabo. Así que, como tal, la enviaremos a las instituciones que correspondan”.
Vida Nueva
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