"EL SACERDOTE NO ES PROTAGONISTA DE LA LITURGIA"
El arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco presidió esta mañana la Eucaristía que con motivo de la festividad de San Juan de Ávila, se celebró en el Seminario Conciliar de Madrid. Durante su homilía, el cardenal afirmó que “una vivencia del sacerdocio hoy, nos pide, ciertamente que esté centrado claramente en el servicio al sacerdocio de Jesucristo” y recordó un párrafo de la Exhortación postsinodal “Sacramentum Caritatis” en el que se “relaciona la naturaleza, la estructura interna y la comprensión teológica de la Eucaristía con el sacerdocio ministerial”.
“Un párrafo que aclara lo que es el sacerdocio sirviendo a Cristo y sirviendo al hombre”, aclaró el arzobispo de Madrid.
“Un párrafo que aclara lo que es el sacerdocio sirviendo a Cristo y sirviendo al hombre”, aclaró el arzobispo de Madrid.
El cardenal leyó las palabras del Santo Padre en las que afirma que es necesario “que los sacerdotes sean conscientes de que nunca deben ponerse ellos mismos o sus opiniones en el primer plano de su ministerio, sino a Jesucristo”.
El prelado continuó con la cita: “Todo intento de ponerse a sí mismos como protagonistas de la acción litúrgica contradice la identidad sacerdotal. Antes que nada, el sacerdote es servidor y tiene que esforzarse continuamente en ser signo que, como dócil instrumento en sus manos, se refiere a Cristo”.
El arzobispo de Madrid afirmó que “esto se expresa particularmente en la humildad con la que el sacerdote dirige la acción litúrgica, obedeciendo y correspondiendo con el corazón y la mente al rito, evitando todo lo que pueda dar precisamente la sensación de un protagonismo suyo inoportuno”.
El arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, afirmó hoy que la consigna del humanismo sin Cristo y sin Dios de movimientos culturales y sociopolíticos del siglo XX "vuelve a cobrar nueva fuerza cultural y política al iniciarse el siglo XXI".
Rouco Varela hizo esta afirmación durante la homilía de la misa celebrada en honor a San Isidro Labrador, en la Colegiata del santo.
"El hombre y la cultura contemporánea han apostado en los dos últimos siglos frecuentemente por unas claves de existencia al margen de la herencia cristiana, pasando sin más de Dios", sentenció.
A su juicio, "el mundo necesita, hoy, con urgencia, vidas escondidas con Dios en Cristo", porque si no "no comprenderá dónde y en quién se encuentra la fuente del verdadero amor, el único que puede salvar al hombre".
"¿Queremos volver a tropezar en la misma piedra ideológica de los factores históricos que condicionaron y caracterizaron dramáticamente el pasado europeo contemporáneo, el de las dos guerras mundiales y el del dolor y la tragedia de pueblos divididos, esclavizados y deportados, de pobreza y de injusticias sin precedentes para las personas, las familias y las sociedades antiguas y nuevas de todo el planeta?", se preguntó Rouco Varela.
El cardenal concluyó que "la fórmula del humanismo de San Isidro -¡humanismo auténtico de la mejor calidad espiritual y moral!- es la verdaderamente garante de un futuro justo y solidario en paz y libertad".
Fuente: El periodista Digital
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