Como presidente del Consejo Episcopal latinoamericano (CELAM), el cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo de Santiago de Chile, es uno de los máximos responsables eclesiales de Latinoamérica. En vísperas de la inauguración del V Encuentro de Aparecida asegura, en una amplia entrevista en la revista cristiana 21rs, que “la Teología de la Liberación no está muerta, sino asumida”, reivindica para Latinoamérica el papel de “continente de la esperanza” y alaba la labor evangelizadora española: “Ningún otro pueblo plantó la fe en sus territorios conquistados como España”.
De corte moderado, el cardenal Errázuriz admite, sin embargo, que la teología de la Liberación “no está muerta”. Más aún, “en nuestros países la dimensión liberadora de la misión de Cristo y de la Iglesia es una verdad asumida. Y lo mismo se puede decir de la opción preferencial por los pobres”.
Consciente de que la celebración del V Encuentro de Aparecida “va a atraer poderosamente la atención de toda la Iglesia”, asegura que su tema es de gran actualidad. “Ser y formar discípulos misioneros de Jesucristo en medio de los dolores de parto de una nueva época, es una tarea urgente y apasionante. La vida nueva, la vida en plenitud que Cristo ofrece, es el clamor de los pobres, de los desplazados, de las madres jefas de hogar, de los drogadictos y aún de los que son presa de la sociedad de consumo”, explica.
Reconoce monseñor Errázuriz que el momento actual latinoamericano “no es esperanzador”. Y enumera las principales sombras del continente: “Baste pensar en los índices de pobreza y en la inequidad entre quienes tienen mayores y menores ingresos. No ha cosechado grandes frutos nuestra opción preferencial por los pobres. Muchos países regresaron a la democracia después de tener gobiernos dictatoriales, pero sus democracias no se consolidan y dan paso a caudillismos que prescinden de una verdadera participación popular”.
A nivel eclesial, la situación tampoco es muy boyante y el purpurado se pregunta “dónde están las grandes figuras de católicos que lideren los movimientos políticos, intelectuales y artísticos”, al tiempo que reconoce que “en algunos países, en los últimos 10 años decreció en un 10% el número de católicos”. En cambio, en contra de lo que suele ser habitual, monseñor Errázuriz no considera que las sectas sean un peligro para la fe latinoamericana. “Me atrevo a pensar que son una muestra del espíritu religioso de nuestros pueblos. La migración hacia estas confesiones cristianas más que un peligro es una voz de alerta y un gran desafío”.
Pero también hay luces en Latinoamérica. Entre ellas, “su potencial humano y esa cultura preñada de valores cristianos”, asi como “la hospitalidad y la solidaridad en la desgracia”. Por eso concluye que la situación del continente latinoamericano “es comparable a una plantación con árboles que ya producen frutos, mientras en otros despuntan innumerables flores, que prometen una gran cosecha”.
Y entre esas luces (y también en contra de lo que suele ser habitual en ciertos sectores), señala la evangelización española. “Ningún otro pueblo plantó la fe en sus territorios conquistados como España”, dice. Y añade: “España seleccionó a sus misioneros. Ellos hicieron un admirable esfuerzo de acercamiento del Evangelio a las lenguas y a los pueblos autóctonos. Su defensa de los derechos de los indígenas y sus trabajos en bien de ellos fueron gigantescos. Y la implantación de la fe dio frutos en el orden de la educación, del trabajo, del arte, la literatura y aún en la misma organización de la sociedad”.
Por último, el cardenal de Santiago de Chile alaba la figura de Benedicto XVI y dice que “la gente, que lo admira cada vez más, lo espera con alegría. Aprecia mucho su sencillez y su cercanía, en un hombre tan sobresaliente por su inteligencia y su fe”.
Fuente: El Periodista Digital
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