El Vicepresidente de la CECh planteó en la V Conferencia de Aparecida la necesidad de «discernir cuánto hay de verdad en su crítica», escuchando «las necesidades y clamores de los pobres, de los que no comparten nuestra fe y de quienes no encuentran sentido a su vida».
La siguiente es una Síntesis Oficial de la intervención realizada durante la sesión plenaria de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, en Aparecida (Brasil) por Mons. Gonzalo Duarte García de Cortázar, Obispo de Valparaíso y Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Chile:
Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile, que han llegado a Aparecida con la convicción de «haber sido convocados por el Señor a vivir un nuevo Pentecostés», señalan ser conscientes de estar viviendo «tiempos de grandes y hermosos desafíos», aunque «también de sombras». En efecto, es posible –dicen los Obispos– descubrir en los pueblos de nuestra América Latina y El Caribe la presencia de «muchos signos de desesperanza e incluso ira» provenientes del «modelo socio-económico neo-liberal» que «favorece a las minorías ricas en desmedro de las mayorías empobrecidas».
Por otra parte, señalan que «el sistema democrático recuperado –no sin sufrimiento– en casi todos nuestros países, no ha cumplido las expectativas que en él habíamos puesto», siendo la marginación de los ciudadanos «de las grandes decisiones que afectan su vida y el futuro de sus hijos», fuente de decepción del sistema democrático imperante.
Con una mirada más bien introspectiva, el Episcopado chileno destaca la paradoja de la situación actual de la Iglesia: por una parte, la Iglesia «todavía congrega a la mayoría del pueblo Latinoamericano y del Caribe, porque ha sido su Madre y defensora»; por otra, experimenta «arremetidas culturales que pretenden desterrar el sustrato religioso y cristiano de nuestra cultura».
Todo esto lleva a los Obispos de Chile a preguntarse, haciendo «un valiente examen de conciencia respecto de nuestra fidelidad al Evangelio y a los acuerdos y orientaciones de las anteriores Conferencias Generales del Episcopado de América Latina y El Caribe», por la necesidad de hacer una seria evaluación de la actitud de la Iglesia frente a sus detractores, para «discernir cuánto hay de verdad en su crítica», escuchando «las necesidades y clamores de los pobres, de los que no comparten nuestra fe y de quienes no encuentran sentido a su vida».
Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile agradecen también al Señor los dones con que ha bendecido a la Iglesia en Chile: fortalecimiento de la participación laical, desarrollo del diaconado permanente, desarrollo de la animación bíblica de la pastoral, el testimonio de fe de los jóvenes, la educación católica (que abarca cerca del 15% de la cobertura educacional del país), los Santos Teresa de los Andes y Alberto Hurtado, la Beata Laura Vicuña, todos ellos «modelo, estímulo e intercesores cercanos».
Expresan, finalmente, el deseo de que esta V Conferencia de Aparecida sea un tiempo para «animarnos mutuamente en la esperanza que nos regala el Señor Resucitado», viviendo así «un “nuevo Pentecostés” que nos colme de fe y confianza evangélica para vida de nuestros pueblos».
Texto completo de la intervención
Fuente: Iglesia.cl
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