Tras haber reflexionado y definido los grandes filones temáticos de la primera unidad relacionada con la realidad, los participantes a la reunión de Aparecida, se dispusieron a trabajar en la segunda unidad temática, el discipulado, la misión y la nueva vida en Cristo. De nuevo Monseñor Carlos Aguiar, Obispo de Texcoco y Primer Vicepresidente del CELAM, hace la presentación de ésta Segunda Unidad, partiendo de la pregunta, “¿Qué significa ser discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos tengan vida, en esta realidad?”
En esta presentación, propone el tema desde tres aspectos, el discipulado en si mismo, en la vida de la Iglesia y en el servicio al mundo.
Parte de una referencia al magisterio, “Somos discípulos para prolongar el dinamismo de la Encarnación en el mundo de hoy” (NMI, 3) y todo discípulo vive las siguientes etapas: la vocación, la formación y la misión.
Afirma además, que el discipulado se vive en la dimensión eclesial y comunitaria y que pasa por tres fases, la atracción por lo divino (es su predicación en Galilea), el escándalo de la cruz (camino a Jerusalén) y la victoria de la vida (Emaús y Pentecostés).
En el segundo aspecto, el discipulado se vive a partir del encuentro con Jesucristo Vivo, dentro de la Iglesia en una espiritualidad de comunión, la cual es insustituible.
Para concluir, en el tercer aspecto, se plantea el tema del discipulado en el servicio del mundo que es la “capacidad de establecer un diálogo desde donde está el otro (partiendo de lo humano) para conducirlo paciente y pedagógicamente a descubrir la presencia salvífica de Dios en el mundo” (S 60-116).
Deja en la Asamblea tres preguntas fundamentales para propiciar el diálogo sobre la comunidad de discípulos misioneros:
¿Cómo impulso y propicio el estilo de vida de discípulos de Cristo en mi presbiterio, en mis parroquias, en mi Diócesis, en mi Conferencia Episcopal?
¿Nuestras Diócesis y Parroquias están transformándose en instancias misioneras?
¿Cómo estamos promoviendo la comunión de las estructuras diocesanas con los movimientos apostólicos, las comunidades de Vida Consagrada, las instituciones católicas educativas y de asistencia social?
¿Promovemos y acompañamos la vocación laical (política, empresarial, obrera, profesional) para favorecer en el laico comprometido en la transformación de las realidades temporales la conciencia, formación y misión de discípulos de Cristo?
¿Cómo lo hacemos de manera que no solo sea individual sino sobretodo comunitaria y eclesial?
No comments:
Post a Comment