Monday, October 20, 2008

La brecha por la desigualdad en los ingresos continúa creciendo

Informe de la OIT sobre la inequidad en los salarios y su incidencia en la situación de las familias a nivel mundial.


A pesar de que el fuerte crecimiento de la economía mundial produjo millones de empleos desde comienzos de los 90’, la desigualdad de ingresos aumentó de manera dramática en la mayoría de las regiones del mundo y es probable que continúe creciendo como consecuencia de la actual crisis financiera, de acuerdo con un nuevo informe publicado hoy por el centro de investigación de la Oficina Internacional del Trabajo.



El nuevo estudio del Instituto de Estudios Laborales de la OIT, titulado Informe sobre el trabajo en el mundo 2008: Desigualdades de renta en la era de la finanza global */, señala además que una parte importante de los costos de la crisis financiera y económica recaerán sobre cientos de millones de personas que no han recibido los beneficios del crecimiento de los últimos años.


“El informe muestra de manera clara que la brecha entre los hogares ricos y pobres se ha ensanchado desde comienzos de los 90’, dijo Raymond Torres, Director del Instituto y responsable del estudio. “Esto refleja el impacto de la globalización financiera y la escasa habilidad de las políticas domésticas para mejorar los ingresos de la clase media y de los grupos de bajos recursos. La actual crisis financiera empeorará la situación a menos de que se adopten reformas estructurales de largo plazo”.


El informe señala que si bien cierto grado de desigualdad de ingresos sirve para premiar el empeño laboral, el talento y la innovación, la misma puede resultar contraproducente y perjudicial para la mayoría de las economías cuando es muy grande. “Cuando el aumento en la desigualdad de ingresos es excesivo, representa un peligro para el tejido social así como para la eficiencia económica.”


Este informe es el estudio más exhaustivo sobre la desigualdad de ingresos a nivel mundial realizado hasta el momento por el Instituto. El mismo examina el salario y el crecimiento en más de 70 países desarrollados y en vías de desarrollo. Además, hace un llamado a adoptar medidas de largo plazo para avanzar hacia una economía más equilibrada, incluyendo la promoción del Programa de Trabajo Decente de la OIT que vincula las políticas económicas, laborales y sociales, lo cual permitiría impulsar el empleo y mejorar los ingresos y su distribución.


El informe dice que el empleo mundial aumentó en 30 por ciento entre comienzos de los años 1990 y 2007, pero agrega que también se amplió la brecha de ingresos entre hogares ricos y pobres. Es más, comparado con anteriores períodos de expansión, los trabajadores recibieron una cuota menor de los frutos del crecimiento económico, dado que la participación de los salarios en el ingreso nacional disminuyó en la gran mayoría de los países para los cuales se tienen datos.



“La actual desaceleración de la economía mundial afecta de manera desproporcionada a los grupos de bajos ingresos”, dice el informe. “Esto ocurre después de una larga fase de expansión, en la cual la desigualdad de ingresos ya estaba aumentando en la mayoría de los países”.


Entre otras conclusiones, el informe señala que:

• El crecimiento del empleo se produjo al mismo tiempo que la redistribución del ingreso se apartó del trabajo. En 51 de los 73 países para los cuales hay datos disponibles, la participación de los salarios como parte del total de los ingresos disminuyó en las últimas dos décadas. La mayor disminución se registró en América Latina y el Caribe (-13 puntos porcentuales), seguida de Asia y el Pacífico (-10 puntos porcentuales) y las Economías Avanzadas (-9 puntos porcentuales).


• En países con innovación financiera sin reglamentación, los trabajadores y sus familias se endeudaron cada vez más para poder enfrentar las inversiones inmobiliarias y el consumo. Frente a una situación de salarios estancados, ésta fue la solución clave para sostener la demanda de los hogares. Sin embargo, la crisis ha puesto en evidencia los límites de este modelo de crecimiento.


• Entre 1990 y 2005, aproximadamente dos terceras partes de los países experimentaron un aumento de la desigualdad de ingresos. Es decir, los ingresos de los hogares más ricos incrementaron en relación a los de hogares más pobres.


• Además, durante el mismo período, la brecha entre el 10 por ciento de los asalariados con los ingresos más altos y el 10 por ciento con los más bajos aumentó en 70 por ciento de los países para los cuales hay información disponible.


• Asimismo, se está ampliando la brecha de ingresos – a un ritmo cada vez mayor – entre los altos ejecutivos y el empleado medio. En 2007, por ejemplo, los directores ejecutivos (CEO) de las 15 mayores empresas de Estados Unidos percibieron sueldos que eran más de 520 veces superiores al del trabajador promedio, comparado con una diferencia de 360 veces en 2003. Situaciones similares –aunque con salarios más bajos– pueden observarse en otros países como Alemania, Australia, Hong Kong (China), Países Bajos y Sudáfrica.


Según el informe, los pronósticos señalan que la desigualdad de ingresos continuará aumentando, y agrega que se trata de un problema que puede ser asociado con tasas de delincuencia más altas, menor expectativa de vida y, en el caso de los países pobres, malnutrición y un aumento en la probabilidad de que los niños se vean obligados a abandonar la escuela para trabajar.


“En la actualidad, en muchos países hay una percepción generalizada de que la globalización no actúa en beneficio de la mayoría de la población”, dice el informe. “Por lo tanto, el desafío político es garantizar incentivos apropiados para trabajar, aprender e invertir y, al mismo tiempo, evitar desigualdades de ingresos socialmente dañinas y económicamente ineficientes”.


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