Monday, December 01, 2025

¿Dónde está el Adviento? por Lanire Angulo Ordorika, ESSE


 Por más que los supermercados llevaran ya semanas vendiéndonos mazapanes y polvorones, este fin de semana parece parecen haber dado el pistoletazo de salida a los festejos navideños. No hay una ciudad en la geografía española que no haya iniciado en estos días los encendidos de luces, música y mercadillos de Navidad, sin que importara demasiado que aún no hubiera comenzado el Adviento. No se trata, como algunos dicen por redes sociales, de que teman que a María se le adelante el parto y nos pille desprevenidos, sino que no hay una época que nos pase más desapercibida que el Adviento. Entre que es el más breve y que vive luchando por hacerse un hueco entre los villancicos, los espumillones y las compras navideñas, se ha convertido en la cenicienta de los tiempos litúrgicos.

Además de la presión comercial, hay otras razones que propician la discreción que caracteriza al Adviento, entre ellas la necesidad generalizada que tenemos de un tiempo de descanso o de pausa del curso en el ámbito educativo. Sea como fuere, tengo la sensación de que, además, se junta la dificultad innata que tenemos de respetar los ritmos y de no pretender acelerar los procesos. No nos brota de manera natural la paciencia necesaria para sostener la tensión entre el resultado esperado y los tiempos que estos requieren. Nos cuesta mantenernos en camino, aceptar que damos un paso para delante y otro para detrás, por eso desearíamos que las obras de remodelación de nuestra existencia y de la de quienes nos rodean se llevaran adelante en un abrir y cerrar de ojos. El Adviento tiene mucho de la ascesis que implica sostener los procesos, personales y ajenos.

Saltarnos la espera

Si este es un tiempo de esperanza es porque mantenemos la certeza de que, en el último rincón del imperio romano y en el que parecía un acto insignificante de libertad de una aldeana, el Hijo ha abrazado para siempre la humanidad como suya. Somos invitados a vislumbrar cómo Dios cumple sus promesas en la ambigüedad de lo cotidiano, y, claro, eso requiere sostener la tensión entre lo que experimentamos cada día y lo que confesamos en la fe. Resulta tentador pisar el acelerador hacia la Navidad y saltarnos la espera, porque llevamos mal eso que le sucede al sembrador y que Jesús nos recordaba en la parábola: hagamos lo que hagamos, no hay modo de acelerar los tiempos que requiere el grano para brotar y crecer… sin que sepamos cómo (cf. Mc 4,26-27). Ojalá podamos sostener y disfrutar la espera.


Lanire Angulo Ordorika, ESSE

Profesora de la Facultad de Teología de la Universidad Loyola

A pie de calle


Vida Nueva

Una reflexión sobre sinodalidad rumbo a la Navidad: Rafael Luciani: "En Adviento, caminar juntos es un proceso de aprendizaje, cambio y renovación"


"Caminamos juntos en esa polifonía de lo que se llama la catolicidad, es decir la diversidad de la Iglesia"

¿Cómo caminamos? ¿Con quién caminamos? ¿A quién invitamos a caminar?

"El discernimiento es un elemento que nos ayuda y debemos poner en práctica durante el Adviento y al cual  la sinodalidad le aporta fortaleza y profecía"

El camino de la sinodalidad de cara a la llegada del Adviento, es el tema que aborda Rafael Luciani en esta reflexión que nos invita a vivir este tiempo al modo de Jesús, es decir, descubriendo la huella de Dios en todas las cosas y la historia.

El teólogo venezolano propuso una serie de ideas para comprender el sentido de caminar juntos a la luz de los signos de los tiempos. Un proceso que nos implica como iglesia, en nuestras comunidades, junto a otras personas, familias y en medio del contexto eclesial de renovación que se quiere impulsar para la Iglesia hasta 2028.

Al respecto, Luciani recuerda que ese caminar juntos tiene distintas dimensiones; porque se hace en comunión con los bautizados y las Iglesias locales. "Caminamos juntos en esa polifonía de lo que se llama la catolicidad", dijo refiriéndose a la “diversidad de la iglesia". Un proceso que se hace juntos y con la sociedad. En realidad con cualquier persona, más allá de su religión o posición, porque según sostiene, así nos vamos constituyendo como personas y pueblo de Dios.


Aprendizaje, cambio y renovación

Luciani, señala que ese caminar juntos es el eje fundamental de la Iglesia, un proceso que se abrió paso con el sínodo de la sinodalidad. "Cuando decimos que este caminar juntos es un proceso de aprendizaje, cambio y renovación; es algo que nos recuerda el Adviento"; porque como creyentes, estamos inmersos en un proceso que implica “la transformación de nuestras maneras de pensar, estilos de vida y la apuesta por la conversión permanente”.

El director de Cebitepal asegura que cuando se habla de sinodalidad es fundamental preguntarnos de que modo estamos caminando juntos y si realmente nos está situando como signos e instrumentos para ir hacia el reino, porque solo así, se puede construir esperanza en un mundo herido y fragmentado.

Si estamos caminando juntos; ¿Cómo caminamos? ¿Con quién caminamos? ¿A quién invitamos a caminar? ¿Escuchamos a lo largo del camino a las personas a quienes no hemos dado espacio o voz para ser escuchadas?; preguntas que formuló el académico, pensando en el Adviento, un tiempo para reflexionar, discernir y hacer de la conversión un acto concreto.

Pensando en la figura de las mesas del sínodo y los escenarios de este tiempo, el investigador habló de “esa silla vacía que nos ayuda a discernir, sobre la calidad de nuestro caminar juntos”.


Abrir el corazón

Recordó que el discernimiento es un elemento que nos ayuda y debemos poner en práctica en el Adviento y que la sinodalidad le aporta fortaleza y profecía.

Por eso, es preciso cuestionarnos sobre la manera en la que estamos caminando juntos; reconociendo que “a través de la otra persona, el Espíritu se manifiesta y va renovando mi vida, porque aquello que no había visto, captado, o dejado entrar; lo hago a través de la voz y la existencia de la persona que usa el Espíritu para hablarme”.

Rafael Luciani, insiste en que es fundamental “abrir nuestros corazones para dar cabida a otras personas, las que no hemos querido o ni siquiera hemos tomado en cuenta”. Desde su experiencia durante el Adviento, hablar de discernimiento es comprender que ese proceso “debe estar conectado a la conversión, la metanoia, el cambio al que estamos llamados”.

La sinodalidad, busca algo semejante, un proceso de conversión para revisar, corregir, sanar y en el caso de las estructuras eclesiales, renovar los modos que usamos para relacionarnos, vivir e interactuar. De acuerdo con el teólogo venezolano, si hay un discernimiento verdadero, este nos llevará a una conversión relacional que debe manifestarse en una conversión estructural.


Discernimiento comunitario

La realidad nos muestra que la Iglesia necesita escuchar, aprender de la sociedad y las personas. “Eso es el Adviento, una época que nos sitúa en un discernimiento que no es solamente individual, sino en conjunto, como la Iglesia en su totalidad”, dice Luciani.

En ese proceso de caminar juntos existen algunos signos que nos ayudan a comprender el momento que estamos viviendo, es decir, ese nivel de discernimiento y conversión que hemos ido alcanzando, es lo que la asamblea sinodal definió como una "ulterior recepción del concilio", a esto se le agrega el lugar teológico que damos a los pobres, la opción preferencial que nos permite reconocerlos como una manifestación de la revelación de Dios, los que deben caminar con nosotros y aportarán a nuestro discernimiento.

El teólogo concluyó su reflexión invitando en el Adviento a una conversión mucho más rica, partiendo de las preguntas fundamentales o reconociendo si es que solo me estoy limitando a una experiencia individual que no construye ese nosotros eclesial del que tanto nos habló el Papa Francisco.

Paola Calderón
Religión Digital

Dime una Palabra: Tu gloria por Nano Crespo


1 de diciembre

Lunes I de adviento

Is 4, 2-6 la gloria será un baldaquino y una tienda, sombra en la canícula.

Tantos años viviendo el adviento y es la primera vez que me haces caer en este versículo de Isaías. Tu gloria como baldaquino, como tienda que da sombra en la canícula, refugio y abrigo de la tempestad y de la lluvia.  Vienes y acampas entre nosotros, pones tu tienda al sol para que encontremos en ella brisa en las horas de fuego, en medio de este otoño invernal que se extiende por nuestro mundo.

Nano Crespo
Religioso Marianista, sacerdote




 

REZANDO VOY DEL LUNES 1 DE DICIEMBRE DEL 2025

 No es mi virtud, sino tu gracia



Puedes ver y escuchar, aquí


Mt 8, 5-11

Habiendo entrado Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho». Le contestó: «Voy yo a curarlo». Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: ‘Ve’, y va; al otro: ‘Ven’, y viene; a mi criado: ‘Haz esto’, y lo hace».
Al oír esto, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: «En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».





¿Porque yo lo valgo?

No es mi dignidad
la condición
de tu entrega.
Tú no te me das
porque yo lo valga.
Tu sacrificio
no es consecuencia
de mis modos
y virtudes.
Tu amor es primero.
Tu lealtad, previa.
No esperas
a que te merezca
para partirte
y darme Tu vida.

Si presumo
de méritos,
recuérdame
las sombras.
Si alardeo
de cumplimientos,
señala Tú
las huellas
de mi barro.
Si paseo, ufano,
reclamando un pago
por los servicios prestados,
confronta mi arrogancia.
No, Señor, yo no soy digno.
Lo eres Tú.

(José María R. Olaizola, SJ)

Iniciando el contacto con una canción: TIEMPO DE ESPERANZA. Salomé Arricibita. Que tengan un buen lunes

 

Saturday, November 29, 2025

VIAJE APOSTÓLICO DEL PAPA LEÓN XIV A TURQUÍA. ENCUENTRO CON SS. BARTOLOMEO I Y FIRMA DE LA DECLARACIÓN CONJUNTA



VIAJE APOSTÓLICO DE SU SANTIDAD LEÓN XIV
A TÜRKIYE Y AL LÍBANO
CON PEREGRINACIÓN A İZNIK (TÜRKIYE)
EN OCASIÓN DEL 1700 ANIVERSARIO DEL PRIMER CONCILIO DE NICEA
(27 de noviembre - 2 de diciembre de 2025)

ENCUENTRO CON SS. BARTOLOMEO I
Y FIRMA DE LA DECLARACIÓN CONJUNTA

Palacio Patriarcal (Estambul)
Sábado, 29 de noviembre de 2025

DECLARACIÓN CONJUNTA

«¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!»
(Sal 107,1).

En la víspera de la fiesta de san Andrés, el primero que fue llamado a ser apóstol, hermano del apóstol Pedro y patrono del Patriarcado Ecuménico, nosotros, el Papa León XIV y el Patriarca ecuménico Bartolomé, damos de corazón gracias a Dios, nuestro Padre misericordioso, por el don de este encuentro fraternal. Siguiendo el ejemplo de nuestros venerables predecesores y atendiendo a la voluntad de nuestro Señor Jesucristo, continuamos caminando con firme determinación por la vía del diálogo, en el amor y en la verdad (cf. Ef 4,15), hacia la anhelada restauración de la plena comunión entre nuestras Iglesias hermanas. Conscientes de que la unidad de los cristianos no es simplemente resultado del esfuerzo humano, sino un don que viene de lo alto, invitamos a todos los miembros de nuestras Iglesias —clérigos, monjes, personas consagradas y fieles laicos— a buscar sinceramente el cumplimiento de la oración que Jesucristo dirigió al Padre: «Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti [...], para que el mundo crea» (Jn 17,21).

La conmemoración del 1700 aniversario del primer Concilio ecuménico de Nicea, celebrada en la víspera de nuestro encuentro, fue un momento extraordinario de gracia. El Concilio de Nicea, celebrado en el año 325 d. C., fue un acontecimiento providencial de unidad. Sin embargo, el propósito de conmemorar este acontecimiento no es simplemente recordar la importancia histórica del Concilio, sino impulsarnos a estar continuamente abiertos al mismo Espíritu Santo que habló a través de Nicea, mientras afrontamos los numerosos desafíos de nuestro tiempo. Estamos profundamente agradecidos con todos los líderes y delegados de otras Iglesias y comunidades eclesiales que quisieron participar en este evento. Además de reconocer los obstáculos que impiden la restauración de la plena comunión entre todos los cristianos —obstáculos que tratamos de abordar mediante el camino del diálogo teológico—, debemos reconocer también que lo que nos une es la fe expresada en el Credo de Nicea. Esta es la fe salvadora en la persona del Hijo de Dios, Dios verdadero de Dios verdadero, homooúsios con el Padre, que por nosotros y por nuestra salvación se encarnó y habitó entre nosotros, fue crucificado, murió y fue sepultado, resucitó al tercer día, subió a los cielos y ha de volver para juzgar a vivos y muertos. A través de la venida del Hijo de Dios, somos introducidos en el misterio de la Santísima Trinidad —Padre, Hijo y Espíritu Santo— y estamos invitados a llegar a ser, en y a través de la persona de Cristo, hijos del Padre y coherederos con Cristo por la gracia del Espíritu Santo. Dotados de esta confesión común, podemos afrontar nuestros desafíos compartidos al dar testimonio de la fe expresada en Nicea con respeto mutuo, y trabajar juntos hacia soluciones concretas con esperanza genuina.

Estamos convencidos de que la conmemoración de este importante aniversario puede inspirar nuevos y valientes pasos en el camino hacia la unidad. Entre sus decisiones, el primer Concilio de Nicea también estableció los criterios para determinar la fecha de la Pascua, común para todos los cristianos. Estamos agradecidos con la Divina Providencia porque este año todo el mundo cristiano celebró la Pascua el mismo día. Es nuestro deseo común continuar el proceso para buscar una posible solución que permita celebrar juntos la Fiesta de las Fiestas cada año. Esperamos y oramos para que todos los cristianos, «con toda sabiduría e inteligencia espiritual» (Col 1,9), se comprometan en el proceso de llegar a una celebración común de la gloriosa resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Este año conmemoramos también el 60 aniversario de la histórica Declaración conjunta de nuestros venerables predecesores, el Papa Pablo VI y el Patriarca ecuménico Atenágoras, que puso fin al intercambio de excomuniones de 1054. Damos gracias a Dios porque este gesto profético impulsó a nuestras Iglesias a proseguir «con espíritu de confianza, de estima y de caridad mutuas, el diálogo que nos lleve con la ayuda de Dios a vivir de nuevo, para el mayor bien de las almas y el advenimiento del reino de Dios, en la plena comunión de fe, de concordia fraterna y de vida sacramental, como existió entre ellas durante el primer milenario de la vida de la Iglesia» (Declaración conjunta del Papa Pablo VI y el Patriarca ecuménico Atenágoras, 7 diciembre 1965). Al mismo tiempo, exhortamos a quienes aún dudan de cualquier forma de diálogo a que escuchen lo que el Espíritu dice a las Iglesias (cf. Ap 2,29), que en las circunstancias actuales de la historia nos insta a presentar al mundo un testimonio renovado de paz, reconciliación y unidad.

Convencidos de la importancia del diálogo, expresamos nuestro continuo apoyo a la labor de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Ortodoxa, que en su fase actual está examinando cuestiones que históricamente se han considerado divisivas. Junto con el papel insustituible que desempeña el diálogo teológico en el proceso de acercamiento entre nuestras Iglesias, también valoramos los demás elementos necesarios de este proceso, incluidos los contactos fraternos, la oración y el trabajo conjunto en todos aquellos ámbitos donde la cooperación ya es posible. Exhortamos firmemente a todos los fieles de nuestras Iglesias, y especialmente al clero y a los teólogos, a que abracen con alegría los frutos alcanzados hasta ahora y a que trabajen para que sigan aumentando.

La meta de la unidad cristiana incluye el objetivo de contribuir de manera fundamental y vivificante a la paz entre todos los pueblos. Juntos elevamos fervientemente nuestras voces para invocar el don de la paz de Dios sobre nuestro mundo. Trágicamente, en muchas regiones de nuestro planeta, los conflictos y la violencia continúan destruyendo la vida de tantas personas. Hacemos un llamamiento a quienes tienen responsabilidades civiles y políticas para que hagan todo lo posible a fin de garantizar que la tragedia de la guerra cese inmediatamente, y pedimos a todas las personas de buena voluntad que apoyen nuestra súplica.

En particular, rechazamos cualquier uso de la religión y del nombre de Dios para justificar la violencia. Creemos que el auténtico diálogo interreligioso, lejos de ser causa de sincretismo y confusión, es esencial para la coexistencia de pueblos de distintas tradiciones y culturas. Conscientes del 60 aniversario de la Declaración Nostra aetate, exhortamos a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a trabajar juntos para construir un mundo más justo y solidario, y a cuidar la creación que Dios nos ha confiado. Sólo así la familia humana podrá superar la indiferencia, el afán de dominación, la codicia de lucro y la xenofobia.

Aunque estamos profundamente alarmados por la situación internacional actual, no perdemos la esperanza. Dios no abandonará a la humanidad. El Padre envió a su Hijo unigénito para salvarnos, y el Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, derramó sobre nosotros el Espíritu Santo para hacernos partícipes de su vida divina, preservando y protegiendo la sacralidad de la persona humana. Por el Espíritu Santo sabemos y experimentamos que Dios está con nosotros. Por esta razón, en nuestra oración confiamos a Dios a todo ser humano, especialmente a quienes están necesitados, a los que sufren hambre, soledad o enfermedad. Invocamos sobre cada miembro de la familia humana toda gracia y bendición para que sus corazones «se sientan animados y que, unidos estrechamente en el amor, adquieran la plenitud de la inteligencia en toda su riqueza. Así conocerán el misterio de Dios», que es nuestro Señor Jesucristo (Col 2, 2).

Desde el Fanar, 29 de noviembre de 2025

LA SANTA SEDE




 

El Papa cumple su objetivo en Turquía. Un día histórico en Turquía por Valentina Alazraki

 

REZANDO VOY del DOMINGO 30 DE NOVIEMBRE

 Ven pronto, Señor


Puedes ver y escuchar, aquí

Mt 24, 37-44

Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.
»Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».




Dios de vida

Eres un Dios de vida,
no de muerte o violencia
no de guerra,
ni de indiferencia.
La vida en germen,
que crece, invisible;
la vida recién nacida,
con todo por escribir;
la vida capaz de admirarse
con ojos de niño
al descubrir el mundo;
la vida bulliciosa
del joven que explora
la edad de las posibilidades;
la vida encarnada
de quien ya ha elegido,
y conoce la tierra que pisa;
la vida otoñal, que conjuga
sabiduría y cansancio,
memorias y afectos,
viejos anhelos
y aún nuevas ilusiones.
La vida que se encamina
a un nuevo mañana.
La Vida prometida,
eterna,
contigo.

(José María R. Olaizola, SJ)

Iniciando el contacto con música: Declaración de domicilio | Cristóbal Fones, SJ

 


En tiempos tan desafiantes como los que vivimos, volver a lo esencial nos trae libertad y calma, nos ordena, nos urge a plantearnos lo que realmente buscamos, dónde y cómo lo hacemos; desde qué lugares vitales leemos la realidad y participamos en el devenir común de nuestra comunidad humana y aún más allá, en comunión con la Creación entera de la que somos parte.

Friday, November 28, 2025

NO COMMENT: Los lugares emblemáticos de Londres recreados en pan de jengibre en una exposición benéfica. Euronews

 


La capital del Reino Unido acoge la Gingerbread City, donde los arquitectos cambian planos por masa para construir un mundo en miniatura de galleta y azúcar.

La exposición festiva anual, organizada por el Museo de Arquitectura, reúne a equipos de todo Londres para reconstruir en pan de jengibre monumentos emblemáticos.

Una de las piezas centrales es una versión dulce del Big Ben, horneada por arquitectos de Purcell, el mismo estudio responsable de la reciente restauración de la torre. Moldearon la esfera del reloj con azúcar transparente para que pudiera brillar desde dentro, un pequeño detalle que exigió paciencia y pulso firme.

Celebrado este año en Coal Drops Yard, en King’s Cross, el evento ofrece también talleres prácticos en los que los visitantes pueden construir y llevarse a casa sus propias casas de pan de jengibre.

'The Gingerbread City' se celebra del 29 de noviembre de 2025 al 4 de enero de 2026, y al finalizar todas las estructuras de galleta se reciclan.

PAPA LEÓN XIV: VIAJE APOSTÓLICO A TURQUÍA. ASÍ fue el VUELO PAPAL. Primera parada de León XIV: homenaje a Ataturk. Türkiye: Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático

 




Primera parada de León XIV: homenaje a Ataturk, fundador de la Turquía moderna

Esta que ven es la primera parada de León XIV en Turquía, minutos después de aterrizar en Ankara. El lugar: el mausoleo de Ataturk, donde reposan los restos del fundador de la Turquía moderna.

Esta imagen se repite 11 años después. Mismo lugar, mismas flores, mismo desfile militar, pero con un nombre distinto. Francisco estuvo en 2014 y León lo hace ahora en su primera visita internacional.

Y fíjense en los soldados que acompañan la corona floral. Es la guardia de honor de la Presidencia de Turquía. Son un grupo de soldados que, entre otras cosas, vigilan el monumento las 24 horas.

Fueron ellos los que dejaron la ofrenda de León XIV a los pies del sarcófago de Ataturk.

Miren ahora el monumento funerario desde fuera, porque les puede recordar al estilo de las civilizaciones antiguas, como la romana o la egipcia, aunque con pinceladas culturales de la identidad turca.

Y la primera parada de León XIV terminó así: firmando en el libro de honor y con una breve visita al museo dedicado al que es considerado el padre de los turcos.




El BACKSTAGE: LEÓN XIV y Turquía, PRIMERA CITA internacional

Era uno de los momentos más esperados en los poco más de seis meses de León como papa: ¿dónde haría su primera visita internacional? ¿Con qué motivo? ¿Cuál sería el trato con los periodistas? ¿Y su primer discurso? Y hoy hemos disipado las dudas

León XIV ha llegado a Turquía, en unos días volará al Líbano, y lo primero que hemos podido ver es cómo ha sido ese cara a cara con la prensa. Hemos visto a un papa cercano, que ha dirigido un breve mensaje en inglés a los corresponsales y después ha ido saludando uno a uno.

Allí estaba nuestro compañero de Rome Reports, Arturo, que hizo 13 viajes con el papa Francisco por todo el mundo y hoy ha estado en ese avión papal con León en su primera visita internacional.

Y ya una vez ha despegado, el avión papal ha cruzado seis países hasta llegar a Turquía. El avión aterrizaba a las 10:30, dando así comienzo a esta visita apostólica con una agenda, además, intensa y apretada para estos días.

VIAJE A TURQUÍA

PREVISTO POR EL PAPA FRANCISCO

Y ahora se preguntarán, ¿por qué Turquía? Pues bien, era un viaje que estaba previsto en la agenda del papa Francisco, aunque la Santa Sede no lo llegó a confirmar. Iba a ser para mayo de 2025.

Pero como ya saben, todo cambió en esos meses. El papa entró en el hospital y después estuvo recuperándose en Santa Marta hasta que falleció el 21 de abril.

Fue entonces cuando León recogió el testigo y decidió viajar a Turquía para un motivo concreto: celebrar los 1700 años del Concilio Ecuménico de Nicea, por lo que mañana veremos al papa en Iznik en un gran encuentro ecuménico.

También recordemos que más allá de la parte ecuménica del viaje, muchas veces esos destinos papales tienen una parte geopolítica. Turquía, además, es un enclave estratégico que une los continentes asiático y europeo, que controla rutas del mediterráneo y, además, con una posición actual en la que Turquía ha ejercido de mediador en las dos grandes guerras actuales: Ucrania y Oriente Medio.

VIAJE A TURQUÍA

HOMENAJE A ATARTURK

Y ahora, vamos ya de lleno con la agenda del papa. Todo ha comenzado en el mausoleo de Ataturk. Este fue el primer presidente de la Turquía que conocemos hoy, la Turquía moderna que él mismo fundó tras caer el imperio otomano.

Lo que quiso es convertir un lugar hasta ese momento regido por el islam en un país laico. Hasta allí, como ven, se ha trasladado León, al igual que hizo el papa Francisco en 2014, y le ha hecho una ofrenda floral justo delante de ese sarcófago donde reposan los restos de este político que, para muchos, es considerado el padre de los turcos.

VIAJE A TURQUÍA

CARA A CARA CON ERDOGAN


Y de ahí pasamos a la parte más política de los viajes papales. Ese momento en el que el pontífice es recibido por el jefe de Estado del país. En este caso, miren el primer cara a cara del papa con Erdogan, que ha seguido con un encuentro privado del que no han trascendido imágenes.

Lo que sí sabemos y hemos seguido, tanto desde Turquía como en la redacción, son esos dos discursos que se han dirigido estos líderes. Vamos primero con Erdogan, quien ha improvisado todas sus palabras con el pontífice y las autoridades tanto del Vaticano como de su país delante.

Era de esperar que Erdogan hablara de dos temas: por un lado, los conflictos y, también, la religión en Turquía. Sobre los conflictos, el presidente ha presumido de su buena gestión en el tema de la ayuda humanitaria. Por ejemplo, acogiendo a refugiados sirios o de otros países en guerra.

VIAJE A TURQUÍA

LIBERTAD RELIGIOSA EN EL PAÍS

Erdogan también ha señalado que respetan a las minorías religiosas. Y, en palabras textuales, ha dicho que no permiten que nadie sea discriminado. Unas palabras que distan de varios informes, en los que se habla de restricciones a la libertad de culto o se pide que se observe de cerca al país violaciones a la libertad religiosa.

En cuanto al papa, habló de la importancia de la religión en Turquía y, por eso, dijo que es esencial honrar la libertad de todos a nivel personal, social y político.

El pontífice, además, abordó el papel de la mujer y, en concreto, su contribución a la sociedad. León XIV habló de la influencia positiva que tienen en la escena internacional, sobre todo, desde el aumento de su participación más activa en la vida profesional, cultural y política.

VIAJE A TURQUÍA

TRASLADO A ESTAMBUL

Después de ese importante encuentro, León se ha vuelto a subir en el avión, esta vez, para ir a Estambul. Allí pasará la noche porque mañana le esperan tres encuentros importantes, entre ellos, con la comunidad católica en el país y, después, como decíamos, su peregrinación a Iznik. Y así, León XIV se ha convertido en el quinto pontífice que visita Turquía, donde estará hasta el domingo, 30 de noviembre.



Viaje apostólico a Türkiye: Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático


VIAJE APOSTÓLICO DE SU SANTIDAD LEÓN XIV
A TÜRKIYE Y AL LÍBANO
CON PEREGRINACIÓN A İZNIK (TÜRKIYE)
EN OCASIÓN DEL 1700 ANIVERSARIO DEL PRIMER CONCILIO DE NICEA
(27 de noviembre - 2 de diciembre de 2025)

ENCUENTRO CON LAS AUTORIDADES, REPRESENTANTES DE LA SOCIEDAD CIVIL Y EL CUERPO DIPLOMÁTICO

DISCURSO DEL SANTO PADRE

Ankara, Palacio Presidencial
Jueves, 27 de noviembre de 2025

Señor Presidente,
distinguidas autoridades y miembros del Cuerpo Diplomático,
señoras y señores:

Muchas gracias por su amable acogida. Me complace comenzar los viajes apostólicos de mi pontificado en su país, ya que esta tierra está indisolublemente ligada a los orígenes del cristianismo y hoy llama a los hijos de Abraham y a toda la humanidad a una fraternidad que reconoce y aprecia las diferencias.

La belleza natural de su país nos exhorta a custodiar la creación de Dios. Más aún, la riqueza cultural, artística y espiritual de los lugares en que viven nos recuerda que en el encuentro entre generaciones, tradiciones e ideas diferentes se forman las grandes civilizaciones, en las que el desarrollo y la sabiduría se van construyendo en unidad. Es cierto, nuestro mundo tiene a sus espaldas siglos de conflictos y a nuestro alrededor sigue desestabilizado por ambiciones y decisiones que pisotean la justicia y la paz. Sin embargo, ante los retos que se nos plantean, ser un pueblo con un gran pasado representa un don y una responsabilidad.

La imagen del puente sobre el estrecho de los Dardanelos, elegida como emblema de mi viaje, expresa eficazmente el papel especial de su país. Ustedes ocupan un lugar importante en el presente y en el futuro del Mediterráneo y del mundo entero, sobre todo valorizando sus diversidades internas. Antes de conectar Asia y Europa, Oriente y Occidente, ese puente une a Türkiye consigo misma, compone sus partes y la convierte, por así decirlo, desde dentro, en una encrucijada de sensibilidades, cuya homogeneización representaría un empobrecimiento. De hecho, una sociedad está viva si es plural: son los puentes entre sus diferentes almas los que la convierten en una sociedad civil. Hoy en día, las comunidades humanas están cada vez más polarizadas y desgarradas por posiciones extremas que las fragmentan.

Deseo asegurarles que también los cristianos, que son y se sienten parte de la identidad turca, tan apreciada por san Juan XXIII, a quien ustedes recuerdan como el “Papa turco” por la profunda amistad que siempre lo unió a su pueblo, quieren contribuir positivamente a la unidad de su país. Él, que fue Administrador del Vicariato Latino de Estambul y Delegado Apostólico en Türkiye y Grecia desde 1935 hasta 1945, se esforzó intensamente para que los católicos no se autoexcluyeran de la construcción de su nueva República. «He aquí —escribía en aquellos años— que nosotros, los católicos latinos de Estambul y los católicos de otros ritos: armenio, griego, caldeo, sirio, etc., somos aquí una modesta minoría que vive en la superficie de un vasto mundo con el que sólo tenemos relaciones superficiales. Nos gusta distinguirnos de quienes no profesan nuestra fe: hermanos ortodoxos, protestantes, israelitas, musulmanes, creyentes o no creyentes de otras religiones [...]. Parece lógico que cada uno se ocupe de sí mismo, de su tradición familiar y nacional, manteniéndose dentro del círculo limitado de su propia comunidad. [...] Mis queridos hermanos e hijos: debo decirles que, a la luz del Evangelio y del principio católico, esta es una lógica falsa». [1] Desde entonces, sin duda, se han dado grandes pasos adelante en el seno de la Iglesia y en su sociedad, pero esas palabras siguen irradiando mucha luz y continúan inspirando una lógica evangélica y más verdadera, que el Papa Francisco ha definido como “cultura del encuentro”.

Desde el corazón del Mediterráneo, de hecho, mi venerado predecesor se opuso a la “globalización de la indiferencia” con la invitación a sentir el dolor ajeno, a escuchar el grito de los pobres y de la tierra, inspirando así una acción compasiva, reflejo del único Dios, que es clemente y misericordioso, «lento para enojarse y de gran misericordia» (Sal 103,8). La imagen del gran puente también ayuda en este sentido. Dios, al revelarse, estableció un puente entre el cielo y la tierra; lo hizo para que nuestro corazón cambiara, haciéndose semejante al suyo. Es un puente colgante, grandioso, que casi desafía las leyes de la física: así es el amor, que, además de la dimensión íntima y privada, posee también una dimensión visible y pública.

La justicia y la misericordia desafían la ley de la fuerza y se atreven a pedir que la compasión y la solidaridad sean consideradas criterios de desarrollo. Por eso, en una sociedad como la turca, donde la religión tiene un papel visible, es fundamental honrar la dignidad y la libertad de todos los hijos de Dios: hombres y mujeres, compatriotas y extranjeros, pobres y ricos. Todos somos hijos de Dios y esto tiene consecuencias personales, sociales y políticas. Quien tiene un corazón dócil a la voluntad de Dios siempre promoverá el bien común y el respeto por todos. En la actualidad, esto supone un gran desafío, que debe remodelar las políticas locales y las relaciones internacionales, especialmente ante una evolución tecnológica que, de otro modo, podría acentuar las injusticias, en lugar de contribuir a disiparlas. De hecho, incluso las inteligencias artificiales reproducen nuestras preferencias y aceleran los procesos que, a fin de cuentas, no son las máquinas, sino la humanidad quien los ha emprendido. Trabajemos juntos, pues, para modificar la trayectoria del desarrollo y para reparar los daños ya infligidos a la unidad de la familia humana.

Señoras y señores, he hablado de “familia humana”. Se trata de una metáfora que nos invita a establecer un vínculo —una vez más, un puente— entre los destinos de todos y la experiencia de cada uno. Para cada uno de nosotros, de hecho, la familia ha sido el primer núcleo de la vida social, en el que hacemos experiencia de que sin el otro no hay “yo”. Más que en otros países, la familia conserva una gran importancia en la cultura turca y no faltan iniciativas para apoyar su centralidad. En su seno, de hecho, maduran actitudes esenciales para la convivencia civil y una primera y fundamental sensibilidad hacia el bien común. Ciertamente, cada familia puede también cerrarse en sí misma, cultivar enemistades o impedir que alguno de sus miembros se exprese, hasta el punto de obstaculizar el desarrollo de sus talentos. Sin embargo, no es desde una cultura individualista, ni desde el desprecio del matrimonio y la fecundidad, desde donde las personas pueden obtener mayores oportunidades de vida y felicidad.

A este engaño de las economías consumistas, en las que la soledad se convierte en negocio, conviene responder con una cultura que valore los afectos y los vínculos. Sólo juntos nos convertimos auténticamente en nosotros mismos. Sólo en el amor se profundiza nuestra interioridad y se fortalece nuestra identidad. Quien desprecia los vínculos fundamentales y no aprende a soportar incluso sus límites y fragilidades, se vuelve más fácilmente intolerante e incapaz de interactuar con un mundo complejo. De hecho, en la vida familiar emergen de modo muy específico el valor del amor conyugal y la aportación femenina. Las mujeres en particular, también a través del estudio y la participación activa en la vida profesional, cultural y política, se ponen cada vez más al servicio del país y de la influencia positiva del mismo en el panorama internacional. Por lo tanto, hay que apreciar mucho las importantes iniciativas en este sentido, en apoyo de la familia y de la contribución femenina al pleno florecimiento de la vida social.

Señor Presidente, que Türkiye sea un factor de estabilidad y acercamiento entre los pueblos, al servicio de una paz justa y duradera. La visita a Türkiye de cuatro Papas —san Pablo VI en 1967san Juan Pablo II en 1979Benedicto XVI en 2006 y Francisco en 2014— atestigua que la Santa Sede no sólo mantiene buenas relaciones con la República de Türkiye, sino que desea cooperar en la construcción de un mundo mejor con la aportación de este país, que constituye un puente entre Oriente y Occidente, entre Asia y Europa, y una encrucijada de culturas y religiones. La ocasión misma de este viaje, el 1700 aniversario del Concilio de Nicea, nos habla de encuentro y diálogo, al igual que el hecho de que los ocho primeros concilios ecuménicos se celebraran en las tierras de la actual Türkiye.

Hoy más que nunca se necesitan personas que favorezcan el diálogo y lo practiquen con firme voluntad y paciente tenacidad. Tras la época de construcción de las grandes organizaciones internacionales, que siguió a las tragedias de las dos guerras mundiales, estamos atravesando una fase de fuertes conflictos a nivel global, en la que prevalecen las estrategias de poder económico y militar, alimentando lo que el Papa Francisco llamaba “la tercera guerra mundial a pedazos”. ¡No hay que ceder en modo alguno a esta deriva! Está en juego el futuro de la humanidad. Porque las energías y los recursos absorbidos por esta dinámica destructiva se sustraen a los verdaderos retos que la familia humana debería afrontar unida, es decir, la paz, la lucha contra el hambre y la miseria, la salud, la educación y la salvaguarda de la creación.

La Santa Sede, con su única fuerza, que es la espiritual y moral, desea cooperar con todas las naciones que se preocupan por el desarrollo integral de cada hombre y de todos los hombres y las mujeres. Caminemos juntos, pues, en la verdad y en la amistad, confiando humildemente en la ayuda de Dios. ¡Gracias!

 


[1] A. G. Roncalli, La predicazione a Istanbul. Omelie, discorsi e note pastorali (1935-1944), Florencia 1993, 367-368.