Tuesday, July 08, 2025

El jesuita Jörg Alt denuncia la situación de las cárceles alemanas tras su paso por prisión


El activista climático presenta un informe tras el cumplimiento de su pena por participar en el bloqueo de una carretera

El jesuita y activista climático alemán Jörg Alt ha cumplido una pena de cárcel de 25 días en abril de 2025. Una experiencia, tras su condena por parar el tráfico durante una protesta ecológica en 2022, en la prisión de Núremberg que le ha motivado a presentar un informe con toda la problemática que se ha encontrado y le han compartido los miembros del sistema.

Fallo del sistema

El escrito de más de 50 páginas, al que ha podido tener acceso Vida Nueva, denuncia, entre otras cosas, la manipulaciones del personal, la omnipresencia de las drogas o los fallos del sistema en la resocialización de los presos. En el informe refleja las problemáticas que le han trasladado compañeros de prisión, funcionarios y otros expertos en cuestiones penitenciarias. Alt que entró en la cárcel tras rechazar pagar una multa o realizar servicios comunitarios ha sido reconocido en la cárcel como el “capellán del clima” y muchos acudieron a él: “me confiaron sus sufrimientos y me pidieron que se los contara después de mi liberación”.

En la presentación del informe destacó que “mucha gente aquí necesita apoyo psicológico o asesoramiento sobre adicciones, otros necesitan un trabajador de calle y luego tenemos un pequeño remanente que pertenece a la cárcel”. Así, denuncia por ejemplo la acumulación de horas extraordinarias de los funcionarios, la escasa atención médica y otras carencia. “Un preso me contó lo mal que lo pasó tras la muerte de su hijo. Le dieron consulta con un psicólogo, pero el tenor de la conversación fue que no debía pensar tan a menudo en la muerte de su hijo”.

Hacia la socialización

Alt también afronta la cuestión del consumo de drogas en precisión. “Cuando las personas sufren síndrome de abstinencia, cabe preguntarse si están sanas”, apunta el jesuita que reflexiona sobre la atención médica en estos casos y el fracaso de las terapias que se desarrollan. A esto se suma el hecho de en la cárcel no hay “un concepto de resocialización coherente que cumpla los requisitos constitucionales”. “Muchas de las personas con las que he hablado están convencidas de que tal y como va la excarcelación para mucha gente en Baviera ahora mismo, sólo puede ir mal”, lamenta el activista.

Ante este panorama, el jesuita plantea 10 recomendaciones basadas en medidas preventivas, una reforma del derecho penal y más alternativas al encarcelamiento. Reclama mejorar la atención médica y psicológica, ampliación y profesionalización del personal y otras cuestiones.



Mateo González Alonso
VN

Recordemos una noticia aparecida el 2 de abril de este año

Ir a la cárcel es “la última forma de protesta que me queda”. Así se ha manifestado este 1 de abril el jesuita alemán Jörg Alt en un comunicado remitido a Vida Nueva. Comprometido por combatir las consecuencias del cambio climático, el pasado 28 de enero se celebró la vista de la apelación presenta por el religioso junto a la doctora Cornelia Huth y el estudiante Luca Thomas. Los tribunales confirmaron la culpabilidad por haber llevado una protesta ecológica que implicó el corte del tráfico de una plaza de Múnich el 16 de agosto de 2022.

Una protesta climática

Alt ya está en prisión en Núremberg para cumplir una pena sustitutiva de 25 días de prisión tras negarse a pagar una multa de 500 euros o rechazar la propuesta del tribunal de realizar trabajos comunitarios. Todavía está pendiente otro caso por una acción de este tipo en Múnich. “No me gusta hacer esto, especialmente porque mi salud ya no es la mejor a la edad de 63 años”, señaló en su escrito remitido a esta revista, “pero no veo otra alternativa, porque es la última forma de protesta que me queda en este caso concreto para llamar la atención sobre cuestiones importantes” sobre el cambio climático.

El jesuita pidió también donativos porque ha declarado: “No quiero que el contribuyente pague los gastos de prisión que he causado por razones de conciencia”. Por ello pagará 4.500 euros a la cuenta en la que debería haber pagado su condena para no ser una carga para el erario público.

Además, envió una carta los líderes de la CDU/CSU y el SPD, los principales partidos políticos de la nueva coalición, para que reduzcan más rápidamente sus emisiones de dióxido de carbono. “Igualmente preocupantes son los rumores de que se van a recortar drásticamente los fondos destinados a los países pobres del Sur Global, que necesitan para combatir la pobreza y adaptarse al cambio climático”, ha denunciado.


Mateo González Alonso
VN


 

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