Jesús usa metáforas para indicarnos cómo debemos ser en nuestras vidas: luz del mundo, levadura escondida en la masa, sal que agrega sabor.
Se aplican en diferentes momentos de la vida de una persona y en la vida de la Iglesia.
Hay ocasiones en que se nos pone en el escenario, y tenemos 15 minutos de fama; en esos momentos somos la luz del mundo, y podemos orar que seamos dignos de nuestra vocación de cristianos.
En la mayoría del tiempo somos como la levadura o la sal, trabajando por el bien aunque no nos vean. La imágen de la levadura o la sal es menos atractiva que ser la luz. Si tenemos algo de exhibicionistas en nosotros, estas imágenes nos revelarán la verdad.
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