A través de un comunicado público el partido demócrata cristiano sostiene que "no es la solución poner la píldora a disposición de todos, como un método habitual de prevención del embarazo", y que "sólo puede indicarse como una medida extraordinaria y extrema, porque en caso contrario puede ayudar a promover una sexualidad precoz, no responsable y que expanda pandemias como el Sida".
El apoyo a las medidas de regulación de la fertilidad, siempre y cuando éstas no atenten contra la vida del que está por nacer, expresó la DC, tras el anuncio del Ministerio de Salud en orden a entregar la píldora del día después (o Postinor 2) a los mayores de 14 años sin el consentimiento de sus padres.
"La Democracia Cristiana apoya las medidas de regulación de la fertilidad, de manera que los embarazos sean producto de una decisión libre y responsable de la pareja, siempre y cuando dichas medidas no atenten contra la vida del que está por nacer", expresó el partido al respecto.
Asimismo, aclaró que dicha política debe apuntar a prevenir el embarazo adolescente y no deseado, pues es una realidad que golpea a los sectores populares.
"Sin embargo, consideramos que el Estado debiera centrar sus esfuerzos en políticas activas de educación sexual y prevención del embarazo, pues más que preocuparnos del día después, debiéramos poner el acento en el día antes".
Soledad Alvear, Presidenta de la DC, asegura compartir la molestia en la población acerca de la "manifiesta inequidad" existente en el acceso a métodos anticonceptivos, razón por la cual reclama mayores recursos a la hora de informar y ofrecer métodos de planificación familiar y anticonceptivos más seguros, con menos efectos colaterales.
Además, considera que "no es la solución poner la píldora a disposición de todos, como un método habitual de prevención del embarazo", y que "sólo puede indicarse como una medida extraordinaria y extrema, porque en caso contrario puede ayudar a promover una sexualidad precoz, no responsable y que expanda pandemias como el Sida".
La DC propone que la mujer que experimente un embarazo no deseado, para que pueda tener libertad, el Estado debiera asegurarle posibilidades reales de llevar a feliz término éste y ejercer su maternidad en plenitud. "Para ello se requeriría de una política estatal que subsidiara generosamente casas de acogida", señala, al tiempo que reitera su política de la vida en libertad".
Finalmente manifestó su creencia en que la prudencia y un adecuado tratamiento de estos temas ameritaba un procedimiento que propendiese al consenso social. "Eso es lo que permite aplicar políticas públicas de largo plazo", añade el comunicado.
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