Wednesday, January 13, 2010

Espacio Sagrado


Marcos 1:29-39
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: "Todo el mundo te busca." Él les respondió: "Vamos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para esto he salido." Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.



¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Orar temprano en la mañana era parte de la religión judía. Jesús se levanta y va a un lugar apartado para orar, para estar en comunión con su Padre. Sin embargo, no lo dejan solo por mucho rato. Simón Pedro y sus compañeros llegan en su búsqueda. "Todo el mundo te busca", le dicen. La persecución de Jesús probablemente se originaba por la convicción de sus discípulos que Jesús estaba perdiendo grandes oportunidades de hacer más milagros en Cafarnaúm!
Me pregunto si paso mucho tiempo esperando que Jesús haga milagros por mí...

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