A los 25 años de la Resurrección de monseñor Leónidas Proaño
III Encuentro Latinoamericano "Fe y Política" en Quito
Con la presencia de más de 100 representantes de 10 países latinoamericanos
(Evaristo Villar/Jose Arregi desde Quito).- Con exquisita puntualidad dio comienzo ayer el III Encuentro Latinoamericano "Fe y Política". A los 25 años de la Resurrección de Monseñor Leónidas Proaño. El tema general del Encuentro es "Pachamama, agua, territorio y territorialidad en contextos de capitalismo global y alternativas desde la fe de los pueblos".
El encuentro está teniendo ligar en el Universidad Andina Simón Bolívar con la presencia de más de 100 representantes de 10 países latinoamericanos y europeos, entre los que destacan la más numerosas presencia de ecuatorianos, colombianos y bolivianos con algunos llegados desde Cuba, Panamá, Costa Rica.
Es de notar la presencia de jóvenes menores de 30 años, que representan un 25% de los asistentes indígenas, que suman a su vez el 32% de los participantes; hay un 54% de varones y el 56% de mujeres. El encuentro está apoyado por 40 organizaciones sociales de marcado carácter indigenista.
El día de hoy, dedicado al análisis de capitalismo: características que toma el sistema capitalista en América Latina, al interior de nuestros pueblos y el mundo actual, estuvo iluminado, desde sus primeros momentos por un texto muy expresivo de Mons. Leonidas Proaño. El texto reza así: "El capitalismo es frío, como es frío todo lo que es metálico. No le importan ni los hombres ni los pueblos. Le importan las ganancias. Y solamente le importan los hombres y los pueblos en la medida en que éstos le proporcionan ganancias. Para poder devorar ganancias, devora pueblos y hombres. Es frío no tiene corazón".
La ceremonia inicial, en un espectacular ritual indígena, en el que se construyó un altar quechua con la presencia dominante del poncho de Mons. Proaño, alternó lecturas del libro de los 1 de los Reyes 19,19; 2 reyes 2,9-14 y las bienaventuranzas y el magníficat con cantos de Atawalpa Yupanki y Roberto Carlos.
El resto de la mañana se dedicó al análisis del capitalismo en tres talleres de trabajo con la metodología jocista, del Ver, Juzgar y Actuar. La puesta en común se hizo en el conjuntamente en el Paraninfo de la Universidad después de la protección del Power Point "Del Poncho por la Vida y el misterio".
La jornadas se cerró a partir de las 17:00h con el Simposio Latinoamericano en el que participaron un panel de especialistas como Wim Duerckxsens (investigador del DEI), Evaristo Villar (teólogo del Centro Evangelio y Liberación), Humberto Cholango (presidente de la CONAIE) y Mario Unda (intelectual ecuatoriano).
La apertura del acto y la acogida al III Encuentro Latinoamericano la hizo el Rector Magnífico de la Universidad Andina Simón Bolívar con palabras muy cordiales y reconocimiento de la figura de Mons. Proaño así como de la importante labor que está haciendo la Fundación Pueblo Indio en el mantenimiento y actualización de de su vida y pensamiento.
De las aportaciones mayores de este simposio, cabe destacar éstas. En primer lugar, elreconocimiento de la figura humana, intelectual y pastoral de Mons. Proaño. Luego, la coincidencia en la presencia nefasta que ha tenido y está teniendo el capitalismo en estos pueblos latinoamericanos, a pesar de los esfuerzos que se están realizando a través del ALBA, UNASUR, etc. El mayor peso del capitalismo está cayendo sobre los grupos y etnias más vulnerables y abandonadas, como los indígenas, y los sin trabajo y sin tierra.
Se manifestó una postura muy crítica con el proyecto del Gobierno de Correa de explotación del parque natural de Yasuni ITT y de otras medidas que está tomando, afines a los intereses de la clase más rica, y poco o muy poco reconocedoras del enorme trabajo sociopolítico y cultural que están llevando a cabo los Movimientos sociales y ciudadanos.
Segunda Jornada del Encuentro.
Jornada maratoniana, como todos estos días. Dedicada hoy al tema "Análisis de la realidad actual de la PACHAMAMA, AGUA, TIERRA Y TERRITORIOS dentro del sistema capitalista".
Las palabras proféticas de Taita Proaño iluminan el día y el tema: "Debemos actuar antes de que sea demasiado tarde. Antes de que la ambición y locura de unos pocos, conviertan a nuestro planeta tierra en una luna muerta, en un cementerio del espacio".
La mañana se ha abierto con una ceremonia pausada, bella, emotiva, dirigida por hermanas y hermanos de Colombia: indios, negros, blancos y mestizos. Uno a uno, seis líderes y lideresas, con una vela encendida en la mano, han ido desgranando sin retórica ni rencor conmovedores relatos de su vía crucis: asesinatos de hijos a manos del Ejercito y de los paramilitares, desplazamientos forzados, despojo de tierras, miseria sin fin... Su vida están aún amenazada, pero están determinados a seguir arriesgándola por la Vida, incondicionalmente apoyados (y acompañados también en este Encuentro de Quito) por la COMISIÓN INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ de Colombia. Su relato ha sido un canto a la solidaridad que salva, una confesión de fe en el Dios de la Vida.
Cada una/o portaba en su mano una vela de distinto color. Seis velas, seis colores: los cinco principios de nuestra identidad (verdad, libertad, justicia, solidaridad, fraternidad) más el blanco de todos los colores.
A medida que intervenían, iban depositanto su vela encendida, cada una de un color, sobre el chaca (cruz cuadrada de las cuatro direcciones) y el churo (caracol o espiral de la vida), representados sobre un tapiz andino con hileras de fríjoles blancos y negros, maíz, guisantes y pequeñas batatas amarillas. A cada relato cantábamos el mismo estribillo: "Tierra mi cuerpo, agua mi sangre, aire mi aliento, fuego mi espíritu".
A medida que intervenían, iban depositanto su vela encendida, cada una de un color, sobre el chaca (cruz cuadrada de las cuatro direcciones) y el churo (caracol o espiral de la vida), representados sobre un tapiz andino con hileras de fríjoles blancos y negros, maíz, guisantes y pequeñas batatas amarillas. A cada relato cantábamos el mismo estribillo: "Tierra mi cuerpo, agua mi sangre, aire mi aliento, fuego mi espíritu".
Hemos concluido la ceremonia -estas ceremonias matinales nos llegan al alma-con un aplauso de un minuto a Leónidas Proaño, cuyo poncho reviste la cruz que nos preside. Luego hemos cantado con ardor el poema de "Solidaridad" del obispo de Riobamba, que se ha convertido en el himno de los movimientos sociales e indígenas de América Latina. Dice así:
Mantener siempre atentos los oídos
al grito del dolor de los demás
y escuchar su pedido de socorro...
es solidaridad.
al grito del dolor de los demás
y escuchar su pedido de socorro...
es solidaridad.
ENTREGAR POR AMOR
HASTA LA VIDA
ES LA PRUEBA MAYOR
DE LA AMISTAD.
ES VIVIR Y MORIR CON JESUCRISTO
LA SOLIDARIDAD.
HASTA LA VIDA
ES LA PRUEBA MAYOR
DE LA AMISTAD.
ES VIVIR Y MORIR CON JESUCRISTO
LA SOLIDARIDAD.
Sentir como algo propio el sufrimiento
del hermano de aquí y del de allá,
hacer propia la angustia de los pobres...
es solidaridad.
del hermano de aquí y del de allá,
hacer propia la angustia de los pobres...
es solidaridad.
Llegar a ser la voz de los humildes,
descubrir la injusticia y la maldad,
denunciar al injusto y al malvado...
es solidaridad.
descubrir la injusticia y la maldad,
denunciar al injusto y al malvado...
es solidaridad.
Convertirse uno mismo en mensajero
del abrazo sincero y fraternal
que unos pueblos envían a otros pueblos...
es solidaridad.
del abrazo sincero y fraternal
que unos pueblos envían a otros pueblos...
es solidaridad.
Compartir los peligros en la lucha
por vivir en justicia y libertad
arriesgando en amor hasta la vida...
es solidaridad.
por vivir en justicia y libertad
arriesgando en amor hasta la vida...
es solidaridad.
La segunda parte de la mañana se abre con testimonios de líderes y lideresas acerca de situaciones que se están viviendo en Ecuador, Bolivia y Colombia. Nos han contado "la otra verdad" de esas situaciones; simplemente, la verdad que nos ocultan los grandes medios:
- Reserva Amazónica de Ecuador, invadida por las carreteras de acceso a los pozos petrolíferos, donde los indígenas han sido despojados del 85% de sus tierras y donde 700 campesinos hacen resistencia;
- Río Naya al sur de Colombia, donde los ríos y quebradas (riachuelos) -únicas fuentes de agua de sus pobladores afrodescendientes- están siendo contaminadas y secadas por la intervención de empresas o desviadas por la administración pública, dejando sin agua a los habitantes del lugar, que la reciben solo cada ocho días.
- Valle del Cotopaxi (Ecuador), donde la extensión de la agroindustria y el monocultivo del brócoli -no lo olvidemos, por favor, cuando comamos brócoli- han destruido la agricultura tradicional; incluso habían llegado a impedir la lluvia en ese lugar por medio de "cañones" que dispersaban las nubes; la resistencia ha conseguido que retiren los cañones.
- Esmeraldas, en el norte del Ecuador, donde se llevan a cabo acciones de resistencia contra el monocultivo de la "palma africana", narradas en primera persona por una lideresa afro-ecuatoriana, desplazada y en constante riesgo de su vida. "Si me toca morir por decir esta verdad, moriré". "Podrán cortar la rama, la hoja, la flor, pero no la raíz".
- Tunibamba (Ecuador), donde los indígenas luchan por recuperar las tierras que les fueron robadas, para trabajarlas en la forma tradicional comunitaria.
- Cantón Arajuno en la Amazonía ecuatoriana, de etnia quichua: dos jóvenes muchachas de allí nos cuentan su lucha por defender sus tierras. Las empresas extractivas y macroalimentarias han roto el equilibrio ecológico y la relación tradicional con la tierra. "Salvaje no es quien vive en la selva. Salvaje es quien la destruye", nos ha dicho una de ellas. Y también: "La tierra no pertenece a los seres humanos. Los seres humanos pertenecen a la Tierra".
Una vez "vista" la realidad de esta manera, la mañana sigue con el "juzgar" y el "actuar" por parte de los diversos grupos.
La tarde ha empezado con la puesta en común de los talleres acerca del juzgar y del actuar. Los testimonios escuchados durante la mañana han provocado en la mayoría sentimientos contrarios: indignación, impotencia y rabia por un lado; admiración, aliento y esperanza por otro, a la vista de tantas personas que siguen esperando y luchando a pesar de todo.
Al final, hemos escuchado las palabras del obispo profeta Leónidas Proaño, leídas porNidia Arrobo, que le cuidó en vida y en el lecho de la muerte: "La visión armónica que tiene de la creación el pueblo indígena, su respeto de la naturaleza y su cuidado de la reservas pueden educar la conciencia ecologista de los hombres de Europa y de otras partes del mundo y contribuir a que se haga un alto a la explotación destructora de los recursos naturales. Las nacionalidades indígenas, existentes en la selva amazónica del Ecuador, están amenazadas por la agresión de compañías multinacionales petroleras, cultivadoras de la palma africana y madereras. Estas compañías están conduciendo a los indígenas de la selva a una muerte segura (...). La tierra está de duelo. La tierra ha sido profanada, gritaba el profeta Isaías (Is 24,5). Este mismo ha sido y es el grito de los indígenas, cuando luchan contra los conquistadores y profanadores, en defensa de su tierra, vale decir de su madre".
La segunda parte de la tarde la ocupan tres ponencias:
- La primera a cargo de Ivonne Ramos, militante y durante muchos años presidenta de ACCIÓN ECOLÓGICA, comprometida en innumerables proyectos y acciones ecofeministas liberadoras. El capitalismo o el mercado global, nos ha asegurado, encuentra en la crisis ecológica una óptima ocasión para sus negocios: las multinacionales compran la selva para pagar la cuota de la contaminación que producen, pero no es más que una estrategia perversa para seguir explotando la selva y su subsuelo. Ivonne Ramos ha pedido al papa Francisco que intervenga para impedir la explotación de Yasuní (Amazonía ecuatoriana), un conflicto de plena actualidad en Ecuador.
- La segunda a cargo de Marco Arana, teólogo peruano, del movimiento TIERRA Y LIBERTAD del Perú. Ha presentado gráficamente el desastre ecológico que están provocando las empresas extractoras de oro: montañas destruidas, lagos contaminados, fuentes originarias del agua eliminadas. "Dios dejó a los seres humanos agua y oro. Las empresas mineras han optado por el oro". "Las minerías a cielo abierto se han convertido en infierno abierto". Mientras tanto, a los críticos de estas masacres ecológicas y humanas se les tacha de "ecoterroristas". Pero los "guardianes de los lagos" no cejan en su lucha y resistencia. Marco Arana aboga por una "ecoteología liberadora".
- La tercera a cargo de Rodolfo Machaca Yupanqui (descendiente de Atahualpa Yupanqui), dirigente campesino aymara de Bolivia y Secretario General de la CONFEDERACIÓN SINDICAL ÚNICA DE TRABAJADORES CAMPESINOS DE BOLIVIA. La esencia del campesino es la vida, y para que exista la vida necesariamente hemos de cuidar, proteger, restaurar la tierra, el territorio, el agua. El campesino se limita a hacer producir a la Madre Tierra los alimentos que necesita, la energía para seguir viviendo, y no oro y otros metales simplemente para enriquecerse. La colonización que empezó hace 500 años y sigue todavía ha provocado la descampesinización y la destrucción de la economía comunitaria. La agenda del movimiento campesino tiene en su agenda las siguientes tareas: re-territorialización, re-campesinización y la recuperación de la economía comunitaria, y como fruto de todo ello, la soberanía alimentaria. Las reformas agrarias bolivianas no han favorecido a los indígenas. "No basta con una reforma agracia, sino una revolución agraria", ha afirmado en presencia de la embajadora de Bolivia en Ecuador.
¿Hay esperanza? Sí, tiene que haberla. De hecho la hay. Basta escuchar a estos indígenas y campesinos. Basta mirar los ojos de Janaiti, un niño de apenas dos meses que su joven madre Esmeralda carga a sus espaldas en la chalina, y que ella mece con ternura y naturalidad durante todo el día, durante todas las sesiones. Janaiti sigue todas las sesiones, dormido o despierto, siempre plácidamente. Janaiti significa "cima de la serenidad y de la sabiduría", como sus ojos. Hay esperanza en los ojos de Janaiti.
¿QUÉ NOS QUEDA DE MONSEÑOR PROAÑO?
"El soñador se fue, pero su sueño queda"
Está circulando entre nosotros esta pregunta: ¿cuál es, según su criterio, el ecuatoriano más grande de todos los tiempos?
Con perdón de los “preguntones”, yo creo que esta pregunta no puede ser contestada: ningún ecuatoriano, por grande que sea, puede ser el más grande de todos y en todo….Sólo Dios es el único Grande sobre todos los grandes.
Yo prefiero hacerme y hacer esta pregunta, más humilde y casera:
¿Qué nos queda de Monseñor Proaño?
Y he hallado una respuesta, a la luz de las tres lecturas del Domingo 14 del presente: nuestro Dios es el único Dios vivo y verdadero; nuestro Dios es el Dios de la justicia y el derecho; nuestro Dios es de todos: si tiene una preferencia, algo así como “el lado flaco de su corazón”, es su amor preferencial a los más pobres entre los pobres. Esto brilla con claridad meridiana en toda la Biblia. Acentuó aquí el pasaje evangélico del domingo 14 de este mes. Me impactó sobre manera al estar preparando mi homilía dominical. Nuestro Dios, revelado en Jesús, está de paso por nuestros caminos. Una pobre mujer extranjera, sin nombre ni apellido, ¡la Cananea! Se le acerca: le pide a gritos que tenga lástima de ella: que sane a una hijita que se le está muriendo, atormentada por un pésimo demonio… Cree que, hasta entre los diablos, hay unos peores que otros.
Los discípulos, todavía no bien evangelizados, piden a Jesús que atienda a la pobre Cananea, y no tanto por ella misma y su petición, sino porque les está amargando la vida con sus gritos….
Jesús parece evitar el bulto….Dice que no ha venido sino para sus paisanos…. No está bien dar el pan de los hijos a los perros….
Palabras terribles, espantosas… La Cananea no se da por aludida: se emple a fondo…Así será, Señor…Pero hasta los perritos tienen un derecho elemental: recoger siquiera las migajas que caen de la mesa de sus amos…..Jesús se da por vencido. Qué grande, oh mujer, es tu fe: hágase como has creído….
Hoy más que nunca, es la hora de reclamar, dentro de la sociedad y hasta dentro de la Iglesia, el más elemental de los derechos humanos, que son obligaciones divinas: el derecho de recoger siquiera las migajas que caen de la mesa de los amos…. ¡El derecho de los nadies!
Esta es mi clave de lectura del mensaje de Mons. Proaño.
Todo él era un signo de nuestros tiempos. Una Editorial Católica, de España, le hizo esta pregunta: ¿Cuál es el credo que da sentido a su vida? Y Monseñor Proaño contestó nada menos que con el mejor de sus libros: “Creo en el Hombre y en la Comunidad”. No es, propiamente, su autobiografía: es, más bien, lo que yo llamo “la teología de la misa entera” toda la vida, en toda la misa; y toda la misa, en toda la vida; todo el evangelio, en toda la vida; y , toda la vida en todo el Evangelio….
Nombrado Obispo de Riobamba, se dedicó a ser el Obispo a tiempo completo. Su alegría era ver cómo, en la Provincia de Chimborazo, esta naciendo una Iglesia comprometida con los pobres, los oprimidos, especialmente, los indios. Soñó en que, algún día, del seno de la Iglesia Católica, llegue a nacer una IGLESIA INDIA, auténtica y autóctona, con su propia cultura, su propia teología, sus propios servidores.
Se lanzó, como Jesús, a quitar el pecado del mundo, el pecado estructural y estructurante, en lo que económico, lo social, lo político, lo cultural y religioso….
Así. EL OBISPO DE LOS INDIOS tubo que sentarse en el banquillo de los acusados. Roma envió un Visitador Apostólico, algo así como un juez de primera instancia….Acudieron los acusadores y los defensores.
Su defensora mayor fue nada más y nada menos que una indígena imbabureña: MANUELITA Males. Se presentó ante el Visitador Apostólico; le regaló una bufandita para el Papa Pablo y le dijo: NO SACARAS A TAITA LEONIDAS, POR EL, OJO ESTA APRENDIENDO A VER; OREJA ESTA APRENDIENDO A OIR; BOCA ESTA APRENDIENDO A HABLAR; PATA NO MAS, TODAVÍA NO CAMINA”….
Están pasando los años y todos estamos viendo, alegres unos, preocupados otros, como día tras día, el pueblo indio está marchando, marcando el paso en nuestro caminar por las carreteras y chaquiñanes de la patria.
En este contexto, surge mi pregunta de hoy: ¿Qué nos queda de Monseñor Proaño? EL SOÑADOR SE FUE, PERO SU SUEÑO QUEDA…. Un sueño que, para algunos va resultando pesadilla….
Otros, ciento por ciento atrasados de noticias, sobre todo de la BUENA NOTICIA, creen que no queda nada: aparentan creer que ya murió la Teología de la Liberación y que hay que enterrarla en Pucahuaico, junto a los restos mortales de Monseñor Proaño….
¿Qué nos queda de Monseñor Proaño? Llega la hora de que, interpelados por el Evangelio, todos demos nuestra respuesta…..
Monseñor Proaño se preguntó a sí mismo: ¿Qué va a quedar de mí, de mi paso por los caminos de la Patria y de la Iglesia?
Y él mismo, lleno de fe, de amor y de esperanza, se contestó a sí mismo: QUEDAN LOS ARBOLES QUE SEMBRASTE….
COMO QUEDAN LOS ARBOLES
QUE ANTES, YA SEMBRARON OTROS….
Y, en las ramas de esos árboles inmortales, no pocas aves del cielo seguirán colgando sus pobres nidos….
Vaya aquí este recuerdo imborrable: se clausuraba una misión en una comunidad campesina de Químiag. Eran momentos de honda preocupación. Monseñor Proaño pregunto: ¿Qué pasaría aquí, si se separa a mí de esta Diócesis? Silencio, mucho silencio…. Un campesino de esos que parecen no tener nombre, ni apellido, lanzó este grito: No pasaría nada…. Más turbación en la asamblea…..Monseñor Proaño volvió a preguntar: Por qué no pasaría nada: y el mismo campesino anterior gritó: NO PASARÍA NADA: QUEDAMOS NOSOTROS….
¿Qué nos queda de Monseñor Proaño? Nos queda esta conciencia de Iglesia.
QUEDAMOS NOSOTROS Y EL ESPÍRITU SANTO….
Agustín E. Bravo Muñoz.
Antiguo Vicario General de Monseñor Proaño.
Riobamba, Agosto 17-2005
Iglesia de a pie
25 aniversario de la muerte del obispo de los indios
Leónidas Proaño, pilar de la Iglesia de los pobres del Ecuador
Permitió a los Indígenas retomaran su voz y empezaran a ser una Iglesia indígena
PROAÑO, PILAR DE LA IGLESIA DE LOS POBRES DEL ECUADOR.
Por Soledad Monroy, de las CEBs de Guayaquil.
“Por qué buscan entre los muertos a aquel que está vivo” (Lucas 24,5).
El próximo 31 de agosto, a los 25 años de la pascua de monseñor Leonidas Proaño,recordamos su partida y celebramos su presencia.
Los que conocimos a monseñor Proaño lo recordamos como un maestro que sabía escuchar y animar, un pastor cercano que estaba convencido de que “son los pobres quienes nos evangelizan”. Organizó las comunidades y la Iglesia de Riobamba a partir de la satisfacción de las necesidades de los más pobres. ¿Quiénes eran estos organizadores? Los mismos pobres. Para que puedan lograrlo hizo la casa de Santa Cruz un Centro de formación de alcance internacional e intercontinental, donde nos formamos miles de cristianos sencillos. Los Indígenas del Chimborazo se formaban en su propio idioma. Todo esto se concretizaba, para él, en un plan de pastoral diocesana cuya meta era el Reino.
Proaño buscaba una Iglesia viva y una nueva sociedad. Al escribir su autobiografía diseñó su proyecto de vida y de fe, como obispo: “Creo en el hombre y la comunidad”. Supo devolver la voz a los silenciados de la historia durante los 500 años de la conquista. Permitió a los Indígenas retomaran su voz y empezaran a ser una Iglesia indígena. Logró también que se organizaran a partir de su propia cosmovisión para superar la injusticia y dominación: les ayudó a recobrar su dignidad, con una conciencia nueva, con su proyecto ancestral de sociedad. Pasaba su tiempo a recibirlos y los acompañaba en sus grandes luchas por todo el país. Dos años antes de su muerte, después de haber visto nacer la organización de los Indígenas de la sierra en la ECUARUNARI, presenció la unión de los Indígenas de la sierra, del oriente y de la costa en la CONAIE (Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador).
Otra característica de monseñor Proaño fue su solidaridad nacional e internacional. Visitaba los grupos y las Comunidades que lo llamaban para conversar con él, para evaluar el trabajo pastoral, entender la coyuntura nacional, proyectarse como la Iglesia de los pobres…
No sólo recordamos su testimonio; sobre todo celebramos su presencia. Proaño nos dejó contagiado de vivir el Evangelio a la manera de Jesús, construir la Iglesia de los Pobres desde la realidad latinoamericana, dar como cristianos nuestro aporte en la sociedad. Sus criterios nos siguen orientando para comprometernos a ser la Iglesia de los Pobres que él soñó, a construir el Ecuador que vislumbró desde la sabiduría indígena.
Proaño quería una Iglesia distinta: este compromiso buscamos hacerlo realidad a partir de las necesidades de hoy. El mismo, en su diócesis, construyó una Iglesia renovada. Por él somos evangelizadores desde nuestra solidaridad con las causas de los pobres: anunciamos un Iglesia más humana, más centrada en Jesús y la realidad, con signos que hablan a las generaciones actuales. Continuamos siendo como el testigos proféticos del Reino de Dios, denunciando todo lo que nos destruye y anunciando en palabras y hechos un Reino, no solo lo espiritual sino también transformador de la Iglesia y de la sociedad. Nos enseñó a organizar el compartir y la equidad desde una visión política participativa, a no quedarnos en la caridad que paraliza sino dar la mano para que los agobiados se levanten y caminen con sus propio pies. Monseñor Proaño no nos deja quietos: nos anima a ser una luz, que nuestra fe no que se quede en los altares y las iglesias, sino que brille en las calles, los barrios, las casas, las fábricas… Nos pide conservar la ternura hecha de rebeldía y de esperanza, a imagen de María, la madre de Jesús, que vemos como nuestra compañera de fe, de dolor y de lucha.
A Proaño no se lo celebra en las grandes catedrales -es demasiado cuestionador de las estructuras eclesiales y políticas conservadoras- sino en miles de pobres capillas de campo y de suburbios, por todos los continentes. Su poema “Solidaridad” se ha hecho el himno de las Comunidades Eclesiales de Base.
“Mantener siempre atentos los oídos al grito del dolor de los demás,
y escuchar su pedido de socorro, es solidaridad, solidaridad, solidaridad.
Sentir como algo propio el sufrimiento del hermano de aquí y del de allá,
hacer propia la angustia de los pobres, es solidaridad, solidaridad, solidaridad.
Entregar por amor hasta la vida es la prueba mayor de la mistad,
es vivir y morir con Jesucristo: la solidaridad, solidaridad, solidaridad.
Llegar a ser la voz de los humildes, descubrir la injusticia y la maldad,
denunciar al injusto y al malvado: es solidaridad, solidaridad, solidaridad.
Dejarse transportar por un mensaje cargado de esperanza, amor y paz
hasta apretar la mano de hermano: es solidaridad, solidaridad, solidaridad.”
Guayaquil, agosto de 2013, a los 25 años de la Pascua de Monseñor Leonidas Proaño.
CEBs: Comunidades Eclesiales de Base.
Iglesia de a pie
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