Saturday, September 14, 2013

Reflexión: Pasión por la vida


No basta pasear la existencia por este mundo. No es suficiente dejarse llevar entre los días, y estar a gusto, pero sólo eso. Hace falta mucho más. Reír con verdadera alegría y llorar cuando toque. Amar, en lo bueno y lo malo. Encontrar motivos profundos y auténticos para avanzar. Construir algo que dure, o al menos intentarlo. No tener miedo al fracaso, sino a quedarse sentado. Tener metas que de verdad merezcan la pena. Dejarse uno cautivar por los sonidos, aromas, colores, historias y proyectos de nuestro mundo. Eso es vivir con pasión.



Pasión por la vida - No te quedes a medias...


«Así pues, hijos, escuchadme, dichosos los que siguen mis caminos. Escuchad la enseñanza y haceos sabios, no la rechacéis. Dichoso el hombre que me escucha velando a mis puertas día tras día, guardando los dinteles de mi entrada. Pues quien me encuentra, encuentra la vida» (Prov 8, 34-35)


El gran problema de nuestro mundo no es la limitación, que esa la tenemos todos (cada cuál la suya). El problema es el conformismo: instalarnos demasiado pronto en realidades que nos agradan, aunque no nos llenen. Es satisfacernos muy rápidamente con un apacible bienestar en vez de aspirar a la plenitud. Es vivir en la dinámica del depende, mola mazo, buen rollito en lugar de dejarnos zarandear por opciones y caminos que nos sacan de las fronteras más habituales. Es vivir en burbujas, confortables aunque incompletas.


¿Te dejas llevar en algunas cosas que luego piensas fríamente y no te llenan?

¿Te sientes a medias en algo?

¿Y por qué no aspirar a más?





Sólo el amor


Cuando el amor es gesto del amor y queda
vacío un signo solo.
Cuando está el leño en el hogar,
mas no la llama viva.
Cuando es el rito más que el hombre.
Cuando acaso empezamos
a repetir palabras que no pueden
conjurar lo perdido.
Cuando tú y yo estamos frente a frente
y una extensión desierta nos separa.
Cuando la noche cae.
Cuando nos damos
desesperadamente a la esperanza
de que solo el amor
abra tus labios a la luz del día.

José Ángel Valente


Pasión por la vida - Vivir a fondo


«Yo, Yahveh, te he llamado en justicia, te así de la mano, te formé, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes, para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la cárcel a los que viven en tinieblas» (Is 42, 6-7)


Esto es, de hecho, nuestra vocación común. Pasar por la vida buscándole la entraña al mundo. Tocar los rostros y las historias que nos rozan, y descubrir lo profundo en ellas. Mirar siempre un poco más allá, un poco más lejos, y dejarnos sorprender, inquietar, emocionar, cautivar o sobrecoger por aquello que siempre nos renueva. Aspirar a lo grande, lo bello, lo bueno, lo profundo, lo pleno, ¿por qué no? Amar lo amable. Criticar lo malo, y apuntar soluciones, o al menos aspirar a ellas. Dar respuestas, no sólo zarpazos. No huir de lo que pueda estar al otro lado de nuestras opciones, pues sólo quien es capaz de echarse al camino llega a algún sitio. Aceptar el día y la noche.


¿Hay algo que te apasione? 

¿Algo que, sientas que en tu vida merece la pena? 

¿Algo que te llene, da igual si a veces es de alegría y otras de zozobra?





Si yo pudiera morder la tierra toda

Si yo pudiera morder la tierra toda
y sentirle el sabor sería más feliz por un momento...
Pero no siempre quiero ser feliz
es necesario ser de vez en cuando infeliz para poder ser natural...
No todo es días de sol
y la lluvia cuando falta mucho, se pide.
Por eso tomo la infelicidad con la felicidad.
Naturalmente como quien no se extraña
con que existan montañas y planicies y que haya rocas y hierbas...
Lo que es necesario es ser natural y calmado en la felicidad o en la
infelicidad.
Sentir como quien mira. Pensar como quien anda,
y cuando se ha de morir,
Recordar que el día muere y que el poniente
es bello y es bella la noche que queda.
Así es y así sea.

Fernando Pessoa

pastoralsj

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