Algunas personas se apoyan en la oración centrada, como John Main la describe: “Toma asiento. Mantente derecha(o) y quieta(o). Cierra los ojos levemente. Siéntate relajada(o) y alerta. Silenciosamente, comienza a escuchar una sola palabra en tu interior. Recomendamos la oración-frase "Maranathá". Debe recitarse como cuatro sílabas de igual longitud. Escúchala mientras la pronuncias, suavemente pero continuadamente. No pienses o imagines nada – espiritual o de otro origen. Si aparecen pensamientos o imágenes, ellas son distracciones en tiempos de meditación, por lo que debes volver a repetir la palabra. Medita cada mañana y cada atardecer, entre veinte y treinta minutos."La meditación cristiana llama a la persona a recogerse en su interior, a penetrar en el reino del silencio y la soledad, al nivel del corazón, a desconectarse de pensar, imaginar y controlar, y sólo cultivar la simple presencia de la Divina Presencia. La llama a estar amorosamente atenta a la Divina Presencia Interior.
En la meditación cristiana, el mantra - el cual es usualmente el "Ma-ra-na-thá" (Ven, Señor Jesús) - se pronuncia a lo largo de la oración como un esfuerzo, no sólo para mantener la atención total, sino que para estar vacío, solo y en silencio ante Dios. El mantra es un instrumento que crea el vacío interior; ahueca nuestra alma.
La meditación toma muy en serio las enseñanzas de los maestros: generar silencio y vacío interior, es la mejor invitación para el espíritu.
De Espacio Sagrado
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