Wednesday, March 28, 2007

«La religión es la cocaína de la sociedad»

En su nuevo libro no sólo reformula el clásico emblema de Marx, sino que insiste en que las sociedades democráticas sean laicas, donde no cuenta el Opus Dei. “¿Por qué la gente cree en cosas sobrenaturales? ¿Cuáles son las raíces de la creencia religiosa?”, son algunas de las preguntas que se plantea el filósofo español, autor de más de 45 libros.

Luego de sus interrogantes responde: “Pues, porque parece chocante que a estas alturas del siglo XXI haya personas que crean en cosas improbables como las que fundamenta la religión”.

El célebre autor de “Ética para Amador” contesta al teléfono desde Madrid a minutos de partir a una charla para hablar sobre su último volumen, “La vida eterna”, editado recientemente en España por el sello Ariel. El libro debiera llegar a Chile a fines de abril.

El tema central de la nueva obra está a la vista, y Fernando Savater es categórico. “Marx decía que la religión era el opio del pueblo, pero a veces funciona como la cocaína, una cosa excitante, que incluso en ciertas oportunidades sirve de motor para cometer atrocidades como el caso del terrorismo islámico; y también para hacer cosas extraordinarias, hay personas que cuidan leprosos y se sacrifican”, asegura quien ha sido un gran promotor de las actividades antiterroristas en su país.

¿VIDA ETERNA O VIDA BUENA?

Una de las preocupaciones del autor de “Contra las patrias” es la necesidad de que las sociedades democráticas sean laicas. “Tiene que ver con la separación entre la Iglesia y el Estado, porque la religión es un asunto individual. Ahora, el país que más se acerca es Francia, donde la religión es un asunto privado, porque el Estado debe gestionar los intereses públicos”.

Sobre el caso de Chile y la influencia del Opus Dei, tanto en la política y la educación, Savater opina: “Mientras no interfieran en la política estatal y en la educación pública, la que debe ser laica, dedicarse a cuestiones científicas y culturales, las cosas marcharán bien, sino hay que ponerles un coto”.

Lo más probable es que el libro ocasione más de alguna polémica, cuestión a la que ya está acostumbrado Savater. “Pero bueno, el miedo a la perdición de la muerte, y el complejo de culpa por nuestros pecados, son la base de las creencias religiosas”, señala y luego ahonda en uno de los temas que aborda asiduamente en su obra: la ética.

“Hay un capítulo que se titula ‘Vida eterna o vida buena’, y trata de eso, de hasta qué punto la ética puede verse desmentida por esa idea de premio, de una vida futura de inmortalidad”, sentencia y se despide. El catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid debe partir y cruzar la ciudad. En su viaje pasará frente a dos capillas y una iglesia.

Fuente: El Periodista Digital

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