Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?» Ellos le dijeron: «Sí, podemos.»
(Mc 10,38-39)
Qué difícil es esto de ser coherente.
A veces me pregunto si sirve para algo.
Tiendo a vivir con distintos horizontes, distintas lógicas… a veces me siento bienaventurado, y otras me sé un necio.
A ratos creo en ti hasta la entraña profunda, y en otros ni te recuerdo.
Hay ocasiones en que mis acciones hablan de ti, y otras en que te niegan.
¿Cómo, Señor, vivir con tu lógica extraña?
¿Cómo atreverse a afirmarte siempre, en la vida, en tantas ocasiones?
¿Cómo hacerte parte de mis opciones, mi trabajo, mis relaciones, mi ocio, mis deseos y mis proyectos?
¿Hay dimensiones de mi vida en las que Dios está ausente?
(o en las que no podría entrar)
¿Alguna vez el evangelio me pone en encrucijadas difíciles?
Y entonces,
¿callo, huyo o subo hacia mi Jerusalén?
Fuente: Jesuitas de Castilla
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