Friday, March 23, 2007

Cuaresma: YEMEN



El país de los rascacielos de barro


El reto de la sostenibilidad se aborda desde la arquitectura con todas las estrategias posibles. Algunas consisten en aprovechar sistemas de alta tecnología desarrollados en las últimas décadas para producir energía, o para ahorrarla, o para no necesitarla. Otras buscan respetar el medio ambiente en la elección de materiales, evitando daños en su extracción y procesado, minimizando las emisiones y la energía necesaria. También estudiamos nuestros movimientos, los flujos de personas y mercancías, para satisfacer nuestras necesidades minimizando las energías del transporte.


Un hipotético material hipersostenible e hipercontemporáneo debería responder simultáneamente a todas las estrategias de sostenibilidad. No utilizar energía para el transporte: un material presente en el lugar. No perjudicar el equilibrio ecológico. Aprovechar la energía del sol y el frescor de la tierra para mantener la temperatura estable: tener inercia higrotérmica. Si pudiésemos simplemente coger la tierra del lugar, ponerla en pié, construir muros y estructuras… si pudiésemos hacer rascacielos de barro…


Las torres-vivienda de Yemen, varias veces centenarias, estén entre los ejemplos más espectaculares de arquitectura de barro. Ciudades enteras formadas por centenares de construcciones de hasta treinta metros de altura, desafiando el tiempo, las tormentas de arena y también las inundaciones que periódicamente anegan el lugar.


Acudimos a lugares como Yemen buscando, no referentes estéticos románticos a falsificar, sino tecnología de construcción pura y dura. Las técnicas de construcción, y por tanto las formas, colores y lenguajes de los edificios yemeníes, varían de una región a otra según los materiales disponibles, ya que son fruto directo de la tierra y de las rocas que los envuelven. Esta simbiosis de tierra y construcciones produce la impresión de que los edificios brotan de la tierra, como si fueran una continuación de ella.


Algunas de las técnicas son comunes a muchas culturas de raíces árabes, entre ellas la hispana. Es fundamental la tapia, construcción de espesos muros de mezclas de tierra y fibras vegetales, vertidas in situ y apisonadas en un encofrado de madera llamado tapial. También utilizan adobe, construcción de ladrillos de composición semejante a la tapia, pero prefabricados en moldes más pequeños. Para proteger las construcciones usan diversos tipos de recubrimiento que, según su contenido de cal, piedras o ceniza, contribuyen a la creación de un característico sistema de texturas y colores que construyen también la imagen de las torres.


Como arquitecto estoy desarrollando en este momento dos trabajos en que el uso la tierra del lugar como material de construcción es fundamental. Intento utilizar las técnicas aprendidas de forma desprejuiciada, para integrarlas coherentemente en una arquitectura contemporánea. Sin embargo, me acompañan siempre los rascacielos de barro de Yemen y muchos otros sistemas ancestrales que descubrimos en aquel libro tan querido y tan descatalogado llamado "Arquitectura sin arquitectos".


Carlos Arroyo, arquitecto.


Ampliando miras: ARQUITECTURA SIN ARQUITECTOS


Si pudiésemos simplemente coger la tierra del lugar, ponerla en pié, construir muros y estructuras…

La arquitectura popular de todas las culturas muestra cómo el ser humano ha sabido construir casas utilizando los materiales que brinda la naturaleza del lugar. Modos de construcción eternos que ahora se redescubren por su valor ecológico, económico y sostenible.


Los rascacielos de barro de Yemen son, seguramente, difícilmente exportables, pero nos invitan a valorar nuestra arquitectura popular y a repensar la manera como construimos actualmente nuestras casas y los materiales que empleamos en ellas.


Gesto para hoy:


Observa los materiales con que está construida tu casa.

¿De donde proceden? ¿Son respetuosos con el medio?

Piensa qué podrías cambiar para hacer tu casa un poco más ecológica.


Oración:


Padre bueno,
hoy te pedimos por los arquitectos y los constructores.

Ayúdales a diseñar y construir casas bellas,

que respeten la naturaleza en armonía con ella

y nos recuerden que también con nuestras casas

contribuimos a completar tu creación.

Amén.


Más información de Yemen, aquí.


Fuente: Àgora Marianista

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