Cuaresma: TOGO

La fiesta de la purificación

Las religiones vodú proponen ritos de purificación con los que se intenta evitar las consecuencias de alguna violación de las normas de comportamiento o anular el mal ya producido por las mismas y restaurar la vida plena.

Entre las celebraciones de purificación, una de las más significativas es la que se desarrolla en Togoville (región costera de Togo), como conclusión de un largo período de seis meses de austeridad. El rito tiene lugar cada dos años al aproximarse la séptima luna del calendario ewé. La ceremonia dura unas 36 horas y se desarrolla en varias fases: el fuego, la procesión para arrojar los desechos fuera del poblado, el baño ritual en el lago y la fiesta comunitaria final.

El fuego destructor. Inicialmente tiene lugar en todos los barrios una exigente "operación limpieza", durante la cual se barren y limpian casas y calles, guardando la basura en montones bien localizados, reservando un pequeño paquete con los desechos más significativos.
Esa misma noche el jefe de los sacerdotes de Nygblé -la divinidad más importante del poblado- inicia la ceremonia mediante un cañonazo. En ese momento se distribuyen entre las familias numerosas antorchas encendidas, que sirven para prender fuego a los montones de basura preparados anteriormente.

Un segundo cañonazo indicará el momento en que, se debe correr hacia las afueras del pueblo para, lejos de él, allá donde habitan las fuerzas del mal, arrojar las antorchas encendidas y conjurar su poder destructivo. Después, todo el mundo regresa a su casa y se acuesta rápidamente.

Al alba del día siguiente, los vecinos se organizan en pequeños grupos de barrios, familias, para marchar juntos hacia un lugar preestablecido. Cada cual ha cogido un palo para defenderse, atando en su punta el pequeño paquete de basura reservado el día anterior, añadiendo cartelitos con nombres de enfermedades que desean ver desaparecer. Un nuevo cañonazo es el inicio de las distintas procesiones: cada cual saldrá de su barrio para llegar al mismo punto de las afueras del pueblo donde arrojarán sus miserias. Luego volverán deprisa al poblado por un camino distinto.

Una vez de vuelta, el grupo se reúne y se dirige al lago de Togoville para tomar juntos un prolongado baño purificador. Tras el baño, a orillas del agua, se organiza una fiesta por todo lo alto: habrá una comida comunitaria y el tamtan y los instrumentos musicales volverán a sonar dando paso al baile y a la alegría hasta bien entrada la noche.

La fiesta recorrerá todos los rincones del poblado durante el resto de la jornada: el período de austeridad ha concluido, la purificación se ha producido y comienza una nueva época de alegría, en la que la vida auténtica bendecirá a todos con sus dones.

Esta fiesta es un sí a la vida a pesar de la muerte. El mal existe pero no siempre triunfa, parece decirnos; la vida vence a la muerte; el sí es más fuerte que el no; por mal que lo pases, siempre acaba por llegarte una nueva oportunidad. Claro que este mensaje no es exclusivo de la religión vodú.

Josean Villalabeitia, Mundo Negro, septiembre 2000


Ampliando miras: FIESTAS POPULARES

En todas las culturas encontramos fiestas populares de enorme arraigo, que suelen tener un origen antropológico, histórico o religioso. Fiestas de purificación social, de petición o celebración de la fecundidad, de comienzo de un ciclo anual o de recuerdo de un hecho histórico decisivo.

Fiestas que expresan la riqueza cultural e histórica de un pueblo y que muchas veces actúan como válvulas de descompresión ante la cotidianeidad o las penurias de la vida. Llevado al extremo, la función lúdica oscurece por completo el origen de la fiesta. De este modo, es difícil reconocer ya en los excesos consumistas, por ejemplo, de la Navidad o Semana Santa, el sentido original y religioso de estas celebraciones.

Gesto para hoy:

Tras 35 días de conversión cuaresmal, ha llegado el momento de la purificación. Revisa tus armarios, haz un montón con la basura encontrada y despréndete de ella. También puedes, si no lo has hecho todavía, acércate al sacramento del perdón.

Oración:

Envía, Señor, a nuestro mundo el fuego de tu Espíritu

para que queme todos nuestros egoísmos

y derrama sobre nosotros un agua pura

que lave nuestras iniquidades.

Sólo así podrá nacer una humanidad nueva

capaz de compartir una única mesa.

Amén.

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Fuente: Ágora Marianista