La banca mundial, la Unión Europea y las Naciones Unidas han manifestado el riesgo que el bloqueo impuesto a las economías más ricas de la actual crisis financiera pueda tener como recaída un corte inmediato a los recursos destinados a las ayudas de los países más pobres o en vía de desarrollo.
Un escenario de estancamiento a mediano-largo plazo –indica la agencia Fides- podría tener consecuencias muy serias sobre los flujos migratorios de los países desarrollados, destinados a crecer sobretodo del continente africano. Mientras que la situación negativa de la economía podría tener un efecto análogo, al menos de una parte, sobre algunas regiones de Asia.
Según los datos más recientes de las Naciones Unidas, las financiaciones a cultivar, han caído del 17% en 1980 al 3% en 2006, mientras que las más recientes aproximaciones sobre el número de personas que hoy sufren hambre es de 967 millones, gran parte de los que se concentran en África.
Ahora se estima que los pobres en el mundo han aumentado 100 millones a partir del inicio del año.
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