Sunday, January 18, 2009

Católicos en Vietnam, o cómo perder el miedo


Una nueva directiva del Gobierno acrecienta el conflicto por los bienes eclesiásticos
María Gómez) Durante 2008, los católicos de Hanoi, la capital de Vietnam, han protagonizado una serie de desencuentros con el régimen comunista, a cuenta de los bienes eclesiásticos confiscados por el Estado en la década de los 50. “La Iglesia ha declarado que no ‘exige’ la devolución de propiedades que se usan para el bien común, como son escuelas y hospitales. Sólo pide poder colaborar con el sistema y tener alguna libertad para hacer el bien”, explica a Vida Nueva el jesuita Felipe Gómez, profesor del East Asian Pastoral Institute y buen conocedor de la realidad en el país.

No hay pugnas sólo con la Iglesia católica, sino con otras religiones y con entidades privadas; pero el Gobierno establece para los retornos unos criterios cuando menos cuestionables. De hecho, el primer ministro vietnamita, Nguyen Tan Dung, acaba de emitir una nueva directiva (1940/CT-TTg referida a los terrenos y las propiedades relacionadas con la religión) que establece que las distintas “organizaciones o agencias” deben dedicar las propiedades que el Estado les confiere a los fines para los cuales han sido confiadas, sin “herir los sentimientos de los fieles”; en caso contrario, les serán retiradas y se dedicarán a un servicio “de interés público”. Y si hubiera protestas y “desórdenes sociales”, los ‘agitadores’ serán duramente castigados.

Sin citarlos, la directiva se refiere a varios incidentes acaecidos durante 2008 en Hanoi y que, temen, podrían ser la punta del iceberg para la desestabilización del régimen comunista. Entre ellos, el conflicto con la sede de la antigua Delegación apostólica (devuelta “para mostrar buena voluntad y respeto al Papa”, pero luego convertida en un parque), o la condena del pasado 8 diciembre a ocho católicos vietnamitas de la parroquia de Thai Ha, acusados de “desórdenes y daño a la propiedad del Estado” por haber rezado en un terreno que había pertenecido a la parroquia de los redentoristas.

Los católicos de la capital salieron a la calle en numerosas manifestaciones pacíficas, algo que asustó al régimen, que ha replicado con violencia policial, arrestos y una campaña de desacreditación por parte de la prensa oficial. Pero Felipe Gómez matiza, esperanzado: “Las palabras del arzobispo de Hanoi, Joseph Ngo Quang Kiet, ‘La libertad religiosa es un derecho, no un privilegio’, se repiten en muchos círculos como algo que la gente habría querido decir pero no se atrevía. Los católicos han perdido el miedo a los comunistas, y éstos temen que otros lo pierdan también. En muchas zonas del país la situación es ‘dura’, pero no se debe generalizar hablando de ‘persecución’”. “Yo creo que las relaciones Iglesia-Estado en Vietnam mejorarán, pues ambas partes tienen gran interés en ello”, remata.
Vida Nueva

No comments: