Monday, January 18, 2010

Objetivo: que Haití no sea una nueva tragedia olvidada


"Ayer se me murieron dos niñas entre los brazos", lamenta el padre Ángel
Las ONG católicas no se marcharán cuande cese el impacto mediático

Continúa la riada de solidaridad de las congregaciones y ONG católicas con la catástrofe de Haití. Cuando está a punto de cumplirse una semana del terrible seísmo, que ha dejado decenas de miles de muertos y más de tres millones de damnificados, entidades como Cáritas, Manos Unidas, Mensajeros de la Paz, Proclade, Ayuda a la Iglesia Necesitada, Misiones Salesianas o Entreculturas, además de la práctica totalidad de las diócesis y muchas parroquias se han volcado en la ayuda a un pueblo que sufre, y que todavía no ha pasado lo peor. La reconstrucción será dura, si es que puede llevarse a cabo, y la desolación y la deshumanización que estamos contemplando tardarán en borrarse de los corazones de todos.
Manos Unidas ha elaborado un primer informe de actuación. Esta ONG, que en breve presentará su campaña anual contra el hambre, ve "gotas de esperanza" una vez se han podido restablecer algunas comunicaciones. Esto está facilitando enormemente la gestión de proyectos de emergencia con sus contrapartes en la isla. A la sede de Manos Unidas siguen llegando peticiones de ayuda acompañadas de testimonios que dan cuenta del alcance de la tragedia.
"En Manos Unidas queremos hacer constar que nuestros socios locales en Haití, organizaciones con las que trabajamos desde hace años, nos aseguran que la ayuda de emergencia va a llegar a los más necesitados, que hay zonas de Haití (que no han sido afectadas por el terremoto), donde se pueden adquirir bienes de primera necesidad. También queremos hacer constar que, una vez pasados los primeros impactos tras la tragedia, y finalizadas las labores de emergencia, comenzará una fase de reconstrucción, que probablemente no será tan mediática, en la que, como en otras ocasiones, estaremos presentes", aseguran. Pues tan importante como la actuación y la sensibilización ahora, está el reto de que Haití no sea una nueva tragedia olvidada.
Por supuesto, no la olvidarán quienes la están viviendo, sobre el terreno, y que nos ofrecen los siguientes testimonios:
Testimonios:
Boyer Wilnes, OJUCAH:"(...) La situación en Haití es muy grave. Hay muertos por todas partes. En todas las familias supervivientes hay tristeza. Es difícil encontrar una que no haya perdido a alguno de sus seres queridos. Los supervivientes no tienen nada que comer ni refugio...
Solicitamos su ayuda urgente para ayudar a algunas familias de la zona de Lavial. La ayuda se dedicará a la compra de víveres y a la construcción de refugios provisionales. Contamos con su ayuda".
Jeannot Hyppolite, Endal:"(...) Le escribo para hacerle partícipe de las condiciones en las que se encuentra la gente la zona de Polly. La mayoría han perdido sus casas. Rara es la vivienda que permanece en pie. La gente de Polly duerme al raso... Solicito ayuda financiera para algunas familias en dificultades. Cuento con ustedes".
Pierre Michel Lozama, Union des Paysans de Biston:"(...) Estimados amigos, aquí me tienen. Sigo vivo. He perdido mi casa. Sé que debajo de los escombros hay todavía mucha gente. Los cadáveres por las calles de Puerto Príncipe son incontables... Todo es tan triste. Aprovecho esta ocasión para solicitar su ayuda de emergencia para las familias supervivientes; para la comida y la reconstrucción de casas".
Hermano Lozama Jeanjeune:"(...) Beausejour está casi destruido. La casa de nuestros hermanos allí ya no existe. Un de nuestros hermanos ha muerto en Carrefour. También se han destruido las escuelas en esta zona. Ahora mismo acaba de haber un temblor... Solicitamos ayuda urgente para las familias de Beausejour, adonde se están trasladando muchos de los damnificados de la capital. La gente no tiene nada. Yo mismo llevo cuatro días con la misma ropa. El terremoto ha afectado a todos, sin distinción de clase. Han muerto muchos religiosos...". DONATIVOS:
Por su parte, la red de Cáritas está llevado a cabo un operativo sin precedentes para afrontar la primera fase de la emergencia declarada en Haití tras el terremoto. Gracias al esfuerzo logístico del personal de Cáritas dentro y fuera del país caribeño, ayer fue posible trasladar con éxito hasta Puerto Príncipe un convoy de 20 camiones con un cargamento de 200.000 mantas, 15.000 tiendas de campaña y otros lotes de productos de primera necesidad, como agua potable, tabletas purificadoras de agua y kits higiénicos.
Este envío se suma al de otros 80 contendores con alimentos que han llegado a la isla por vía marítima y que se verán completados con otras 34 toneladas de ayuda que llegarán mañana a Haití.
Asimismo, a última hora del pasado sábado, los equipos de rescate de Cáritas lograron liberar de entre los escombros a tres personas, cinco después del seísmo.
También está volando ya hacia Haití otra expedición aérea con una clínica de emergencia y siete unidades de potabilización de agua, junto a un equipo de expertos integrado por un cirujano y seis técnicos en instalación y mantenimiento de sistemas de purificación de agua.
Todo este esfuerzo humanitario de Cáritas en Haití logra llegar a los damnificados a través de la red local de la Cáritas Haitiana. "La verdadera fuerza de Cáritas está en su red parroquial, que nos permite tener acceso directo con las comunidades y contar con puntos desde los que distribuir la ayuda", señala Alistair Dutton, director de asuntos humanitarios de Cáritas Internationalis, quien coordina en Puerto Príncipe la respuesta de la red Cáritas a esta emergencia.
Como viene haciendo en los últimos días, el coordinador regional de Caritas Latinoamericana y del Caribe, el mexicano Antonio Sandoval, que participa en Haití en el operativo de respuesta a la emergencia, vuelve a difundir un elocuente testimonio directo de lo que está siendo el día de la situación, que reproducimos íntegramente
«Los días han estado marcados por el dolor y la tristeza de la gente que prácticamente ha perdido todo, excepto, la fe y la esperanza. Cada noche cuando me encuentro acostado logro escuchar los cantos de la gente que ora en su lengua a Dios y agradece la vida aun en su más grande precariedad.
Desde mi llegada, producto de la providencia, lo que me encontré fue un pueblo devastado en sus construcciones: casas, escuelas, Iglesias, negocios, oficinas gubernamentales, mucho de lo que tanto esfuerzo les costó construir totalmente en ruinas.
Por la noche la gente invade los camellones, cuando los hay o cierra las calles para organizarse para dormir ahí. La energía eléctrica está suspendida en toda la ciudad. Fogatas en diversos lados hablan de la incipiente organización de la gente para prepararse sus escasos alimentos.
He recorrido con la gente de Caritas diversos puntos de Puerto Príncipe, que por ser la capital y estar muy afectada, ha captado la atención internacional. Las escenas que nos ha tocado experimentar al equipo que compartimos en la Caritas Nacional: varios rescatistas mexicanos, dos religiosas de Pai Pei; junto con los cooperantes de las Caritas del norte que se han ido integrando, además del staff de Caritas Internationalis, son escalofriantes por el dolor, pero contradictoriamente, nos fortalecen al descubrir que ningún terremoto por más severo que sea, puede postrar al ser humano.
Los sobrevivientes entre los escombros cada día naturalmente han de ser menos. Hoy fueron rescatadas personas vivas del Hospital que colapsó, algunos con miembros ya en grado avanzado de putrefacción, a los que no hubo otro remedio que amputarles algún miembro. Seguetas, cinceles y martillos han suplido la carencia de material quirúrgico adecuado.
Las mesas de trabajo plegables se han convertido en lugares para hacer las cirugías necesarias. Las religiosas mexicanas, y los médicos que han atendido en el hospital son un ejemplo de entrega incansable. De igual modo nuestros rescatistas mexicanos “topos”, que han dejado sus familias y su trabajo para tratar de atender a este pueblo en su sufrimiento.
Haití parece ser llevado adelante por una mano que le impide desmoronarse La presencia de la policía nacional es escasa y la de los cascos azules (fuerzas de paz de Naciones Unidas) apenas y se puede sentir más allá de algunos lugares estratégicos.
El día de hoy comenzó esperanzadoramente. Tuvimos la primera reunión de coordinación de todas las Caritas presentes en el país para la emergencia. Privó un ánimo de concordia y de colaboración para canalizar la ayuda que empiece a llegar a os más afectados. Sin protagonismos estériles llegamos a distintos acuerdos.
De ahí nos dirigimos a visitar las comunidades afectadas fuera de Puerto Príncipe. Petit Goave y Leogane fueron nuestros destinos. La primera con la Iglesia destruida y muchas casas, imposibles de contar, a lo largo del camino totalmente en ruinas. En Leogane el panorama fue desolador. No pudimos llegar hasta el centro de la ciudad en automóvil porque las vías estaban bloqueadas. Caminamos por la avenida principal que parecía haber sido víctima de un bombardeo quirúrgico, en donde 4 de cada 5 edificaciones estaban en el suelo. En el centro de la ciudad, en la plaza principal, frente a la Iglesia en ruinas, se asentó un campamento donde con certeza podría haber 500 tiendas, con entre 5 y 8 integrantes en cada una.
Se parece a Puerto Príncipe en su destrucción, pero sin la atención que la capital ha captado. No parece estar llegando la ayuda a estas comunidades.
Junto al dolor, expresaba antes existen muchos gestos de solidaridad. Las religiosas de la Madre Teresa, improvisaron un pequeño hospitalito en una casa que tienen en una zona marginada de la ciudad. De nuevo atendiendo a los enfermos a la intemperie, apenas cubiertos por una lona de media sombra y sobre mesas y camillas improvisadas. La gente que no tiene a donde recurrir carga a sus enfermos sobre los hombres a veces varios kilómetros. El transporte público es escaso y está saturado, imposible de introducir a un enfermo.
Los signos de solidaridad de la comunidad internacional están empezando a fluir, si bien de manera lenta. Esperamos que a partir de mañana podamos tener elementos más concretos de cómo se está movilizándose esta solidaridad».
Finalmente, los presidentes de las ONG Mensajeros de la Paz e Infancia sin Fronteras, Padre Ángel García y Daniela Knörr, regresan a España, mañana martes día 19, después de un viaje a Haití donde han conocido sobre el terreno la terrible situación que se vive en Puerto Príncipe y otras localidades haitianas, y establecido contactos para desarrollar en breve nuevas acciones conjuntas de ayuda a la población damnificada por el terrible terremoto del pasado martes.
"Es difícil expresar con palabras el dolor y el sufrimiento que se vive en Haití. Estoy desolado. He visto miles de niños heridos y amputados, probablemente huérfanos, perdidos por las calles, deambulando sin sitio a donde ir, sin nada que comer, sin techo en el que cobijarse. La situación de los pocos hospitales, por llamarles de alguna manera, es crítica. Están desbordados, cientos de personas esperan tirados a sus puertas, con heridas abiertas a que les curen, pero dentro no pueden hacer nada. Muchos mueren esperando" ha dicho desde Haití el Padre Ángel, que prosigue: "Ayer se me murieron dos niñas entre los brazos. Ante tal desgracia uno se rebela; estos días he llorado y he rezado repitiendo la frase de Cristo en la cruz: "Dios mío, Dios mío... pero queremos llevar a este pueblo la esperaza de la solidaridad de España y de todo el mundo.
... "Hemos repartido con nuestras manos tres camiones de agua y alimentos; lo que pudimos llevar en al avión con nosotros. Se nos acabó todo en menos de 10 minutos. Toda ayuda es poca".
Mensajeros de la Paz e Infancia sin Fronteras enviarán en los próximos días un equipo de cooperación sanitaria compuesto por médicos y enfermeras que colaborarán con el Hospital General de Puerto Príncipe. También está prevista la inminente apertura de comedores sociales para atender a los damnificados.
En una segunda etapa, ambas organizaciones se plantean igualmente colaborar en la reconstrucción de escuelas y hospitales haitianos.
Mensajeros de la Paz ha enviado ya más de 10 toneladas de material sanitario y de primera necesidad, agua, alimentos no perecederos y ropa. Dicho envío se ha realizado a través de la ONG MANO A MANO de empleados de Iberia, y será distribuido en Haití por el personal de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo). Se continúan recibiendo donaciones, por lo que se organizarán nuevos envíos materiales. Entre las últimas donaciones recibidas destacan 60 palets de agua embotellada enviadas por Agua de Bronchales SA, y otros 60 palets por Agua Valtorres.
El Padre Ángel y Daniela Knörr participan hoy en la Cumbre Internacional "Unidos para un futuro mejor para Haití", que se celebrará a las 11 de la mañana, hora local dominicana, en el Palacio Presidencial de Santo Domingo con la presencia de los Presidentes de la Republica Dominicana y Haití, así como de numerosas delegaciones internacionales, entre ellas la americana, encabezada por la Secretaria de Estado, Hilary Clinton.
RD

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