Tuesday, April 03, 2012

"En Vaticano alguien sabe donde está Emanuela Orlandi, pero no quiere hablar"

La Fiscalía de Roma: "No se abrirá el sepulcro de De Pedis"

GIACOMO GALEAZZI
CIUDAD DEL VATICANO

Se está desmoronando un muro de silencio que se ha mantenido de pie durante tres décadas. Los investigadores no abrirán la tumba del boss de la Magliana Renatino De Pedis que se encuentra en San Apolinar, pero están convencidos de que «el Vaticano sabe la verdad sobre Emanuela Orlandi». Parece un capítulo de la serie "Romanzo criminale", y en cambio es realidad. Por primera vez el dedo de la magistratura apunta hacia laSanta Sede. Según el fiscal adjunto, Giancarlo Capaldo y el sustituto Simona Maisto, alguno en la Curia posee «elementos de verdad a nivel indiciario». Podrían ser oídos los cardenales (Re, Martínez Somalo, Silvestrini) que, bajo el pontificado de Karol Wojtyla, ocupaban los cargos clave en la época de la desaparición de la hija del ujier pontificio. Un acelerón que no se esperaba.



Uno de los «cold case» más complicados y célebres del mundo se ha transformado de repente en una grieta en la capa de admisiones a medias, despistes y pistas inverosímiles. Un relámpago en la oscuridad que se ha convertido en un calvario para una familia y en una intriga internacional entre reivindicaciones de misteriosas siglas, enredos con la trama del atentado de Juan Pablo II y sospechas hacia el jefe del IOR, Paul Marcinkus. Para Pietro Orlandi, hermano de la muchacha desaparecida hace 29 años, es un cambio de dirección fundamental. «La declaración de los fiscales que afirma que en Vaticano se sabe la verdad es bastante fuerte, pero ha hecho que permanezca en segundo plano la extraña decisión de no abrir la tumba de De Pedis- afirma Pietro Orlandi-. Si hace dos años la fiscalía dispuso que nos fuera tomado el DNA a nosotros, sus familiares, significaba que existe un motivo para inspeccionar San Apolinar, no se entiende porqué ahora ya no se considera útil para la investigación". Probablemente «los fiscales conocen los nombres de estas personalidades del vaticano, espero que sean oídas oigan para saber hasta que punto saben».

De todos modos «llamar en causa directamente a la Santa Sede como han hecho los fiscales representa un enorme progreso», comenta Pietro Orlandi. «Ahora la Santa Sede tiene el deber moral de dar una respuesta tras haberse negado durante años a colaborar con la magistratura -especifica Orlandi-. Antes de Navidad presenté al secretario de Benedicto XVI, don Georg, una solicitud con 80.000 firmas y esto ha influido». Hace tres años precisamente el cardenal Agostino Vallini, vicario de Ratzinger en Roma, dio el «nulla osta» a la apertura de la tumba de De Pedis.



Como telón de fondo la figura de Renatino. Y es precisamente el lugar donde se encuentra enterrado De Pedis, asesinado en Campo dei Fiori en una emboscada el 20 de febrero de 1990, lo que ha llevado sobre el caso nuevas e inquietantes sombras provocando el escándalo. Todo dio inicio con una llamada telefónica en el 2005 al programa «Chi l’ha visto?(¿Quién lo ha visto?, n. del t.)». Una voz anónima (según una pericia del 2010, Carlo Alberto De Tomasi, hijo de«Sergione» vinculado a la Magliana) revelaba que para resolver el caso Orlandi era necesario «ver quién está enterrado en la cripta de la basílica» de San Apolinar y «el favor que Renatino hizo al cardenal Poletti».

En la primera fase los investigadores quisieron abrir la tumba que comunica por medio de una serie de galerías a la escuela de música a la que asistía Emanuela Orlandi, pero ahora, a la luz de lo que ha emergido en una inspección efectuada por Capaldo, esta posibilidad se está alejando: ya no subsiste la necesidad de abrirla, ya que "es inverosímil que dentro puedan encontrarse restos de otras personas además de los del boss». Fue el cardenal Ugo Poletti (entonces presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y vicario papal de Roma) quien concedió el nulla osta de la Santa Sede el 10 de marzo de 1990 para dar sepultura en la basílica a los restos de Renatino. El 24 de abril del mismo año, la familia De Pedis obtuvo del municipio de Roma la autorización para trasladar el cadáver del familiar desde «Roma a Ciudad del Vaticano», aunque la iglesia no goza de la extraterritorialidad, como ha aclarado la ministra del Interior Annamaria Cancellieri.

El Ministerio del Interior ha informado a la magistratura «sobre las evidencias que han sido encontradas» tras la realización de las comprobaciones que habían sido dispuestas. Según los investigadores es cierto que en el caso tuvieron un papel algunos miembros de la Magliana, quizás ya en el secuestro de la muchacha pero con más probabilidad en la gestión posterior. Por ahora están encartados Sergio Virtú, Angelo Cassani alias «Ciletto», Gianfranco Cerboni alias «Gigetto». Un empuje importante a la nueva investigación lo ha dado quien conocía verdaderamente bien a Renatino: su excompañera Sabrina Minardi. Palabras, las suyas, que por un lado parecen haber aportado elementos clarificativos, por otra han parecido contradictorias hasta el punto que la fiscalía ha decidido encartar a la mujer. ¿El Holding del crimen activo en Roma entre los años 70 y los 80 mantenía negocios inconfesables con el Vaticano sediento de dinero para destinar a Solidarnosc? Parecía «fantasy», está convirtiéndose en una pista.


Vatican insider

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