Juan 3:1-8
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo: "Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él." Jesús le contestó: "Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios." Nicodemo le pregunta: "¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?" Jesús le contestó: "Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu."
Reflexiones sobre la lectura de hoy
La noche puede ser un buen tiempo para orar. El mundo tan ocupado está más quieto entonces y tengo menos posibilidades de ser molestado/a. La noche también acarrea su rico misterio, que me ayuda a compenetrarme con el misterio de Dios. Los monjes oran en las noches toda su vida: ¿puedo hacerlo por al menos unos pocos minutos antes de retirarme?
Cuando dejo que el Buen Espíritu me guíe, la vida toma una nueva dimensión. Ya no estoy atascado/a en un bosquecillo, viviendo una vida plana, aburrida. Comienzo a notar más a Dios. Veo a las personas de manera fresca, como imágenes de Dios, extraordinariamente inmortales. Me veo como un portador del gran amor de Dios, que debe ser compartido. Me vuelvo un espíritu libre y una persona más feliz.
Señor, que yo pueda escuchar tu Espíritu y vivir por tu Espíritu.
No comments:
Post a Comment