En el "Instrumentum laboris" para octubre también se reflexiona sobre la pobreza, la ecología y la migración. El Evangelio de la familia no debe «aplastar». Y no hay que olvidar el Jubileo de la Misericordia, que comienza inmediatamente después
IACOPO SCARAMUZZICIUDAD DEL VATICANO
Se necesita un anuncio del «Evangelio de la familia» que «dé esperanza y no aplaste»; el Vaticano publicó hoy el documento con las líneas-guía para el Sínodo sobre la familia de octubre. El documento integra las conclusiones de la asamblea extraordinaria del año pasado y retoma las discusiones sobre los temas más diversos que se relacionan con la familia, desde las convivencias prematrimoniales hasta la misionariedad de la familia, desde la cuestión de los divorciados que se han vuelto a casar hasta la situación de los homosexuales, desde el aborto hasta la anticoncepción, desde la educación sexual hasta la necesidad de involucrar a las mujeres y a las familias en la formación de los sacerdotes en el seminario. Un texto en el que se subraya, en conclusión, que no se puede «olvidar que la celebración del próximo Sínodo se sitúa en sintonía con el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que comenzará el próximo 8 de diciembre de 2015.
No se vuelve a comenzar desde cero, pues, y esto es evidente: el Intrumentum Laboris, en efecto, presenta integralmente todos los párrafos de la Relatio Synodi del 2014, ampliados gracias a las contribuciones de las Conferencias Episcopales, de las familias, de las universidades y las instituciones académicas. El documento se subdivide en tres partes: la escucha de los desafíos sobre la familia, el discernimiento de la vocación familiar y la misión de la familia hoy.
No hay que anular la diferencia sexual. Con respecto al primer punto, se sacan a la luz las «contradicciones culturales» de nuestra época en la cual se dice que «la identidad personal y la intimidad afectiva deben afirmarse en una dimensión radicalmente desvinculada de la diversidad biológica entre varón y mujer» o en la cual se quiere reconocer la «titularidad matrimonial» a parejas instituidas independientemente de la diversidad sexual. De aquí, el llamado a una «mejor profundización humana y cultural, no sólo biológica, de la diferencia entre los sexos» porque su anulación «es el problema, no la solución».
La familia es el pilar fundamental de la sociedad. El Intrumentum Laboris señala las «contradicciones sociales» que llevan a la disolución de la familia: guerra, migraciones, pobreza, usura, cultura del descarte, coyuntura económica «desfavorable y ambigua», mientras las instituciones son incapaces de sostener a los núcleos familiares. Las familias, en cambio, «pilares fundamentales e irrenunciables del vivir social», necesitan de «políticas adecuadas» que tengan en cuenta su «acción compensativa» en relación al bienestar.
Dignidad para los ancianos y personas diversamente hábiles; una pastoral específica para familias migrantes. Por esto, el Instrumentum Laboris resalta la importancia de la familia como instrumento de inclusión, sobre todo de categorías frágiles como los viudos, los ancianos, los discapacitados que deben ser acompañados para hacer frente a «las formas despiadadas de estigma y prejuicio». Se espera una pastoral específica para las familias en migración porque, sobre todo, donde no hay «auténtica acogida y respeto de los derechos de todos», se pueden alimentar «fenómenos de fundamentalismo». Y el drama crece cuando la migración es ilegal, sostenida por «circuitos internacionales de la trata de seres humanos». El Instrumentum Laboris se detiene además en el papel de las mujeres y recuerda que en los países en vías de desarrollo, a la explotación y a la violencia se agregan el aborto y esterilizaciones forzadas, entre otros fenómenos, pero espera también una “mayor valorización en la Iglesia”.
El Sacramento del matrimonio es indisoluble. La segunda parte reafirma la indisolubilidad del matrimonio sacramental y, al mismo tiempo, recuerda que la Iglesia debe ‘acompañar’ los momentos de sufrimiento conyugal, con una óptica de misericordia, que no le quita nada a la verdad de la fe. Todos tienen necesidad de dar y de recibir misericordia, se lee luego en la tercera parte, y algunos piden que también la Iglesia demuestre una actitud análoga hacia los que han roto la unión. El Instrumentum recuerda también un punto clave de la Relatio Synodi, es decir, el de los casos de nulidad matrimonial. En lo que se refiere a la gratuidad de los procedimientos de reconocimiento de la misma nulidad, se registra un amplio consenso. Sobre la doble sentencia conforme, hay amplia convergencia sobre su superación, al tiempo que no recibe un consenso unánime la idea de un procedimiento administrativo, bajo la responsabilidad de un Obispo diocesano.
Repensar las formas se exclusión litúrgico-pastorales de los divorciados vueltos a casar. En lo que se refiere, en particular, a los divorciados vueltos a casar se desea una reflexión sobre la oportunidad de dejar caer las formas de exclusión, que se practican en la actualidad, en ámbito litúrgico-pastoral, educativo y caritativo, porque estos fieles no están fuera de la Iglesia. Sin embargo, se señala que los caminos de integración pastoral deben estar precedidos por un discernimiento oportuno y se deben realizar según una ley de gradualidad, en el respeto de la maduración de las conciencias. Sobre el acceder a la Eucaristía para los divorciados vueltos a casar, el Instrumentum evidencia común acuerdo sobre la hipótesis de un camino penitencial, bajo la responsabilidad de un Obispo. Quedando firme la posición de la Iglesia, contraria al matrimonio entre personas con tendencias homosexuales, se reitera que toda persona, independientemente de su tendencia sexual debe ser respetada en su dignidad y acogida con respeto y delicadeza, en la Iglesia y en la sociedad. Por lo que se desean proyectos pastorales específicos para personas homosexuales y sus familias.
La educación de los hijos se base sobre diferencia sexual. Invitando a valorizar la importancia de la adopción y de la custodia, el documento afirma que la educación de un hijo se debe basar en la diferencia sexual, así como la procreación, porque también ésta se fundamenta en el amor conyugal entre hombre y mujer. El documento culmina recordando el Jubileo extraordinario de la Misericordia, que dará comienzo el 8 de diciembre de 2015, a la luz del cual se coloca el próximo Sínodo. La Asamblea episcopal será del 4 al 25 de octubre, sobe el tema «La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo».
Vatican Insider
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