Sunday, February 12, 2017

ERNESTO CARDENAL Y EL EVANGELIO EN SOLENTINAME


Ernesto Cardenal pintado por Ernesto Guayasamín 
Foto tomada por Ignacio Dueñas García de Polavieja
en el domicilio de Álvaro Villa
Aparece en la publicación Iglesia y revolución en Nicaragua a través
de los testimonios orales: La experiencia de Solentiname






1. La lectura de la Biblia en Solentiname 

Solentiname es el nombre de un retirado archipiélago situado en el Lago de Nicaragua, donde en 1966 Ernesto Cardenal, luego de ser ordenado sacerdote, funda una pequeña comunidad llamada Nuestra Señora de Solentiname. En medio de una vida semicontemplativa, se destacan dos tipos de actividades: la creación de una escuela de pintura que llegaría a ser reconocida en todo el mundo, y el proyecto de lectura del Evangelio entre los campesinos del lugar. Cada domingo, en la Iglesia pero también en un rancho cercano construido para el almuerzo o en las islas más alejadas donde se traslada Cardenal para que sus habitantes participen de la lectura del texto sagrado, se implementa una lectura colectiva de la Biblia. Entre quienes sabían leer, se repartía un ejemplar de los Evangelios y quien mejor oralizaba la lectura, en general alguien joven, leía en voz alta el pasaje entero que comentarían luego todos versículo por versículo. Los más viejos, en cambio, en general analfabetos, dependían de los jóvenes para acceder al Evangelio. 

Estos detalles que rodean a la práctica de la lectura de la Biblia en Solentiname manifiestan desde el principio la voluntad de Cardenal de descentrar la figura del sacerdote como polo disciplinador en su interpretación. En efecto, no es su voz la que hegemoniza la lectura oralizada, no es la Iglesia el único espacio donde se lee sino que se legitiman otros no institucionalizados como un rancho usado para almorzar, no es privativa del sacerdote la ventaja de contar con el texto impreso del Evangelio sino que todos tienen una copia, lo que facilita un primer seguimiento atento de la lectura y una posterior relectura que contribuye a adoptar una posición activa para comentar lo leído. 

Asimismo, Cardenal ha explicitado que en vez del género discursivo (Bajtín, 1982) del sermón, género rígidamente estructurado desde las Artes de Predicar establecidas en la Edad Media (Murphy, 1990), a la lectura del Evangelio seguía en Solentiname un diálogo entre los integrantes de la comunidad. Este diálogo responde al género conocido como homilía dialogada, que permite tomar la palabra a los laicos sin imponer limitaciones a sus intervenciones y que acentúa la dimensión cofraterna de una comunidad más que la orgánica y jerárquica (Urdeix, 1994).

Por consejo de algunos amigos, Cardenal comenzó a registrar en una grabadora estos diálogos, que publicó en forma de libro en 1975 bajo el título de El Evangelio en Solentiname. Cardenal permaneció en el Lago de Nicaragua hasta 1977, cuando debió huir de la guardia somocista, que destruyó Nuestra Señora de Solentiname como represalia ante la participación de algunos de sus jóvenes miembros en una operación guerrillera que asaltó un cuartel militar...

Parte de una Ponencia en UNESCO EL AÑO 2003, por VITALE
 “Control de la Lectura y Reformulación en El Evangelio En Solentiname, de Ernesto Cardenal”.
  


BIENAVENTURADO EL HOMBRE (Salmo 1)

Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido ni
asiste a sus mítines
ni se sienta a la mesa con los gánsters
ni con los Generales en el Consejo de Guerra
Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano
ni delata a su compañero de colegio
Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales
ni escucha sus radios
ni cree en sus slogans

          Será como un árbol plantado junto a una fuente.

Ernesto cardenal








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