Thursday, March 01, 2007

Cuaresma: Burundi




En la cárcel de Bujumbura


A primeros de enero el capellán de la cárcel de Bujumbura me dice que el obispo me invita para acompañarle para celebrar la eucaristía con los prisioneros y desearles un "Año Santo Jubilar". Gracias a unos amigos compramos 300 mantas, 100 vestidos para las mujeres y unos sacos de sal.
La primera impresión fue la de una gran acogida y sonrisas. Para la circunstancia casi todos habían abandonado sus uniformes verdes de prisioneros para vestirse como hombres libres que van al encuentro del Dios-Padre en la Eucaristía.
No pude ocultar mi satisfacción al ver cómo en poco tiempo los prisioneros habían sido capaces de construir una sala grande que se inauguraba ese día para las celebraciones litúrgicas dominicales. La asistencia era de unos mil prisioneros y prisioneras. Al acercarme al altar vi ocho monaguillos con sus albas e incensario. Creí que eran monaguillos que habían acompañado al obispo que nos había precedido. "¡Qué va! -me respondieron-; también nosotros somos prisioneros".
Es difícil explicar el ambiente que había en esta sala-capilla. Se trataba de celebrar la fe y esperanza en Dios. Esta celebración religiosa se parecía más a una antesala del cielo que a un lugar donde 3.000 hombres y mujeres estaban privados de libertad.
Todo parecía preparado con gran esmero. Cánticos acompañados por el ritmo del tambor y aplausos al estilo africano. Danzas ejecutadas con elegancia en un ambiente festivo y devoto. Me hizo gracia su imaginación para reemplazar los pétalos de las flores, que los niños africanos lanzan al aire después de la consagración, por trocitos de papel.
Después de la comunión un delegado de los prisioneros dirigió un discurso agradecido al obispo: "Señor obispo -dijo-, aquí estamos; sólo nuestros cuerpos están encarcelados; nuestro corazón hace tiempo que ha sido liberado". Esta frase arrancó un gran aplauso de los prisioneros. Pidieron al obispo que la cárcel fuera oficialmente constituida en parroquia con todos los servicios religiosos correspondientes. A medida que avanzaba su discurso me quedé perplejo y admirado. Los cristianos en la cárcel se han organizado para que los diferentes movimientos de acción católica funcionen entre ellos. De una manera especial me llamó la atención el servicio de Caritas que han erigido en tres sectores: El primero se ocupa de los enfermos. El segundo de los que no disponen de ninguna ayuda exterior. El tercero acompaña a los presos con dificultades especiales.
A medida que el tiempo pasaba pensaba en las mantas y otros regalos que habíamos traído para los presos. Pensaba en los regalos, en las cosas... Hasta un cierto momento me pareció que algo fallaba, si no se les decía a los presos que había un "algo" para recordarles nuestra fraternidad y apoyo. Me decidí pedirle al capellán de la cárcel que les anunciara estos regalos. Pero algo en mí sonaba a falso. Lo que los prisioneros necesitaban realmente no eran "cosas", era sobre todo vivir la experiencia de un Dios que les ama tiernamente. De las "cosas" ya estaban "de vuelta".
Paul Segorbe, Mundo Negro, septiembre 2001


Ampliando miras: PARADÓJICA LIBERTAD


Hermanos: Continuamente damos prueba de que somos servidores de Dios con lo mucho que pasamos: luchas, infortunios, apuros, golpes, cárceles, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer; procedemos con limpieza, saber, paciencia y amabilidad; con los dones del Espíritu y con amor sincero, llevando el mensaje de la verdad y la fuerza de Dios.
Con la derecha y con la izquierda empuñamos las armas de la salvación, a través de honra y afrenta, de mala y buena fama. Somos los impostores que dicen la verdad, los desconocidos conocidos de sobra, los moribundos que están bien vivos, los sentenciados nunca ajusticiados, los afligidos siempre alegres, los pobres que enriquecen a muchos, los necesitados que todo lo poseen. (2 Co 6, 4-10)


Gesto para hoy:


Piensa de qué te puedes liberar hoy (y solo hoy) y no pierdas esta oportunidad: ¡libérate! Y pregunta a alguien cercano qué puedes hacer para ayudarle a liberarse.

Oración:


¡Tantas veces ponemos, Señor, nuestra libertad
en tener de todo y hacer lo que nos da la gana…

!Hay gente que nos enseña que ser libre

es querer vencer las dificultades

encontrando fuerzas en Ti.

Ayúdanos a aprender de ellos
y libéranos de tantas cadenas que nos atan.

Amén.
Fuente: Ágora Marianista

No comments: