Durante la multitudinaria misa que presidió el arzobispo de Concepción, monseñor Ricardo Ezzati, en la fiesta de San Sebastián en Yumbel, donde asistieron más de 3.000 personas y bajo una fuerte temperatura ambiental, señaló que “Chile necesita alimentar su alma con la fe en Dios y con las expresiones de la fe”.
En ese sentido, manifestó su convicción profunda que Yumbel “se ha convertido y es un espacio verde, ecológico, en el sentido espiritual de la palabra, donde la gente puede encontrarse con lo más importante que es la propia vida, con Dios”.
Agregó que Chile necesita cuidar este espacio, porque es un bien para toda la sociedad y para la región. Luego, comentó su sorpresa que hasta Yumbel llegan delegaciones de todo el país. “Es la gente que viene a encontrar un espacio para lo que más necesita y lo que más necesitamos no son las cosas materiales, sino que Dios dé sentido a la vida y a lo material”.
El pastor arquidiocesano centró su mensaje en el llamado que hicieron los obispos de América Latina, “quienes nos hemos comprometido junto con los fieles a ser discípulos y misioneros de Jesús para que el mundo tenga vida. Estamos viviendo una cultura nueva y muchas veces nos podemos desviar de eso”, afirmó.Agregó que San Sebastián es un gran y lindo signo para Chile, recordando que fue un joven fiel a Dios, dejando de lado todo su poder y riquezas, para ofrecerse al mundo.
Más adelante se refirió, en un contacto con la prensa, que el comercio no es malo. “A veces uno sataniza el comercio y naturalmente donde hay conglomerado de personas, la gente también aprovecha para poder alimentarse y necesita comprar cosas para la casa. El comercio no está separado de lo que es la vida de un cristiano.
El cristianismo y la fe animan todas las realidades del mundo. Lo malo sería si el comercio fuera lo más importante, pero yo he visto que lo más importante es la fe. La gente ha expresado su fe en Jesucristo y aprovecha la ocasión para llenar algunas necesidades materiales que tiene”.Más de 300 mil peregrinos coparon la localidad de Yumbel, ubicada a 90 kilómetros de Concepción, donde la policía debió hacer ingentes esfuerzos para ordenar el enorme tránsito vehicular, que por momentos, provocó filas de varios kilómetros.
En el santuario, los sacerdotes prestaron un prolongado servicio espiritual a miles de personas que quisieron confesarse y se celebraron misas cada 2 horas. Los servicios de emergencia fueron un valioso apoyo para atender situaciones propias de la gran multitud que llegó desde el sábado y durante todo el domingo.
La celebración culminó con la procesión que trasladó la imagen desde el campo de oración hasta el templo, donde permanece hasta el 20 de marzo, fecha en que se realiza la tradicional festividad del “20 chico”, donde se repite el masivo fervor hacia San Sebastián.
Fuente: Comunicaciones Concepción - Iglesia.cl
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