Friday, January 04, 2008

Un momento para la oración

Juan 1:35-42
Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo en el mismo lugar con dos de sus discípulos. Mientras Jesús pasaba, se fijó en él y dijo: "Ese es el Cordero de Dios". Los dos discípulos le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó: "¿Qué buscan?" Le contestaron: "Rabbí (que significa Maestro), ¿dónde vives?" Jesús les dijo: "Vengan y lo verán". Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que siguieron a Jesús por la palabra de Juan. Encontró primero a su hermano Simón y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías" (que significa el Cristo). Y se lo presentó a Jesús. Jesús miró fijamente a Simón y le dijo: "Tú eres Simón, hijo de Juan, pero te llamarás Kefas" (que quiere decir Piedra).

¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Cuando alguien "ve" a Jesús, su vida cambia para siempre.
A Simón le fué asignado otro nombre; l
os Magos se volvieron por otro camino,
y millones, a lo largo de los siglos,
han conocido esta experiencia y algunos han entregado su vida por este hombre.
"Ver" a Jesús es apenas vislumbrar quién realmente es - el sanador compasivo, el que ama hasta el final, el Hijo de Dios.
De Espacio Sagrado

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