Saturday, January 19, 2008

Un momento para la oración


Juan 1:29-34
Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: "Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel." Y Juan dio testimonio diciendo: "He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios."
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Jesús está comenzando a enseñar a sus seguidores, y destaca que sus discípulos son sus alumnos. Sus tiempos con Jesús son tiempos de aprendizaje de su sabiduría.
A medida que recorremos los Evangelios, vemos que aprenden tanto de los que Jesús hace, como de lo que dice.
Enseña sin palabras algo inesperado: que Él ha venido por los pecadores y los débiles.
La costumbre de esa época prohibía comer con pecadores, entrar a sus casas o acompañarlos. Observemos a Jesús - dondequiera que va, y�con quien se relaciona, y podremos aprender el tipo de persona que es.
En tus oraciones, contempla en silencio los hechos de Jesús; es así como nos enseña hasta el día de hoy.
De Espacio Sagrado

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