Monday, January 21, 2008

Un momento para la oración...


Marcos 2:18-22
En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: "Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?" Jesús les contestó: "¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Legará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán. Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto viejo; porque la pieza nueva tira del manto viejo, y deja una rotura peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revientan los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos."
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

La tradición religiosa indicaba el ayuno para cuando algo nos hacía falta - para recordarnos que esperamos a Dios en nuestras vidas, para rogar por algo, o ser rescatado de una mala experiencia. Aquí Jesús proclama que el que estaban esperando ha llegado. El festejo es lo que corresponde, y no el ayuno. Más adelante vendrán tiempos para ayunar; los que lo escuchan quedan preguntándose a qué se referirá. Sabemos que la vida tiene el ritmo de la muerte y la resurrección, con sus tiempos de tristeza y tiempos de regocijo. El novio ha llegado - Jesús, el Hijo de Dios. Para nuestra seguridad en los tiempos de dolor que vendrán.

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