Arzobispo de Santiago presidió Misa en la Festividad de San José Obrero, en el Día Internacional de los Trabajadores, a la que asistieron dirigentes sindicales, empresariales, políticos y autoridades de gobierno.
Hasta la Catedral Metropolitana llegaron, en la mañana del Jueves 1 de Mayo, dirigentes sindicales y sociales, autoridades de Gobierno, parlamentarios, representantes de empresarios y delegaciones de parroquias y comunidades cristianas de base, respondiendo así a la invitación de la Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores para celebrar con una eucaristía la festividad de San José Obrero, en el Día Internacional del Trabajo.
La Misa fue presidida por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz y concelebrada por sus Obispos Auxiliares: Monseñor Andrés Arteaga, Monseñor Cristián Contreras Villarroel y Monseñor Fernando Chomali. También concelebraron el deán de la Catedral, Monseñor Juan Suárez, y los vicarios Rodrigo Tupper, Cristián Precht, Pedro Ossandón, Héctor Gallardo, Fernando Vives, Galo Fernández, y numerosos sacerdotes.
Autoridades y sindicalistas
Entre las autoridades presentes se encontraban el Presidente del Senado, Adolfo Zaldívar; los ministros del Trabajo, Osvaldo Andrade; de Justicia, Carlos Maldonado; de Planificación; Paula Quintana; de Cultura, Paulina Urrutia; la presidenta de la democracia Cristiana, senadora Soledad Alvear; el Defensor Nacional Laboral Zarko Luksic, el Subsecretario General de la Presidencia, Edgardo Riveros. También asistieron representantes de las diversas organizaciones sindicales, entre ellos la vicepresidenta de la CUT, María Rozas, y el presidente de la UNT, Diego Olivares, entre otros.
Jesús, el hijo del carpintero
En su homilía el Cardenal Francisco Javier Errázuriz destacó que la Iglesia se inspira en Jesucristo para promover y defender la dignidad de los trabajadores. “Jesucristo, Señor de la Historia. Vivo en el presente, nos invita a mirar, siempre con nuevos ojos, las realidades humanas, para descubrir en ellas nuevas posibilidades de justicia, de amor y de redención”, señaló el Arzobispo de Santiago. “Es lo que los obispos de América Latina y el Caribe hemos procurado hacer en la V Conferencia General celebrada hace sólo un año en Brasil, en el Santuario de nuestra Señora Aparecida. Allí quisimos anunciar la buena nueva, el Evangelio que está inscrito en el corazón de nuestros pueblos gracias a su fe en Jesucristo. Se trata de la buena nueva de la dignidad humana, la buena nueva de la vida, la buena nueva de la familia, la buena nueva de la actividad humana, la buena nueva del destino universal de los bienes, para que nuestros pueblos tengan vida en abundancia, y hacer de nuestra América un “Continente de la esperanza y del amor, de la vida y de la paz” (Cf Mensaje final de Aparecida)”.
Más adelante, el Cardenal Errázuriz agregó: “En esa ocasión reiteramos que “Jesús, el carpintero (cf. Mc 6, 3), dignificó el trabajo y al trabajador y, [que Él nos] recuerda que el trabajo no es un mero apéndice de la vida, sino que “constituye una dimensión fundamental de la existencia del hombre en la tierra” , por la cual el hombre y la mujer se realizan a sí mismos como seres humanos ” (DA 120). El trabajo es pues vocación primordial que nos asemeja a Dios creador; es llamado a construir la sociedad fraterna y servicio que se ofrece a los hermanos; es una dimensión tan esencial, que sin trabajo, y más aún sin trabajo digno y decente, la propia vocación humana del varón y la mujer no puede encontrar su plena realización. Trabajar no es sólo producir: trabajar es vivir”.
“Ahora bien, -agregó el Arzobispo de Santiago-lo más frecuente es que pocos trabajen solos, y que la mayoría lo haga en una comunidad laboral, sea de servicio, de producción, de investigación, de enseñanza, en talleres, escuelas, usinas, empresas u oficinas. Por eso, refiriéndonos a la actividad empresarial, que todos valoramos, nos pareció necesario alabar “a Dios por los talentos, el estudio y la decisión de hombres y mujeres para promover iniciativas y proyectos generadores de trabajo y producción, que elevan la condición humana y el bienestar de la sociedad” y decir que “la actividad empresarial es buena y necesaria cuando respeta la dignidad del trabajador, el cuidado del medio ambiente y se ordena al bien común. Se pervierte cuando, buscando sólo el lucro, atenta contra los derechos de los trabajadores y la justicia”
Construir un país más justo
Al reflexionar sobre la realidad social y laboral del país, el Cardenal Francisco Javier Errázuriz se refirió a la labor que ha realizado el Consejo Asesor Presidencial para la Equidad y el Trabajo. “Nos alegra que estas necesarias iniciativas, como las referidas al salario ético, hayan abierto un debate constructivo en el país, y facilitado por la Presidenta de la República la creación del Consejo Asesor Presidencial para el Trabajo y la Equidad. Desde ya agradecemos esta laudable iniciativa y a todas las personas que durante ocho meses, y con entera gratuidad, han ofrecido su tiempo, su sabiduría y sus esfuerzos con el sólo deseo de mejorar la situación laboral de sus hermanos y la situación vital de quienes sufren pobreza extrema y exclusión. Este esfuerzo responsable y solidario por cerrar las brechas sociales que aún nos llenan de vergüenza es un vivo ejemplo para todos. Una demostración palpable de que entre las personas se puede discutir y disentir, siempre junto a una mesa de esperanza, compartiendo conocimientos, experiencias y convicciones éticas, resueltos a buscar y encontrar acuerdos. En el nombre del Señor, me complace recordar que son ‘Bienaventurados los que trabajan por la paz, pues ellos serán llamados Hijos de Dios”, expresó el Arzobispo de Santiago.
El Vicario de Pastoral Social y de los Trabajadores, Pbro. Rodrigo Tupper –quien concelebró la misa- destacó el llamado que hizo el Cardenal Francisco Javier Errázuriz a buscar el camino del diálogo para superar los conflictos y las diferencias. “Su mensaje nos anima a fortalecer el diálogo, esa es una buena noticia a la que todos tenemos que aportar, porque el diálogo es lo único que nos va a hacer avanzar para acercar posiciones y es lo único que al final del día nos podrá ayudar a solucionar los conflictos que tenemos vivos y presentes en el país”, comentó.
Fuente: DOP Santiago - http://www.iglesiadesantiago.cl/
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