Hoy, 3 de mayo, la Iglesia conmemora el nacimiento para el cielo de la BEATA MARÍA LEONIA PARADIS - Alodia Virginia, nombre de familia - quien muriera santamente en un día como hoy del año 1912 en Sherbrook, Canadá. Nacida en el año 1840 en Acadia, en la provincia de Quebec en Canadá, fue religiosa de la Congregación de la Santa Cruz y Superiora de las Pequeñas hermanas de la Santa Familia. El Papa Juan Pablo II en 1984 la declaró Beata. Unidos pues a la Iglesia de Canadá, brindemos nuestro vivo aplauso a la Beata María Leonia Paradis.
Meditación
Querida Beata Maria Leonia, al recordar tu vida te encontramos aun niña en el seno de una familia que te dio tus primeras enseñanzas religiosas. A los 9 años de edad fuiste enviada a la casa de las Hermanas de la Congregación de Notre Dame a Laprairie. Fue en esos años que empezó a crecer en ti la devoción a los sacerdotes y el amor por las personas humildes y, este sentimiento, se transformo con el pasar del tiempo, en el tema fundamental de tu vida. Comenzaste a advertir dentro de ti la llamada a la vida religiosa y, con el consejo de Padre Lefebvre, entraste como postulante en la Congregación de las hermanas Marianitas de la Santa Cruz, dedicada al servicio doméstico en las casas de los sacerdotes y a la educación de la juventud. A pesar de tu precaria salud, con solo 17 años de edad, hiciste tu profesión religiosa con el nombre de Maria Leonia. Demostraste optimas aptitudes para la enseñanza, y por este motivo fuiste invitada en varias casas de Canadá. Años después fuiste a los Estados Unidos como institutriz del orfanato de San Vicente en New York. Y llego la sugerencia de Monseñor Fabre de fundar una pequeña comunidad para desarrollar servicios en sus colegios. Y fue así que con un grupo de 14 religiosas formaste la Congregación de las Pequeñas hermanas de la Santa Familia. Pero el obispo local no dio su aprobación y tuviste que transferirte a Sherbrook donde el obispo te dono una casa. Florecieron entonces nuevas vocaciones y se abrieron más casas y conventos. Tu recomendación principal a tus hijas fue la de ayudar al sacerdote material y espiritualmente, venerando en él la persona de Cristo. Aunque no seguiste estudios particulares te dejaste guiar por el evangelio y enseñaste a tantas jóvenes a leer y a escribir, orientándolas hacia la vida religiosa. Gravemente enferma y soportando todo sin hacerlo ver, dejaste esta vida a los 72 años de edad
Radio Vaticano
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