Wednesday, October 15, 2008

Dinero negro, trabajo negro

14-Octubre-2008 Honorio Cadarso


Estamos viviendo estos días la historia anunciada del derrumbe financiero. La imponente estatua del capital especulativo se derrumba porque tenía los pies de barro, sin fundamento en la actividad económica real. Todos al fin han descubierto que los reyes de la bolsa estaban desnudos. No nos dan pena los grandes inversionistas. Sí que nos solidarizamos con quienes sufren las consecuencias. Como los inmigrantes de quienes habla Honorio. Pero para quien quiera más información sobre la crisis, puede consultarse esta Antología de enlaces sobre la crisis económica.



La “crisis” está acentuando unas tendencias que ya se registraban desde hace meses en la inmigración.


La Comunidad autónoma vasca registra un goteo constante de recién llegados que vienen desde el sur, Levante, Madrid, Cataluña…desde Italia esperando encontrar aquí mejores condiciones y más oportunidades de trabajo.


Algunos, los menos, traen papeles en regla. Los más no tienen papeles; pero eso no parece preocuparles excesivamente. No se sabe cómo, no se sabe dónde, de momento casi todos se colocan a trabajar. Ellas, las mujeres inmigrantes, lo tienen más fácil, porque en un trabajo doméstico, cuidando ancianos o minusválidos, pasan desapercibidas. Desde Cáritas les explican y les insisten en que reclamen sus derechos a tiempo libre, salarios justos, etc. Pero las señoras, incluidas las más católicas, no ceden: exigen 24 horas sobre 24, 7 días sobre 7… Ellos, cada vez lo están teniendo más difícil, porque para un hombre resulta más complicado encontrar un trabajo donde se pueda volver invisible…


De donde resulta una evidencia no confesada. la economía española se apoya en buena parte sobre una bolsa de mano de obra ilegal, no declarada, sin seguros, marginada de cualquier convenio y de cualquier legislación laboral. Nos cuesta creer en las cifras de desempleo que nos cuentan los medios informativos: creemos más en que mucha gente está cobrando el paro y trabajando en trabajos clandestinos…El mercado de mano de obra en España se asienta sobre la mentira y la picaresca. Tal vez en toda Europa ocurre así, tal vez en Italia la mentira y la picaresca es más frecuente. Pero lo cierto es que aquí tampoco nos quedamos cortos.
Hablemos de los cayucos. Parece como si todos los que llegan ilegales viniesen por mar, y en sus últimas millas de travesía fuesen acompañados por barcos de salvamente de la marina española. La verdad es que muchos llegan con documentaciones falsas o prestadas, a aeropuertos de países vecinos donde la vigilancia es más laxa (en Portugal, un africano es menos sospechoso que aquí…
Con la agudización de la crisis, estas tendencias se acentúan.) Entran camuflados en camiones por Algeciras…


Y ahora hablemos de la crisis, vista por los inmigrantes. El trabajo comienza a escasear, pero como dicen que el País vasco aguantan mejor la crisis, y como Ibarretxe acaba de decir que vamos a necesitar 90.000 inmigrantes en 7 años para mantener el nivel de actividad que tenemos en Euskadi, pues se vienen para aquí.


Y esa es la verdad. España como conjunto no tiene un nivel de natalidad que le garantice un relevo de la mano de obra que alcanza la jubilación con jóvenes autóctonos. Vamos a seguir necesitando inmigrantes. A qué viene tanto decir que hay demasiados inmigrantes? ¿No será más bien una estrategia para seguir manteniéndolos en el miedo, la ilegalidad y el bajo precio de sus salarios?


¿Y qué hay de la vuelta a sus países de origen?


Es algo a tener muy en cuenta. Una inmigrante rumana, de vuelta de sus vacaciones en Transilvania, asegura que Rumanía empieza a levantar cabeza, que hay trabajo, que algunos inmigrantes están pensando seriamente en quedarse o se han quedado ya. “No es un fenómeno generalizado, hay regiones que no han despegado todavía, pero otras están mejorando mucho” añadió.


Por su parte, un inmigrante boliviano aseguraba que Bolivia presenta en este momento, a pesar de la crisis de estabilidad que acaba de sufrir, un panorama esperanzador. “Hay oportunidades, lo más viable para los inmigrantes organizarse en pequeñas cooperativas de producción que den respuesta a demandas concretas que surgen a medida que crece el nivel de ingresos de la población: producción agrícola, calzado…


En general , este boliviano estimaba que “los países no integrados en el primer mundo están relativamente inmunizados ante la crisis, siguen su camino hacia la recuperación. En especial los que tienen petróleo o gas, como es el nuestro”.


Y al mismo tiempo sugería una fórmula para la ayuda del 0,7 que se propone para el tercer mundo. “El mejor uso de estas ayudas sería en financiar desde aquí la vuelta de los inmigrantes que lo deseen a sus países de origen.” Ocurre que muchas de las inversiones en ayuda al desarrollo que se hacen en África o en otros lugares se evaporan por los caminos de la corrupción administrativa y la falta de capacidad y de tecnología de los destinatarios. Estos fallos serán más fáciles de evitar si se canalizase el dinero en ayuda a proyectos de inmigrantes que deseen retornar.


Esta nueva política de inmigración y ayuda al tercer mundo en la que los inmigrantes pasen de meros espectadores a protagonistas requiere una revolución radical en los servicios de las embajadas españolas en él tercer mundo, que carecen de profesionales del comercio y la ayuda al desarrollo, y se nutren de burócratas desmotivados, según dicen. De puros organismo de gestión de papeles, las embajadas deberían convertirse en motores del desarrollo, de la inversión española en el extranjero, y de la promoción del comercio entre España y los países emisores de inmigrantes.


Con unas embajadas así, estaríamos en condiciones de deliberar con los países de que tratáramos y decidir, en diálogo con los países de los que se trate, si procede dar trabajo a los inmigrantes aquí, o quizá es mejor crear puestos de trabajo para ellos allí.


ATRIO

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