Pío XII trabajó arduamente por la paz, para oponerse al odio que se difundía en Europa con la Segunda Guerra Mundial. Los 50 años que han pasado desde la muerte de Pío XII fueron recordados en la Basílica vaticana con una misa presidida por Benedicto XVI, que rezó en la tumba de su predecesor. Condenó las deportaciones y el exterminio de los judíos; actuó muchas veces de modo secreto y silencioso porque intuía que sólo así se podía ser eficaz. Por eso, recordó Benedicto XVI, recibió varias manifestaciones por parte de las autoridades judías. El debate político, agregó el Papa, descuidó muchos aspectos de su pontificado, entre los cuales los documentos sobre la Escritura, la liturgia, el impulso a las misiones y a las causas de beatificación y canonización, en que dio mucho espacio a las mujeres.
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