“La Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros” (Jn 1,14)
Esto debe ser algo así como aquellos exploradores que trataban de llegar a la fuente desconocida de los grandes ríos. ¿Dónde surge la felicidad? ¿Dónde echa raíces una vida con sentido? ¿Dónde empieza esa dicha que prometes?
…Pensando en algunos episodios de la vida, se me ocurre que quizás la alegría empieza en el encuentro de las personas, cuando ese encuentro es auténtico.
En el abrazo inesperado (y en el esperado también). En el amor correspondido. En la amistad. En una tarde en que descubres que compartir tu tiempo, tu trabajo, tu esfuerzo, merece la pena. En un rato de oración en el que, de golpe, Tú estás ahí. En las heridas que se sanan. En el perdón que llena de hondura la propia historia. En liberarse de las apariencias que engañan. En aceptar alguna que otra dosis de fracaso. En la humildad. En la fe que se quita las capas para ir al corazón del evangelio.
¿Dónde empieza la alegría, para mí?
¿Qué me ha hecho feliz en la vida?
pastoralsj
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