Saturday, January 09, 2010

Espacio Sagrado


Marcos 6:45-52
Inmediatamente Jesús ordenó a sus discípulos a que subieran a la barca y lo fueran a esperar a Betsaida, a la otra orilla, mientras él despachaba a la gente. Jesús despidió, pues, a la gente, y luego se fué al cerro a orar.
Al anochecer, la barca estaba en medio del lago y Jesús se había quedado solo en la tierra. Jesús vió que discípulos estaban agotados de tanto remar, pues el viento les era contrario; antes de que terminara la noche fué hacia ellos caminando sobre el mar, como si quisiera pasar de largo.
Al verlo caminar sobre el mar, creyeron que era un fantasma y su pusieron a gritar, pues todos estaban asustados al verlo así. Pero Jesús les habló: "Animo, no teman, que soy yo." Y subió a la barca con ellos. De inmediato se calmó el viento, con lo cual quedaron muy asombrados. Pues no habían entendido lo que había pasado con los panes; tenían la mente cerrada.

¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Las palabras de Jesús "que soy yo", o sólo "soy yo", nos recuerdan el nombre que Dios se dió a sí mismo cuando Moisés se lo preguntó, en el libro del Éxodo (3:14). Aquí Marcos está insinuando la calidad divina de Jesús.
La barca puede tomarse como símbolo de la pequeña iglesia de Marcos, y la tempestad de viento como símbolo de la persecución sufrida por su Comunidad Cristiana. "No teman" sigue vigente para todos los cristianos que hoy viven en un mundo hostil o indiferente.

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