Monday, January 18, 2010

Espacio Sagrado



Marcos 2:18-22
En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: "Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?" Jesús les contestó: "¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán". Nadie remienda un vestido viejo con un pedazo de género nuevo, porque la tela nueva encoge, tira de la tela vieja y se hace más grande la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos".



¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Jesús es el novio. Insinúa su muerte cercana, al decirles que llegará el día en que se lleven al novio. Cuando habla del paño viejo y nuevo, y del vino viejo y nuevo, Jesús se refiere a las viejas y nuevas formas de prácticas religiosas: las viejas de los escribas y fariseos, con todas sus "tradiciones" con que parcharon la Ley, y que Jesús condenó, y las compara con el "vino nuevo", el que Jesús regaló en sus enseñanzas a los discípulos.

En ocasiones encuentro que prefiero la antigüa tradición, antes de enfrentar el desafío con que nos presenta Jesús

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