Friday, April 20, 2012

Estados Unidos; la "desobediencia" comienza en Seattle



Parroquias enteras se niegan a recoger firmas para el referéndum en contra el matrimonio entre personas del mismo sexo

MARIA TERESA PONTARA PEDERIVAROMA



Un inicio difícil para la manifestación a la que convocaron los obispos estdounidenses para defender la libertad religiosa; bajo el lema de “Nuestra primera y más preciada libertad” una multitud de fieles (o por lo menos según las intenciones de sus pastores) debería tomar las calles o hacer que se escuche su voz para abrogar las «leyes injustas» del estado. El momento más esperado sería justamente el 4 de julio, fiesta del orgullo nacional de los estadounidenses.


Los obispos tienen en la mira no solo la reforma sanitaria (relacionada con la cuestión de la anticoncepción, incluido el aborto), sino también el matrimonio entre personas del mismo sexo. Si el referéndum para abrogar las leyes que legalizan el aborto nunca han obtenido el resultado que habrían esperado los pastores, la cuestión de los matrimonios gay ofrecería una “segunda oportunidad” (muchos recuerdan las duras palabras del cardenal Timothy Dolan con respecto a la decisión al respecto del estado de Nueva York de hace algunos meses), a pesar de que hayan sido muchos los consejos de distinguidas y calificadas personalidades para que los obispos tuvieran una cierta prudencia y evitar el riesgo de que otro resultado negativo se convierta en un “boomerang” contra toda la Iglesia católica. Pero, alrededor de estos temas, la política y la fe se mezclan, y las manifestaciones de los Republicanos podría ser un elemento que ayude a la Iglesia.


Mientras tanto llegan señales no muy tranquilizadoras desde Seattle, en donde parroquias enteras (es decir párrocos y sus relativos consejos pastorales) decidieron negarse claramente a la petición del obispo local de recoger firmas para apoyar un referéndum en contra de la ley del estado de Washington que permite el matrimonio entre las personas del mismo sexo.



Mons. J. Peter Sartain, considerado moderado, invitó a todas las parroquias a una manifestación después de la Pascua. La ley estatal que permite los matrimonios entre las personas del mismo sexo (que anunció el gobernador Chris Gregoire en febrero como «una conquista de derechos civiles y que fue votada tanto por republicanos como por demócratas, jóvenes y ancianos, homosexuales y heterosexuales») debería entrar en vigor el próximo 6 de junio, de no ser que se alcance el número de firmas necesario para convocar al Referéndum 74 que podría abrogarla.


Las páginas del periódico local más importante, el “Seattle Times”, han estado llenas desde hace una semana de artículos, crónicas y opiniones al respecto. El contexto que se dibuja no deja ninguna duda: la “desobediencia” existe y no sería algo solo latente. Incluso la parroquia de la Catedral de St. James se opuso a las firmas, con base en las opiniones de algunos conocidos abogados católicos.



«No estamos de acuerdo con la posición de nuestros obispos sobre el matrimonio civil –escribe en un editorial Barbara Guzzo, periodista y católica comprometida desde hace 30 años en la preparación al matrimonio–; el domingo pasado, en nuestras parroquias, celebramos la Resurrección de Jesús. Y esta fe pascual nos hace más fuertes y nos guía a la hora de tomar decisiones que nos indica nuestra consciencia. Nuestro objetivo es el de construir familias sólidas, comunidades sanas y un futuro mejor para todos los hijos de Dios. Como católicos, estamos desilusionados por el obispo del estado de Washington. Todo en nuestra tradición nos lleva a creer que los homosexuales y las lesbianas tendrían que ser acogidos dentro de nuestras comunidades, así como creemos que les habría acogido Jesús».


Como nota interesante, el arzobispo de Seattle fue nombrado por la Congregación para la Doctrina de la Fe director de una comisión que se encargará de verificar la congruencia doctrinal de la organización que agrupa al mayor número (alrededor del 80%) de congregaciones y órdenes religiosas femeninas del país. Mons. Sartain (que trabajará con la ayuda de los obispos Leonard Blair de Toledo, Ohio, y Thomas Paprocki de Springfield, Illinois) tendrá que verificar algunas posturas de la Leadership Conference of Women  Religious (LCWR).


Según el abogado canónico Nick Cafard, la descripción que se hace de las religiosas no es real y no tiene que ver con lo que ha podido constatar: «He visto más santidad en sus conventos que en muchas cancillerías».

Vatican Insider

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