Pensar en voz alta tiene sus riesgos. Porque el que te escucha puede sentirse decepcionado. Cuando escribo suelo tener en cuenta a los lectores. Mi preocupación es cómo ayudarles a ser más libres en su fe. Pero a veces ocurre que uno necesita recogerse e interrogarse sobre lo que realmente uno piensa y cree. Desde hace algún tiempo he realizado ese ejercicio "interior" y asumo el riesgo de expresarlo.
A veces me preguntan: "Qué es Dios? Suelo responder de una manera agnóstica: "No lo sé".
Pero hablando de esa manera no he dicho todo lo que tengo que decir.
Soy consciente de un Dinamismo Creador que está en mí y alrededor mío. A veces vivo la experiencia en mi interior de una Fuente de compasión, de una Fuerza que me fortalece, y hasta en ocasiones de una Voz que apacigua.
¿Es la presencia de Dios o es mi propia naturaleza humana? No sabría decirlo.
Pascal decía: "el hombre sobrepasa al hombre", y en efecto, nos ocurre a veces que en nosotros mismos experimentamos una Trascendencia que nos humaniza, que suscita en nosotros los grandes valores de nuestra vida, y que hace que estemos presentes al mundo... Podemos llamarlo "Dios", o quizás no saber cómo nombrarlo, pero lo que cuenta es estar atentos, ponerse a la escucha, y ser sensible a esa profundidad de Vida.
Ese Dinamismo Creador está presente en los hombres y mujeres de todas las religiones, así como en los ateos que manifiestan compasión hacia los demás.
Soy también consciente de que creo en bastantes cosas: la bondad, la compasión, la justicia, la libertad, la verdad, en ese Misterio que nos habita.
Y creo (confío) en el hombre de Nazaret, pues reconozco en él la presencia de ese Misterio. Cuando los seres humanos se aman como lo hizo él, es entonces cuando "Dios" o "lo Divino" acontece entre nosotros.
Más que hablar de "Dios", prefiero referirme a lo "Divino que acontece". Se dirá que es una actitud agnóstica.
Para mí Dios es una experiencia, una acción compasiva, un dinamismo de amor que actúa universalmente, en todos los seres. Se podría llamar a esto, una actitud creyente.
Entonces, ¿es posible ser agnóstico y creyente? Me parece que sí, ese es mi caso.
Julián Mellado
Fe Adulta
Fe Adulta
Julián MelladoNací en Bélgica en 1961, estoy casado y tengo dos hijos. Soy teólogo y pastor de la Iglesia Protestante de San Sebastián de los Reyes (Madrid). Sobre todo me considero un humanista cristiano. No creo en dogmas ni en metafísicas, pero sí en un evangelio del "más acá" que implica encarnar los valores de Jesús en nuestras vidas cotidianas. Por lo tanto promuevo un pensamiento y una fe tolerante, racional y universal. Me siento heredero del humanista Sebastián Castelio (1515-1563), habiendo realizado investigaciones sobre los movimientos reformistas del siglo XVI. Actualmente participo en la Asociación Marcel Légaut de España. Estoy a cargo de la sección en español de la página PROTESTANTS DANS LA VILLE y realizo trabajos de traducción para ÉVANGILE ET LIBERTÉ. Ambos son órganos del protestantismo liberal francés, del cual soy miembro. Mi preocupación principal es cómo hacer entendible el cristianismo en la sociedad secular del siglo XXI.
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