No requiere mucho esfuerzo dejar de vivir automáticamente y empezar a vivir de verdad. Durante mucho tiempo, los grandes maestros espirituales recomendaron centrar la mente y los pensamientos en el presente, dado que es el único momento que podemos vivir en profundidad.
El pasado no es más que el recuerdo de lo que alguna vez fue; y el futuro, una proyección de lo que deseamos hoy. Pero aun cuando recuerdes o planees, ambas cosas suceden en este instante. Siempre es ahora. Siempre.
Acostumbrados a pensar en mil cosas diferentes mientras hacemos nuestras tareas cotidianas, nos perdemos lo mágico que tiene cada momento vivido. Pero hay algo que nos puede ayudar: los rituales.
Qué es un ritual
Según el diccionario, un ritual es una serie de acciones realizadas principalmente por su valor simbólico, prescritas por una religión o por las tradiciones de una comunidad. La palabra “rito” proviene del latín ritus, que significa “costumbre” o “ceremonia”. Tradicionalmente, se ha asociado la palabra ritual a las diferentes religiones. Sin embargo, cualquier acción puede considerarse un ritual, no necesariamente debe ser algo con tinte religioso. Por ejemplo, tomar el desayuno siempre a la misma hora o leer el diario sentado cómodamente en el sillón favorito. La forma de acariciar a nuestro gato o el orden en que regamos las plantas.
Viviendo el presente
Existe una única diferencia entre un ritual y un hábito, y es que en el ritual uno toma plena conciencia de lo que está haciendo, dejando de ser un acto mecánico y automatizado para convertirse en algo que absorbe y consume toda nuestra atención, todos nuestros sentidos.
Así, es posible ir incorporando de a poco a nuestras vidas pequeños rituales cotidianos, aquellas cosas que nos agradan y disfrutamos hacer. O, mejor aún, todos esos hábitos que quisiéramos incorporar y no sabemos cómo.
TNT
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