El arzobispo de Boston, Sean O’Malley, el antiguo fiscal Charles Scicluna y el psicólogo jesuita Hans Zollner - ABC
Francisco lidera la depuración de clérigos y recibe a víctimas todos los viernes
Aunque cuenta con ayudantes de valía, el Papa Francisco ha asumido como tarea propia dirigir la limpieza de clérigos que abusan de menores, interviniendo personalmente en casos de encubrimiento como el de Chile, relevando obispos negligentes en varios países, y suspendiendo de todo ministerio público a cardenales aparentemente «intocables» como el antiguo arzobispo de Washington, Theodore McCarrick, de 87 años, hace solo cuatro días.
Desde el pasado mes de enero, el Santo Padre ha escuchado personalmente a quince víctimas de abusos sexuales en Chile, más de lo que han hecho cualquiera de los obispos de ese país, todos los cuales presentaron la renuncia al Papa durante el encuentro al que les convocó en Roma a mediados de mayo.
Habrá más expulsiones
Desde entonces ha relevado ya a tres obispos -empezando por el de Osorno, Juan Barros- y lo hará con bastantes más, pero a lo largo de un año, pues no es fácil seleccionar sustitutos cuando la nunciatura, la cúpula de la conferencia episcopal y los dos cardenales de Santiago de Chile han demostrado no estar a la altura.
Juan Pablo II reunió en Roma a todos los cardenales norteamericanos y la ejecutiva de la conferencia episcopal en 2002, para marcar una línea muy clara: «No hay lugar en el sacerdocio ni en la vida religiosa para quienes hacen daño a los jóvenes».
Benedicto XVI también
Así comenzaron las expulsiones del sacerdocio, que se hicieron mas numerosas a medida que llegaban los expedientes sobre abusadores. Benedicto XVI expulsó a más de ochocientos delincuentes de este tipo, la mayoría por abusos cometidos en los años setenta del siglo pasado, el peor momento de la crisis.
Francisco pone ahora orden entre nuncios, obispos y cardenales, con arrestos por la Gendarmería Vaticana y juicios en el Tribunal del Vaticano como los del ex – arzobispo y nuncio en la Republica Dominicana, Jozef Wesolowski, a quién expulsó del sacerdocio ya antes del comienzo del juicio, o del sacerdote Carlo Alberto Capella, consejero de la nunciatura en Washington, condenado ayer a cinco años de cárcel por pedopornografía.
El pasado miércoles, el Papa suspendió de toda actividad sacerdotal en público al cardenal Theodore McCarrick, antiguo arzobispo de Washington, por haber tocado impropiamente a monaguillos hace 45 años cuando era sacerdote en Nueva York, y hacer lo mismo con seminaristas en su etapa de arzobispo de Newark. El retraso se debe a que la mayoría de las víctimas no son capaces de hablar hasta veinte o treinta años después de los hechos.
Era el segundo cardenal suspendido por Francisco después del arzobispo de Edimburgo, Kevin Patrick O’Brien, en 2013, por abusar de sacerdotes.
Depuración de altos cargos
A su vez, la limpieza de altos cargos negligentes comenzó en 2015 con los ceses de los arzobispos de Kansas City y de Saint Paul-Minneapolis, no por abusos sino por no castigar a los sacerdotes culpables
Pero la tarea más original iniciada por Francisco es la de prevenir -y enseñar a prevenir- a gran escala. Para eso creó, en diciembre de 2013, la Pontificia Comisión de Protección de Menores, presidida por el cardenal arzobispo de Boston, el capuchino Sean O’Malley, ejemplo de diligencia y profesionalidad en ese tema.
La primera Comisión contaba con mujeres extraordinarias como la baronesa Sheila Hollins, antigua presidenta del Royal College of Psychiatrists y de la British Medical Association, o la jurista Hanna Suchocka, ex primera ministra de Polonia.
La segunda Comisión, nombrada el pasado mes de febrero, mantiene siete de los miembros originales e incorpora a otros nueve entre los que figuran expertas como la norteamericana Teresa Kettlekamp, antigua coronel de la Policía Estatal de Illinois.
La Pontificia Comisión de Protección de Menores -la mejor del mundo en su tipo- incluye también víctimas de abusos sexuales, pero esta vez sin identificar para evitar las tremendas presiones que sufrían las dos que formaron parte del primer mandato.
La Comisión, que incluye entre sus miembros al profesor y psicólogo jesuita Hans Zollner, director del Center for Child Protection de la Universidad Gregoriana, tiene como tarea elaborar directrices y formar a los responsables de las diócesis, y de las conferencias episcopales.
La tarea disciplinaria, en cambio, sigue en manos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, con la ayuda de investigadores expertos como el antiguo fiscal Charles Scicluna, enviado por el Papa a clarificar lo sucedido en Chile.
El neoyorquino Robert Oliver, que tomó el relevo de Scicluna como Promotor de Justicia (fiscal investigador) en la Congregación para la Doctrina de la Fe, llegó con mucha experiencia de limpieza adquirida en Boston, y mantiene la misma línea de firmeza.
A su vez, el nuevo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Luis Ladaria, es mucho más sensible a las víctimas que su predecesor, el alemán Gerhard Ludwig Müller, quien frenaba a veces iniciativas para atenderlas mejor.
Francisco entiende bien el problema pues recibe a víctimas en privado los viernes. Y tiene un buen equipo. Pero el empuje y el liderazgo es suyo.
Expertos en prevención, investigación y terapia
Sean O’Malley, cardenal de Boston: Nombrado arzobispo de Boston en 2003 por Juan Pablo II para hacer limpieza en esa diócesis como había hecho en las dos anteriores, el capuchino de barba blanca y que habla español, organizó el primer encuentro de un papa, Benedicto XVI, con víctimas de abusos sexuales. Cuando propuso crear una Pontificia Comisión de Protección de Menores, Francisco le puso inmediatamente al frente. Ha escuchado y ayudado personalmente a casi un millar de víctimas de abusos.
Charles Scicluna, arzobispo de Malta: El antiguo fiscal investigador de la Congregación de la Doctrina de la Fe -responsable de la disciplina de sacerdotes y obispos-, fue nombrado arzobispo de Malta por el Papa Francisco, quien sigue encargándole investigaciones como la realizada en Chile. Con el tiempo, se ha vuelto experto en ayudar a las víctimas.
Hans Zollner, director del CCP: El teólogo, psicólogo y jesuita alemán, es uno de los mayores expertos en medidas de prevención y terapia de menores víctimas de abusos. Es miembro de la Pontificia Comisión de Protección de Menores y director del Centre for Child Protection de la Universidad Gregoriana, puntero a nivel mundial.
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