Primera lectura
Nuestra primera lectura de hoy es del capítulo 35 del Libro de Isaías ¡Cómo necesita el mundo de hoy el mensaje de Isaías! En un ambiente cargado de desaliento, desesperanza, limitaciones, se recibe como un baño de agua fresca la palabra consoladora del Profeta. ¡Sed fuertes, no temáis!
Lectura del Profeta Isaías 35, 4-7a
Decid a los cobardes de corazón: sed fuertes, no temáis.
Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará.
Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará.
Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco un manantial.
Palabra de Dios
Salmo
El salmo 145 tiene especiales resonancias cristianas: describe a Dios como un Padre que tiene una clara opción por los pobres y marginados, circunstancia que predico Cristo y que no era tan frecuente en el Antiguo Testamento. De todos modos ya en el salmo 82 se dice que ese aspecto de misericordia era prueba de la autenticidad divina del Señor.
Sal. 145, 7. 8-9a. 9bc-10 R: Alaba, alma mía, al Señor.
Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R
El Señor sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R
Segunda lectura
Mirad que Dios no hace acepción de personas, como nos dice el apóstol Santiago en su Carta, Dios ha elegido a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del Reino.
Lectura de la carta del Apóstol Santiago 2, 1-5
Hermanos: No juntéis la fe en Nuestro Señor Jesucristo glorioso con la acepción de personas.
Por ejemplo: llegan dos hombres a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y hasta con anillos en los dedos; el otro es un pobre andrajoso.
Veis al bien vestido y le decís:
–Por favor, siéntate aquí, en el puesto reservado.
Al otro, en cambio:
–Estáte ahí de pie o siéntate en el suelo.
Si hacéis eso, ¿no sois inconsecuentes y juzgáis con criterios malos ?
Queridos hermanos, escuchad:
¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que le aman?
Palabra de Dios
Evangelio del día
El evangelio de Marcos sella las dos lecturas anteriores con la curación del sordo que apenas puede hablar, y es que Jesús con estos signos quiere reiterarnos que la acción milagrosa sólo tiene significado para el que cree, ya que el hombre es libre de aceptar o rechazar la gracia que se le ofrece.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 7, 31-37
En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos.
El, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:
–Effetá (esto es, «ábrete»).
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían:
–Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos.
Palabra del Señor
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