Una de las características de la espiritualidad ignaciana es la posibilidad de buscar y hallar a Dios en todas las cosas. Los Ejercicios Espirituales son la herramienta que san Ignacio regaló a la Iglesia para encontrar a Dios en todos los aspectos de nuestra vida. Porque para Él, todo lo nuestro, por insignificante que sea, es tremendamente importante y valioso…hasta nuestra propia ocupación y empleo: nuestro trabajo.
Precisamente hoy, 1º de mayo, celebramos el Día Internacional de los trabajadores. Para muchas personas ir cada día a su trabajo supone un regalo. Para otros muchos, su puesto de trabajo es un lugar áspero, seco. Quizás debido al mal ambiente entre compañeros, a condiciones laborales injustas, al bajo sueldo, etc.
Precisamente hoy la pregunta podría ser ¿Es mi trabajo un lugar para buscar y hallar a Dios? ¿Tengo presente a Jesús en mi horario laboral? Dios se encarna en personas concretas y en situaciones determinadas. Surge la oportunidad –el regalo- de ver a Jesús en mis compañeros, de buscar su voluntad en todo tipo de situaciones –sobre todo, en las más injustas-. Es más, podemos ser testimonio de la misericordia de Dios durante nuestra jornada laboral. No de manera ruidosa ni llamando la atención. Sino fijándonos como lo hizo Jesús: con suavidad, con calma, pero con firmeza.
Ojalá que nuestro trabajo sea un lugar de encuentro con Dios. Un lugar donde podamos dar testimonio de Jesús.
Espiritualidad Ignaciana
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