Cardenal Matteo Zuppi: El celibato no es una vida sin cariño

 

Matteo Zuppi era uno de los obispos auxiliares de Roma hasta que en 2015 Francisco decidió nombrarlo arzobispo de Bolonia, en Italia. Cuatro años más tarde lo hizo cardenal.

Dice que la idea de ser sacerdote fue una idea que se fraguó poco a poco, gracias a la adolescencia vivida en la Comunidad de San Egidio.

CARD. MATTEO ZUPPI

Arzobispo de Bolonia (Italia)

“Yo diría que al principio hasta sentía algo de alergia o rechazo a la idea porque mis padres, que eran unos santos... mi padre trabajaba en el Vaticano y no es que ser sacerdote fuera algo por lo que decía: ¡Qué bonito! No, no, no... Pero estar en la Comunidad era... yo era adolescente y sentía que era algo alternativo, nos sentíamos diferentes”.

El cardenal Matteo Zuppi explicó que la cercanía a los pobres y el compromiso de los laicos que le rodeaban en la Comunidad de San Egidio fue solo un punto de partida. La decisión de ser sacerdote fue progresiva, la fue descubriendo y madurando con el tiempo, con las naturales dificultades de una entrega total. 

CARD. MATTEO ZUPPI

Arzobispo de Bolonia

“Hay que tener cuidado: el celibato no significa llevar una vida sin afectos. El celibato es saber querer a las personas de otro modo. Y eso no es poca cosa ¿eh? No es feo. Si nos tomáramos un poco más en serio la amistad, el aprender a quererse… quererse no es la sexualidad de la pornografía”.

Matteo Zuppi es uno de los cardenales nombrados por Francisco con experiencia diplomática en países en crisis. 

Fue uno de los que siguieron los diálogos de paz en Mozambique a inicios de los años 90. Dice que ver la pobreza con la que vivían las personas en aquel rincón del mundo le hizo reflexionar mucho. 

CARD. MATTEO ZUPPI

Arzobispo de Bolonia

“Lo que sorprendía era que la vida no valía nada. Y que no había nada por la sequía, pero sobre todo la crisis económica causada por la guerra. No había nada. En las tiendas no había nada. Ibas al mercado y no había nada. No es que hubiera algo. Nada. Y todos tenían que arreglárselas, por lo que se recurría al mercado negro y a lo poco que se encontraba. Y la vida no valía nada porque como no había nada todos estaban dispuestos a todo”.

Esto hace del cardenal Matteo Zuppi uno de los purpurados europeos más familiarizados con las crisis de África.

 

Javier Romero
Rome Reports