El Vaticano ha cerrado el año de la pandemia con unas pérdidas de 66,3 millones de euros.
El prefecto de la Secretaría para la Economía, Juan Antonio Guerrero, dice que temían un resultado aún peor, pero que ha sido posible gracias a recortes de gastos en todos los departamentos.
El Vaticano ha publicado sus cuentas en este detallado documento.
La Santa Sede gastó en 2020, 315 millones de euros sobre todo en sus medios de comunicación, ayuda a países necesitados y nunciaturas.
Ingresó mucho menos, sólo 248 millones. Como el Vaticano no tiene industria, depende sobre todo de donativos, de las entradas a los museos vaticanos, y del rendimiento de sus alquileres e inversiones.
La novedad de este año es que presentó este informe con datos sobre gran parte de esos alquileres e inversiones.
Se trata de los activos que gestiona un departamento llamado APSA, o “Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica”.
Por ejemplo, explica que el Vaticano tiene unos 1.200 inmuebles en Francia, Reino Unido y Suiza, y otros 4.000 en Italia.
La mayoría de sus propiedades y fondos proceden de la indemnización que Italia entregó a la Santa Sede en el Pacto de Letrán de 1929, como reparación por las expropiaciones durante la caída de los Estados Pontificios.
Curiosamente, de los inmuebles que tiene en Italia, sólo el 15% están en alquiler a precio del mercado. El resto están cedidos o alquilados a precio de favor. Un 40% son hospitales, escuelas y conventos.
Las ganancias por alquileres en 2020 han sido de unos 2,8 millones de euros.
El Vaticano apuesta por inversiones no especulativas y muy seguras. Por eso, ha gestionado inversiones financieras en títulos de estado y a plazo fijo por valor de 1.778 millones de euros, que le han reportado unos beneficios de en torno a 15 millones de euros.
CBM
Rome Reports
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